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26-07-2019
Entrerrianos en la historia

Domingo Liotta: el diamantino que marcó un hito en la medicina

Domingo Liotta: el diamantino que marcó un hito en la medicina
El destacado médico implementó el primer corazón artificial. Tras una importante trayectoria en el exterior, fue secretario de Estado de Salud Pública en la tercera presidencia de Juan Domingo Perón. Tiene en su haber una docena de patentes de invención y numerosas publicaciones científicas.

Mirador Entre Ríos
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Si de eminencias argentinas se trata, la provincia de Entre Ríos tiene a una de las más destacadas en la medicina. Se trata del Doctor Domingo Liotta, reconocido por haber desarrollado e implantado el primer corazón artificial.

El oriundo de la localidad de Diamante, de importante trayectoria en el exterior, además cuenta con 12 patentes de invención y más de 100 publicaciones científicas.

De hecho, en 1973, Juan Domingo Perón lo nombró secretario de Estado de Salud Pública, cargo en el que creó el Sistema Nacional Integrado de Salud. Luego fue secretario de Ciencia y Tecnología entre 1993 y 1996 y también presidente del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICET).

Hoy en día con 94 años es profesor de las clases de anatomía y se desempeña como decano de la Escuela de Medicina y vice rector emérito de la Universidad de Morón, ciudad en la que reside.

Comienzos

Domingo Santo Liotta nació en Diamante el 29 de noviembre de 1924. Hijo de inmigrantes italianos, cursó sus estudios primarios en la escuela Independencia de su ciudad natal, y los secundarios en el histórico Colegio Superior del Uruguay Justo José de Urquiza, de Concepción del Uruguay.

En 1943 empezó a estudiar medicina en la Universidad Nacional de Córdoba, gracias a las becas que el Gobierno constitucional de Juan Domingo Perón otorgaba a los jóvenes para aumentar la producción de profesionales en el país.

En 1949 Liotta se graduó de médico y en 1953 obtuvo su doctorado en Medicina y Cirugía.
Carrera en el exterior

Con el golpe de Estado de 1955, el país dejó de tener inversiones en ciencia y educación. Entonces Liotta, al igual que otros científicos argentinos, continuó su carrera médica en la Universidad de Lyon, Francia.

Allí se destacó como cirujano general en el servicio Pierre Mallet-Guy, y después se entrenó en cirugía torácica y cardíaca con los profesores Paul Santy y Pierre Marion en Lyon.

En 1959, 10 años antes de la histórica cirugía en Estados Unidos, durante su estadía en Francia Liotta tuvo, por primera vez, la idea de crear un corazón artificial, ya que su padre había muerto por una enfermedad cardíaca.

Al año siguiente volvió a Córdoba con un proyecto en mente: crear un puente para el trasplante, es decir, un corazón artificial que permitiera mantener a los pacientes con vida mientras llegaba el donante. Con esa idea, salvó miles de vidas.

Camino a un hito de la medicina

Ya en la provincia de Córdoba, Liotta conoció a Tomás Taliani, un italiano experto en microelectrónica de aviones con quien desarrolló los primeros prototipos de corazón artificial.
El médico entrerriano probó esos prototipos en perros adultos callejeros y los resultados fueron alentadores: los animales vivieron hasta 13 horas con el corazón artificial. Estas pruebas exitosas le valieron a Liotta una invitación en 1961 a investigar en la Baylor College of Medicine en Houston, Estados Unidos como director del programa del Corazón Artificial del doctor Michael E. DeBakey.
A mediados de la década de 1960, Liotta y su compañero estadounidense Denton Cooley lograron otro avance: la asistencia cardíaca artificial durante una operación.

Finalmente, el 5 de abril de 1969, debieron operar a Haskell Karp, quien a los 47 años tenía una patología que había aumentado el tamaño de su corazón y le había ocasionado varios infartos. Los médicos intentaron desfibrilar el corazón de Karp pero no fue posible.

Como no había donante, los profesionales le propusieron a la familia Karp implantar un corazón artificial al paciente. Dos horas después de la intervención, Karp recobró la conciencia, le quitaron el respirador y pudo hablar con su esposa. Tres días después, llegó a Texas el corazón de una mujer que se había accidentado y se hizo el trasplante.

Aquel 4 de abril de 1969, Liotta y su compañero no tenían certezas sobre las consecuencias de su decisión, que marcó un hito en la historia de la medicina.

Actualidad

Además de su gran trayectoria a lo largo de los años, actualmente Domingo Liotta es miembro de numerosas sociedades médicas de diversas partes del mundo. Es propietario de doce patentes de invención en Argentina, Estados Unidos y Francia.

Por otro lado, es autor de cientos de publicaciones y libros científicos, además de aquellos de humanismo médico en idiomas inglés y español.

Por otra parte, tiene interés y conocimiento sobre materias que van más allá de la disciplina médica, incluyendo historia, filosofía, ética, literatura y también socioeconomía y campos culturales.

Reconocimientos

Por sus contribuciones médicas y humanitarias el Dr. Liotta ha recibido numerosas distinciones: la “Gran Cruz de Alfonso X el Sabio”, la distinción más alta en el orden civil de España; “Gran Cavaliere d’Onore por servicios humanitarios”, la condecoración más destacada de Italia.
También fue nombrado Director Honorario del Instituto de Corazón de Guangzhou en China y recibió el Premio “Organ Replacement Science” de la International Society for Artificial Organs en 1997.

Además fue condecorado por el gobierno de Brasil: “Chancellor da Ordem Nacional do Mérito Científico” y “Medalla Nacional al Mérito Científico”, en 1996.

Un homenaje especial

En abril de este año se cumplieron nada menos que 50 años del primer trasplante de corazón artificial total. Por ello, y como no podía ser de otra manera, la Municipalidad de Diamante y la Casa Museo Dr. Domingo Santo Liotta organizaron actividades para homenajear y destacar a la eminencia entrerriana.

La celebración comenzó con una charla dictada por el médico en la Universidad Adventista del Plata, situada en la localidad de Libertador San Martín, a 60 km de la ciudad de Paraná, para los alumnos de la carrera de Medicina.

Luego, se desarrolló la primera "Maratón del Corazón" y siguió con distintos eventos de carácter cultural. La entrada fue a cambio de un alimento no perecedero y útiles escolares.


 



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