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29-05-2019
Memoria urbana y reparación histórica

Pasaje del Candombe, en lo que fue el barrio del tambor

Pasaje del Candombe, en lo que fue el barrio del tambor
Un grupo de vecinos agrupados en torno a la Comisión Pasaje del Candombe plantea una propuesta en un sector con un alto valor patrimonial, histórico, urbano y arquitectónico. Se trata de generar un espacio con motivo de las celebraciones, en 2022, del Bicentenario del Oratorio San Miguel.

Mirador Entre Ríos
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Con el propósito de generar un espacio de homenaje, recordación, divulgación en relación al aporte de la comunidad afro y afro argentina, también de poner en valor un sitio con antecedentes históricos y de desarrollar un punto de atracción turística en Paraná, vecinos de la ciudad agrupados en torno a la Comisión Pasaje del Candombe plantean una propuesta en un sector con un alto valor patrimonial, histórico, urbano y arquitectónico.

Se trata de generar el Pasaje del Candombe con motivo de las celebraciones, en 2022, del Bicentenario del Oratorio San Miguel.

El proyecto debe complementarse con una norma provincial por la cual se declare “lugar o sitio histórico cultural patrimonial” y se cree el “Pasaje del Candombe”, como forma de garantizar su destino, señalan desde la Comisión que para avanzar en la concreción de la idea han gestionado audiencias con autoridades y funcionarios del gobierno provincial a fin de exponerle la idea e interesarlos en su implementación.

Concretamente, el proyecto plantea la apertura de una vinculación física entre las calles Buenos Aires y San Martín, en la manzana delimitada entre ambas por Gardel y Ecuador.

“Desde hace tiempo, distintos actores de la vida de la ciudad están involucrados –tanto desde la investigación como desde la divulgación para la toma de conciencia– en reparar esa deuda con la historia y el aporte de esa comunidad que fue negada o “ninguneada”, como expresan Laura Vázquez y Andrés Petric, integrantes de la Comisión, quienes brindaron detalles de la iniciativa situada en el “corazón” histórico y cultural de la ciudad, y parte del Centro Cívico en la capital provincial.

En ese marco es que desde la Comisión se plantea la propuesta del Pasaje del Candombe, en coincidencia con el Bicentenario del Oratorio San Miguel. “Para todo esto hemos avanzado en pedidos de audiencia con autoridades del área de Cultura de la provincia, con diputados y con el gobernador”, indicó Petric. Y agregó que la iniciativa se enlaza a una idea que se planteó hace más de 20 años. “Las primeras ideas empezaron a plantearse en 1994 y hubo algunas actividades en distintos momentos para dar difusión a esta idea”. En particular, Petric recuerda una actividad organizada en el lugar en 2003 desde el Museo Antonio Serrano y otras entidades.

De acuerdo al enfoque planteado, el pasaje “tendría un carácter temático de homenaje, memoria y visibilización de la comunidad afro y afro argentina que habitó esa zona de la ciudad”.

“Esa comunidad constituyó uno de los pilares étnicos, culturales, sociales y económicos que aportó a la conformación histórica de la identidad de la ciudad”, explica Petric.

Hay un aporte innegable de la comunidad afro y afro-argentina al país. “Se trata de un legado que es necesario rescatar, no sólo desde lo histórico, sino como deuda social en función de la marginación, discriminación e invisibilización que sufrió y aún sufre la comunidad afro, desconociéndose y desvalorizándose el gran aporte a la construcción del país, a la cultura e identidad local, regional y nacional”, agrega Petric.

Concretamente desde la Comisión avanzan en proponer “que este reconocimiento tenga un carácter regional, provincial y local, de carácter reparador, de justicia social e inclusión, por lo cual proponemos la declaración de ‘sitio o lugar histórico cultural patrimonial’”.

