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01-07-2019
El sueño del pibe

De General Ramírez a La Boca: la historia del joven Jabes Saralegui

De General Ramírez a La Boca: la historia del joven Jabes Saralegui
De jugar en las inferiores del Club Atlético y Deportivo Roma de Ramírez a vestir los colores de la Selección Argentina con la Sub 16. En un mano a mano con Mirador Entre Ríos, Saralegui, volante de la 7ma División de Boca Juniors, dialogó sobre su gran presente, la responsabilidad de la capitanía y el campeonato obtenido en Japón.

José Prinsich
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El gran presente de Jabes Saralegui (16 años) en la 7ma División del Club Atlético Boca Juniors quedará marcado para siempre en la vida de este joven ramirense, quien no sólo se ganó un lugar entre los titulares de la categoría sino que además consiguió ser elegido el capitán del equipo, una responsabilidad más que importante. Quizás en algún momento de su vida pensó en que esto llegaría y ahora el sueño del pibe se está concretando al pie de la letra.

“Siempre agradezco a mi familia que siempre me acompañan. Estoy muy contento del momento que estoy viviendo y de las oportunidades que se me van dando”, dejó en claro el volante de la Capital Provincial de la Juventud, en una entrevista con Mirador Entre Ríos. La lluvia no daba tregua y una distendida charla se estaba gestando en su ciudad natal.

Sus cualidades dentro del rectángulo verde lo catapultaron a conseguir grandes metas como ser convocado por la Selección Nacional Sub 16, dirigida por Román Manassero con la compañía de Alejandro Saggese. El ex jugador de Roma y Unión de Crespo tuvo todos los atributos necesarios para que su nombre figure en las planillas: de buen control del balón, inteligente, pensante, de una interesante pegada y un liderazgo admirable. “Trato de tener la pelota, de arrancar con buenos pases y tomar confianza pero también aguerrido a la hora de marcar. Además de sumarme al ataque”, se define el propio Jabes, quien en el club de la Ribera se ha desempeñado como cinco, doble cinco y volante por izquierda y derecha.

En este sentido, el conjunto albiceleste disputó días atrás un amistoso contra su par de Japón en el renovado predio de Ezeiza. Más allá de la derrota, los juveniles sumaron minutos de juego y un importante roce internacional. La categoría 2003 este año se consagró en Portugal (Torneo de Desarrollo UEFA) y también en Francia (Mondial Football Montaigú). Para la ocasión fueron citados jóvenes de River Plate, Racing, Argentinos Juniors, Vélez Sarsfield, Colón de Santa Fe, Estudiantes de La Plata y Newell's de Rosario, entre otros.

—¿Cómo fue el momento cuando te citaron?

—Estaba en mi pieza, llega un compañero y me dice: “te volvieron a llamar para la Selección”. Lo miré y pensé: “Este me está jodiendo”. Siempre nos avisa el técnico de la categoría en un grupo que tenemos y nos pusimos muy contentos porque encima me tocó estar citado con un compañero de pieza. Vestir la camiseta de la Selección Argentina es muy lindo. Sin dudas es un poco más tenso porque es una responsabilidad más pero hay que tratar de tomárselo tranquilo y salir adelante.

—¿Qué les pidió el técnico de la Selección antes de encarar el partido?

—Nos pide que estemos muy unidos y que tiremos todos para el mismo lado, más allá de la táctica o de las ordenes que nos dan en los días anteriores. Desde Boca Juniors nos han enseñado e inculcado que tenemos que defender los colores de la Selección a morir. Estoy muy orgulloso y siempre para adelante. El partido con Japón fue duro, complicado y muy de repente para nosotros porque no nos conocíamos los chicos que veníamos de diferentes clubes.

—¿Cómo es el mundo Boca Juniors?

—Es hermoso pero a la vez duro y más para nosotros que estamos ahí porque es una responsabilidad dentro y fuera de la cancha ya que uno representa los colores fuera de la cancha también y hay que portarse acorde a lo que el club pide. Si cometes errores, más allá de que recaigan sobre vos también van a caer sobre la institución. Siempre hay que portarse de la mejor manera.

—Pero vos también lo vivís de manera diferentes porque sos hincha...

—Siempre fue un sueño. Desde chico he tenido camisetas. Con mi papá no nos perdíamos los partidos, siempre alentamos al equipo, y ahora vestir estos colores es un orgullo muy grande.

—¿Tenés algún referente?

—Siempre vi a jugadores de afuera como Iniesta, un jugador que tiene la pelota y que sabe qué hacer con ella en todo momento. Es un jugador que lo buscas en cualquier momento del partido, perdiendo o ganando, y te va a saber resolver.

—Actualmente tenés la responsabilidad de ser el capitán del equipo ¿Qué significó en lo personal para vos?

—Esa noticia me puso muy contento porque es la confianza que el técnico depositó en mí. Cuando uno agarra la cinta se siente más responsable del equipo, siendo referente y hablando más con el árbitro y los compañeros. Más allá de la comunicación que hay, una palabra de aliento en los momentos en los que uno más lo necesita es fundamental.

Historia de una pasión

Los primeros pasos del futbolista oriundo de General Ramírez tuvieron lugar en el Club Atlético y Deportivo Roma de la mencionada localidad. Atraído por sus primos, el joven Jabes comenzó a practicar aquel deporte con tan sólo seis años. Luego de algunas giras con el Polideportivo Municipal, fue invitado por el Club Atlético Unión de Crespo para que entrenara en la Capital Nacional de la Avicultura.

En el Cervecero estuvo tres años y gracias a los contactos de su técnico Iván Dalinger consiguió una prueba en Boca Juniors allá por el 2016. Como el libro de pases estaba cerrado y no se podían concretar fichajes para la entidad, desde el Xeneize decidieron invitarlo para algunos amistosos. A partir de febrero, luego de un gran torneo en Esquel (Chubut), el joven se incorporó a la cantera azul y oro con tan sólo 13 años.

El desarraigo familiar fue uno de los puntos que más costaron superar especialmente por el lazo afectivo y el acompañamiento constante de sus padres y hermanos. “El primer mes fue duro porque no veía a mi familia, más que nada por las distancias pero con el tiempo uno se acostumbra”, agregó. Sumado a las prácticas, el ramirense también asiste a un colegio secundario por la tarde, siendo éste su último año y el fin de una etapa.

Después de varios años en el ambiente futbolístico, el hombre del mediocampo es, sin dudas, un hombre de clásico y los antecedentes lo demuestran. Comenzó jugando el tradicional Roma-Nobleza en General Ramírez, luego el Unión-Cultural y finalmente el popular Boca-River con lo que genera para los argentinos. Cuando entramos en el mes del clásico ya trabajamos con otra intensidad y otro pensamiento porque nos vamos acercando al mejor día del año.

Además se ha desempeñado como alcanzapelotas en los partidos de la Primera División disputados en la Bombonera. “Nosotros vamos a la cancha los domingos o los sábados. Es lindo escuchar a la hinchada, cantar con ella y más siendo hincha. Pero una vez que estás de alcanza pelotas lo sentís distinto. Parece que la tribuna se te viene encima, la tierra tiembla”, se explayó.

En el 2017, luego de 36 horas de vuelo hacia Japón, el volante central se consagró campeón con Boca de la Copa Torneo U-14 tras vencer 3-0 a Tokyo Training Center. “Era otro ambiente, otra cultura. Fue muy lindo el viaje no sólo por haber salido campeón sino también por aprender de cómo trabajan ellos”, concluyó.


 



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