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18-08-2019
Para reconstruir la historia

Un concordiense unió las Islas Malvinas a nado

Un concordiense unió las Islas Malvinas a nado
Oscar Angélico tiene 44 años, desde muy pequeño practica deportes y siempre quiso conocer las Islas Malvinas. Este año decidió unir su pasión por las actividades acuáticas con su deseo de conocer y se animó al desafío de nadar en las frías aguas del estrecho de San Carlos. El recuerdo de los excombatientes y la sorpresa por la “vida dentro de la muerte”, presentes en una travesía para recordar.

Belén Fedullo
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“Decidí enfrentarme a un desafío”, cuenta luego de cumplir su propósito Oscar Angélico. Nació en Concordia, pero actualmente reside en Cañadón Seco, Santa Cruz. Entrenó durante ocho meses y decidió tirarse al agua para unir las Islas Malvinas, a las que nombra como argentinas. Lo logró en marzo, y en julio fue reconocido por el Senado de la Nación y los medios de comunicación

La travesía que hizo Oscar marca un hito para los nadadores de aguas abiertas. El trayecto cruza el estrecho de San Carlos, que es el que separa la isla Gran Malvina de la isla Soledad. Según describió el deportista, buscan la parte más angosta del estrecho y salen nadando de la Gran Malvina para llegar a la Soledad, las unen, en un acto simbólico.

Esa parte del reto, en distancia lineal, tiene 4.500 metros, pero por las corrientes que hay en el lugar, los nadadores deben nadar un poco más: “Tuve que hacer 5.100 metros en total”, confió Angélico.

Decisión y acción

La idea de cruzar el estrecho que une las islas no fue una más, y tampoco pudo ejecutar su plan de un día al otro. Angélico quería nadar, pero también pisar el suelo de ese lugar que le resultaba, de algún modo, familiar. Así lo hizo, incluso con un pasaporte con otra nacionalidad de por medio.

“Venía hace mucho tiempo planeando visitar las Islas Malvinas, además de hacer deportes soy escritor e historiador y muy nacionalista, entonces quería conocer ese lugar por su historia, por los héroes, por los veteranos de guerra y los que quedaron allá”, contó en una entrevista con Mirador Entre Ríos.

“En el año 2003 comencé a gestar la idea, pero no sabía cómo hacerlo. De hecho, en ese año comencé a tramitar mi nacionalidad italiana, porque si bien quería visitar ese lugar, no quería que sellen mi pasaporte argentino para entrar a un territorio que considero parte de mi país, entonces hice todos los trámites hasta que lo conseguí”.

También comentó que el año pasado hizo contacto con la empresa Sisa (Servicio Integral de Seguridad Acuática). “Sisa es la que se encarga del cuidado y los permisos, son quienes organizan el desafío y me hicieron la propuesta como nadador de aguas abiertas para hacer el cruce”, contó sobre el puntapié inicial.

—¿Te emocionaste al hacer el cruce en ese lugar?

—Sí, fue todo lo contrario a lo habitual. Cuando voy nadando usualmente controlo mi respiración, la técnica, las olas, el viento, la deriva y todo eso se esfumó cuando hice el cruce de Malvinas, a diferencia de cualquier otro evento de natación en aguas abiertas que haya hecho en mi vida. No pensé en eso, mientras nadaba pasaba otro tipo de cosas por mi cabeza, todo lo que estudié y vi, lo que fue ese escenario del estrecho de San Carlos que fue por donde se produjo el desembarco de las flotas británicas, pensaba en eso.

Cuando llegamos, ese lugar en el que había visto barcos, soldados, armas y todo lo relacionado con una guerra tenía otras cosas. Vimos peces, delfines, distintos tipos de aves y el primer impacto fue la comparación, el pensar cómo en un lugar en el que hubo tanta muerte podía haber tanta vida.

Cuando empecé a nadar empezaron a pasar por mi mente imágenes de mis amigos, de veteranos de guerra que conozco, de lo que estudié y también de mi familia, todos mis afectos y por qué lo estaba haciendo así que prácticamente me olvidé de toda la parte técnica, fue un 99 por ciento emocional, pero creo que me benefició.

—¿Jugó en contra emocionarse o no afectó en la carrera?