La traza

Formalmente, explica Laura Vázquez, el pasaje articulará el espacio en vías de ejecución de la vieja Capilla u Oratorio –Monumento histórico Nacional ubicado en la parte Norte de San Miguel y cuya restauración está próxima a concluir–, su atrio o plazoleta, con el Museo de Antropología y Ciencias Naturales Antonio Serrano y la Secretaría de Turismo y Cultura de la provincia. También se incluye la sede de la Liga de Madres de Familia, que desarrolla una importante acción social.
“Concretamente, la acción a llevar a cabo es la reapertura y puesta en valor del pasaje, que alguna vez existió”, indica la arquitecta. Para la ex directora del Museo de la Ciudad, “una de las evidencias de su existencia son las edificaciones cuyo frente se ubica sobre el antiguo pasaje, que aún mantienen la traza libre de construcciones. A ello se suman los relatos y testimonios registrados en distintas fuentes (oral, libros, documentos)”.

Actualmente el espacio del pasaje “es un espacio ocioso, con acumulación de sobrantes y chatarra”.

Propuestas y perfil

Para articular el valor patrimonial con el rescate histórico, desde la Comisión “proponemos que todo el recorrido tenga un guión temático”, apuntó Laura Vázquez. En esta faceta, se trata de “promover divulgación educativa, con expresiones artísticas, permanentes y temporarias que puedan hacerse en el ámbito del pasaje”.

Este desarrollo “articularía pequeños ámbitos, plazoletas, que posibilitarán la realización de eventos o el simple disfrute de un espacio peatonal más recoleto”.

Por otra parte, este aspecto posibilitará la integración con las actividades del Museo, cuya parte posterior está conectada con el pasaje. “El guión temático tendrá una articulación directa con la sala y las actividades que desarrolla el Museo Serrano sobre la cultura afro y afro descendiente”, apuntó Vázquez, quien recordó que desde la institución se desarrollan, desde hace algunos años, proyectos de investigación que apuntan a rescatar la contribución de la presencia afro en la provincia.

Otra de las facetas del proyecto “es la potencialidad para conformar un sitio de atracción turística, ya que por su temática, puede articularse con la realización de ferias, patio de comidas y otras actividades conexas”.

En este punto, desde la Comisión rescatan el perfil de algunas edificaciones que se conservan en el lugar. “Sería muy enriquecedor la revitalización de las pequeñas viviendas cuya fachada sobre el futuro pasaje permitiría alojar puestos de artesanía, galerías y talleres de arte, salas para talleres varios, fabricación de instrumentos, gastronomía, sede de una unidad de gestión del pasaje, museo de sitio”.

A partir de vincular todos estos aspectos, desde la Comisión se plantea la posibilidad de generar un “Centro cultural dinámico”. Se trata de que pueda conformarse “un espacio que se construya progresivamente, con la participación ciudadana y de entidades gubernamentales y no gubernamentales”, acota Vázquez.

El proyecto, sostiene, “es factible de ser desarrollado en etapas, ya sea en su recorrido físico, como el de puesta en valor”.

Consolidar un destino

“Existen dos condiciones que afectan la mayor parte del predio que se propone para la concreción del Pasaje del Candombe, que consideramos que se complementan y potencian”, advierten los entrevistados. Por un lado la Ley Nacional 26.820; por el otro su carácter de sitio histórico.

En relación a la Ley, establece la cesión desde el Estado Nacional hacia la provincia de Entre Ríos de los inmuebles ubicados en las calles Gardel Nº 42 y 62 y en calle San Martín s/n, “con el cargo expreso y exclusivo de ser destinados al Museo de Ciencias Naturales y Antropología Antonio Serrano”. El mismo texto señala que “de no cumplirse el cargo (por parte del gobierno de la Provincia) en 10 años, la propiedad volverá al Estado Nacional. El plazo se cumplirá en enero de 2023.

