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16-09-2019
Entrevista

“La historia está siempre presente entre nosotros”

“La historia está siempre presente entre nosotros”
Luis Capeletti es antropólogo con orientación en arqueología, una carrera poco convencional entre las que pueden llegar a elegir los jóvenes al terminar la secundaria. En diálogo con Mirador Entre Ríos contó el motivo de su vocación y la presencia de la historia, incluso milenaria, en nuestros días. Además, comentó detalles de lo que lo que fue su trabajo de excavación en la parroquia Santa Rosa, de Chajarí y los hallazgos que próximamente saldrán publicados.

Lucía Torres
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Cierto es que para el contexto regional no es una carrera tan habitual, “como todos, comencé con el tema de los dinosaurios, cuando era niño”, comentó Luis Capeletti, quien es antropólogo con orientación en arqueología. “En realidad estaba entre dos carreras, la arqueología y el sacerdocio, pero porque tenía la inspiración de algunos autores que eran arqueólogos y sacerdotes, de hecho estuve un tiempo en el seminario, pero todo decantó para la arqueología, creo que me gustaba el vino en otro contexto, no en la misa”, bromeó.

Por esta y otras razones logró comenzar a estudiar siendo más grande de lo habitual, a los 22 años en la Universidad de La Plata. “En la Facultad de Ciencias Naturales hay un museo muy importante, y ahí cursábamos algunas materias, museo que de chico también me atraía mucho”, mencionó el nacido en Chajarí.

En cuanto a la carrera dijo que “tenemos aportes de muchos campos, con mucho de biología humana, geología, zoología, botánica, en ciencias sociales, teorías sociales, arqueologías americana, argentina, lo que te da una visión general de lo que es el fenómeno humano”.

Excavación en Parroquia Santa Rosa

“La historia está siempre presente entre nosotros”, señaló Capeletti al hablar de su trabajo en la Parroquia Santa Rosa de Lima, de Chajarí y agregó: “Estamos parados en este suelo pero constantemente hay redes o brazos del pasado que nos están hablando”.

Todo comenzó cuando el antropólogo se enteró de que estaban por levantar el piso de la parroquia, para hacer un piso nuevo, “ante esta oportunidad, de registrar lo que había debajo de un piso de más de 80 años, me acerqué para encontrar restos de la primer capilla”. Vale aclarar que se sabía que estaban los restos de la primer capilla, “el tema es analizar esa información, tratar de corroborarla y reflexionar acerca de lo que pasaba en ese momento, el proceso de saber quiénes somos”. Y de hecho, con la información encontrada se supo que la historia que se manejaba hasta el momento, no había sucedido como se pensaba.

Hay una foto que circulaba sobre una posible primer capilla rancho, y con este trabajo se pudo saber que correspondía a la Estancia Santa Rosa, fundada por Urquiza, la que se usó como administración de la estancia, cuando comenzaron a llegar los inmigrantes italianos, austríacos y alemanes, y en 1879 se comenzó a construir el primer templo, pero a lo que hoy son algunas cuadras de la estancia que aparece en la mencionada foto.

“En un período que va desde 1899 y 1903, esa capilla se desarma, se ve como se voltean hacia adentro los bloques de barro, hay fotografías que se van a publicar oportunamente, donde se ve todo el trabajo realizado. Después se supo que el piso original de 1883, que era de ladrillos, se levanta y los encontré reutilizados en los altares laterales de la actual parroquia”, contó el profesional y remarcó que con este trabajo, “el registro es contundente, se parte de una especulación, que era esa foto de la supuesta primer capilla rancho, para llegar a materialidades, algo concreto”.

Finalmente, Capeletti hizo hincapié en que la antropología busca pensarnos a nivel regional, generando pensamientos propios. Y su intención es traer esta ciencia a la región. Por eso próximamente iniciará cursos en la región, los interesados pueden contactarlo a través de sus redes sociales —en Facebook e Instagram—, para saber más de estos trabajos que buscan traer al presente el pasado específicamente, del norte entrerriano.

Somos lo que comemos

Un aspecto importante a lo largo de los siglos fue y sigue siendo la alimentación. Al respecto Capeletti destacó que “en nuestra región hay un mestizaje entre dos mundos que van yuxtapuestos, muy juntos, pero que no se tocan, o parece no tocarse, porque en parte se mezclan y esto lo vemos en la cocina de manera tangible”. A modo de ejemplo mencionó: “El tomate por ejemplo, algo tan básico para nosotros, pero ligado al pomodoro, de la cocina italiana con una historicidad importante. No hay que olvidar que es un alimento domesticado en América hace ocho mil o nueve mil años, con un uso intensivo, y los italianos lo conocieron muchos años después y se lo apropiaron”.

Otro de los alimentos de origen americano que marca la historia y la vida de buena parte del mundo, es el maíz, “es una planta domesticada más que nada en el Valle de Guajaca en México, y que luego de ahí se expandió a toda América”. Citando otro ejemplo específico, en este caso del maíz dijo “el conocido whisky Jack Daniels, que es un destilado del maíz, porque era lo único que tenían para hacer destilado los norteamericanos, y después se hizo tan costoso y signo de prestigio”. También en cuanto al maíz, pero en un producto apto para todo público mencionó la polenta, “en Italia hay un apodo peyorativo para los comedores de polenta, eran los ‘polentoni', los que comían el ‘grano turco', porque pensaban que venían de las indias orientales”. De la misma manera sostuvo la visión de la literatura maya sobre el maíz, “nos muestra como ‘hombres del maíz', eso es muy interesante, conocer cómo lo veían ellos ya en su momento”.


 



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