—Pareciera que me dio un envión. Yo tenía pensado hacer el cruce en un tiempo estimado entre 1 hora y 50 minutos y 2 horas 10, pero antes de terminar, Salvador, quien me acompañó y cuidó durante el trayecto, me contó que me faltaban apenas 800 metros y llevaba menos tiempo, me pareció poco pero seguí. Cuando llegué a la meta y toqué la piedra que estaba en la superficie del otro lado me dijo que el cronómetro marcó 1 hora 23 minutos y yo no podía creerlo. Como no creía tomamos el tiempo de mi compañera, Cristina Ganem, que es una gran referente de la natación a aguas abiertas. Tomamos el tiempo y ella llegó varios minutos después, comparamos y efectivamente logré superar mis expectativas, estaba totalmente emocionado.

—¿Cuánto tiempo de entrenamiento se necesita para hacer algo así?

—Eso depende un poco de las personas. Yo acostumbro a nadar desde muy chico, tengo 44 años y hago deportes desde los 7, entonces tengo entrenamiento; pero igualmente se hace un plan para entrenar y poder enfrentarse a un desafío como este.

En mi caso hice un plan de ocho meses de entrenamiento, que incluía natación en pileta, natación en aguas abiertas, un régimen de alimentación guiado por nutricionistas y un entrenamiento mental que fue riguroso y difícil de realizar ya que no es fácil nadar en aguas abiertas, pero es más difícil ir a hacerlo a un territorio como Malvinas cargado de tantas emociones para muchos de nosotros.

—Sos historiador ¿Pensás hacer un libro para contar la travesía?

—Es algo que siempre me preguntan y que me instan a realizar. Todavía no tengo en claro el conjunto de emociones, lo tengo demasiado fresco como para sentarme a escribir, pero creo que haré algo.

Hace poco pude hablar con Cristina, que es quien cruzó conmigo. Ella se convirtió en la primera argentina, luego de 20 años, en cruzar el Canal de la Mancha. Nadó durante 15 horas y media, unos 50 km. Es alguien que sabe y practica mucho la natación en aguas abiertas, cruzó estrecho de Gibraltar, canal de Beagle, y muchos más. Me contaba que mucha gente le pide que plasme por escrito lo que es cruzar el canal de Malvinas, así que quizás entre los dos algo haremos.

“No quería que sellen mi pasaporte argentino para entrar a un territorio que considero parte de mi país”

Oscar Angélico
nadador de aguas abiertas

Emoción, reconocimiento y futuro

El concordiense habla del reto cumplido como un sueño que se hizo realidad. Además de haber logrado llegar de una costa a la otra y de lo que significó para él, Angélico fue reconocido por el Senado de la Nación, pero también en otras ciudades y por sus pares y ese es un premio que no esperaba.

La llegada no resultó menos emocionante y la recuerda y revive: “Fue una serie de emociones conjugadas. Al principio sentí una euforia muy grande, quería gritar ‘viva la patria', pero no podía porque como el agua estaba muy fría y tenía dura la mandíbula no pude decirlo”, comentó. “Sentí muchas cosas juntas, llegué al barco con mucho frío y pude abrigarme. Allí rompí en llanto, no pude dejar de llorar por 20 minutos, y comprendí la importancia de lo que había hecho. Fue muy fuerte poder honrar a los veteranos de Malvinas, poder honrar a los que quedaron allí y de algún modo reconstruir esa parte de la historia”, mencionó, emocionado otra vez.

“Nos reconocieron en el Senado, nos pusimos inmensamente contentos”, contó, acerca de la declaración de interés que hicieron a él y su compañera, y analizó: “Creo que el máximo premio que tuve es el amor y el reconocimiento de tanta gente que me conocía, con la que he trabajado o practique algún deporte y se comunicaron conmigo. Pero también un veterano de guerra que vive en Buenos Aires y tiene un programa de radio me hizo una entrevista y me agradeció. Sentí que me quedaba muy grande que él estuviera dándome las gracias a mí y se lo hice saber, fui y nadé, pero él fue a ofrecer su vida así que no hay comparación”, mencionó.

Angélico logró su cometido, pero no piensa dejar de nadar y ahora va por más. “El próximo proyecto, impulsado un poco por Cristina, es hacer el estrecho de Gibraltar, unir Europa con África, pero hay turnos para hacerlo y recién en un año y medio o dos, así que tengo que esperar y entrenar hasta ese momento”, aseguró.

1 hora 23 minutos

para nadar 5.100 metros el estrecho de San Carlos, que es el que separa la isla Gran Malvina de la isla Soledad
“Fue muy fuerte poder honrar a los veteranos de Malvinas, poder honrar a los que quedaron allí y de algún modo reconstruir esa parte de la historia”

Oscar Angélico
nadador de aguas abiertas


 



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