En ese sentido, desde la Asociación manifestaron: “los vecinos vemos con preocupación que hasta el presente sólo se ha cumplido parcialmente con el cargo, dado que el Museo sólo ocupa uno de los inmuebles, otorgándole al resto de los inmuebles usos no compatibles con el cargo realizado”.
En una perspectiva histórica, “cabe recordar que detrás de la sanción de la Ley, estuvo el esfuerzo mancomunado de vecinos de la ciudad, y muy especialmente de distintas comisiones de la Asociación de Amigos del Museo”.

En articulación con legisladores provinciales y nacionales y miembros del poder Ejecutivo trabajaron arduamente para que el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas contara con un edificio propio y un predio que permitiera en el futuro la adecuación a las necesidades propias de su función.

En cuanto al carácter histórico del organismo, el grupo de vecinos que integran la Comisión destacan que “el espacio que formaría el Pasaje, posee un alto contenido de carácter patrimonial intangible, inscripto en la memoria urbana de la ciudad, como corazón del asentamiento de la comunidad afro y afro-argentina”.

Se trata, señalan “de un legado que es necesario rescatar, no sólo desde lo histórico, sino como deuda social en función de la marginación, discriminación e invisibilización que sufrió y aún sufre la comunidad afro, desconociéndose y desvalorizándose el gran aporte a la construcción del país, a la cultura e identidad local, regional y nacional”.

Entre otros propósitos, la Comisión espera que la concreción del pasaje –sumado a las actividades que desde otros sectores se desarrollan– permita poner en valor el espacio como lugar de homenaje, recordación, y divulgación en relación con el destino histórico inmanente del lugar.

“Es fundamental –advierten–, cumplimentar también los plazos y el destino establecidos por la ley y para ello la intención es que pueda concretarse una norma provincial que declare “Lugar o sitio histórico cultural patrimonial” y se cree el “Pasaje del Candombe” como un modo de garantizar su destino”.

Orígenes

En el texto “Paraná, mi ciudad”, realizado en 2002 por la licenciada Mabel Masutti, se rescata el aporte y el legado afro a la cultura e identidad de la ciudad y el país.

En ese trabajo, la autora retoma investigaciones del antropólogo Carlos Cerutti en la que indica que “los negros de Entre Ríos provenían principalmente de Santa Fe, Brasil o Uruguay. Hay testimonios que datan de 1784, sobre la presencia de esta población en Paraná. Por esa época, el capitán de Fragata Juan Francisco Aguirre, refiriéndose a los orígenes del “…pueblo o capilla de Nuestra Señora del Rosario de La Bajada”, dice: “A principios de este siglo, pasaron los tres primeros vecinos de Coronda, afligidos de la persecución de los Abipones, a poco pasaron sus ganaditos y uno después de otro se situaron donde les pareció mejor. Por el año 1740 ya tenían capilla, cuyos primeros ranchos alrededor fueron de unos pardos…”.

Masutti indica además que en Paraná, según datos extraídos del censo de 1824, había en esa época alrededor de medio millar de integrantes de la comunidad afro. La cifra surge de la sumatoria de pardos, morenos y negros consignados por los censistas. Del detalle del censo se desprende que 150 provenían de Santa Fe, 26 de Angola, 16 de Mina, 14 de Congo, 7 eran benguelas, 12 de Portugal y más de 200 respondían ser de Paraná. Según el censo, 65 de ellos eran esclavos, y otros nueve estaban registrados como “libres”.

De acuerdo a lo que puede reconstruirse del censo de 1844, en ese año había en la ciudad unos 32 esclavos.

En 1906 fueron publicados unos escritos del escribano Juan Giménez titulados “Recuerdos históricos –basados en recuerdos de su infancia en la etapa en que Paraná fue capital de la Confederación-. En esos textos, hacía mención a los candombes que realizaban los negros paranaenses en el llamado “Barrio del tambor” (zona del templo parroquial San Miguel) donde moraba la mayoría de la población de origen africano. Según el testimonio de Giménez, en esos candombes se entonaban canciones en un idioma africano.


 



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