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04-10-2019
Un futbolista histórico de Argentina

A 120 años del nacimiento de Gabino Sosa

A 120 años del nacimiento de Gabino Sosa
Gabino Sosa es una de las grandes figuras del deporte rosarino en la primera mitad del siglo XX. Hoy se cumplen 120 años de su nacimiento. Una figura poco conocida, pero sobresaliente por sus actuaciones dentro de una cancha de fútbol.

Hernán Alvarez
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Pocos estadios de clubes de fútbol en Argentina llevan el nombre de un jugador. Bautizar a un recinto con el nombre y apellido de un futbolista implica haber sido muy importante en esa institución, sino el más importante. Como es el caso de Gabino Sosa. Su nomenclatura está inscripta para siempre en la geografía rosarina, pero su figura va mucho más allá.

Sosa fue un destacado dentro del deporte rosarino de la primera mitad del siglo XX. Sin la fama de los futbolistas de los porteños Boca Juniors o River Plate, el jugador del Club Atlético Central Córdoba sobresalió por sus dotes futbolísticos desde una edad muy temprana.

Gabino nació el 4 de octubre de 1899 en Rosario. Se crió en el barrio de La Sexta en la zona cercana a la actual Ciudad Universitaria de la UNR, a pocas cuadras de la estación de trenes del Ferrocarril Central Córdoba que se inauguró en 1891. “Él empezó a jugar al fútbol en los potreros de esa zona”, comenta Julio Rodríguez, autor del libro biográfico sobre el futbolista llamado El Payador de la Redonda.

Comenzó a jugar formalmente para Córdoba en 1916 con 16 años. “En el libro de actas apareció como fichado del club. Jugó dos o tres partidos en la tercera y después los directivos lo vieron que era muy buen jugador. Debutó el 30 de abril de 1916 en la primera división de Central Córdoba en un partido contra Provincial en la cancha de Provincial en el Parque Independencia donde actualmente está la cancha de rugby”, dice Rodríguez.

A la par de su carrera deportiva, Sosa trabajó como empleado en la parte de encomiendas de la estación Central Córdoba. En el césped, inició su carrera como puntero por la izquierda para pasar luego al centro del ataque. “Se ve que tenía velocidad. Él jugaba de wing izquierdo porque de centroforward estaba José Pedraza que era un histórico del club. Era el capitán, caudillo y aparte era trabajador del ferrocarril”, explica Julio. A partir de 1918, Gabino comenzó a jugar de 9.

Una temporada en Instituto
En 1920, al futbolista le tocó hacer el servicio militar en la ciudad de Córdoba. Él jugó un año para Instituto en la liga cordobesa. Formó equipo con los jugadores que luego, entre 1925 y 1928, ganaron los títulos de aquel certamen en una racha histórica para ese club.

Su paso por el seleccionado
Sus rendimientos en la cancha lo llevan a ser considerado para integrar los seleccionados rosarino y argentino. “Él debuta en el ‘16 y el seleccionado rosarino lo llevó a Uruguay. Jugaron la Copa Asociación”, asegura Rodríguez.
La primera convocatoria al combinado nacional llegó en 1921 para el Campeonato Sudamericano (la actual Copa América). Disputó el primer partido que terminó en victoria por 1-0 ante Brasil (gol del rosarino Julio Libonatti) en el estadio ya demolido de Sportivo Barracas de Buenos Aires. Este fue el primer título subcontinental de Argentina.

Disputó otros partidos con la selección, incluido uno famoso ante Uruguay en 1924 (ver aparte). Integró el combinado albiceleste que disputó el Sudamericano de Bolivia de 1926 y jugó su último partido con Argentina en el ‘27.
Pese a contar con ofertas de otros clubes para dejar Tablada, siguió defendiendo los colores charrúas. Consiguió la Copa Gobernador Molinas de 1932 con Córdoba y la Beccar Varela del año siguiente. Se retiró en 1938.

Aquella muñeca
La anécdota más famosa sobre él es aquella de la muñeca alemana que estaba en la sede del club. Un juguete que obtuvo en la negociación de su contrato con Central Córdoba. “Se reunió (no se sabe si en el ‘31 o en el ‘34) con el vicepresidente, quien le dijo: ‘Nosotros tenemos para pagarte 50 pesos’. Sosa dijo: ‘Yo arreglo, pero la muñeca esa me la voy a llevar para mi hija’”, comenta Julio Rodríguez. Así le llevó un regalo a una de sus cuatro hijas (tuvo un hijo varón también). “Esos son los verdaderos amores por los colores”, opina. Ese hecho muestra a Sosa como un paradigma del fútbol amateur.

Tras su retiro siguió trabajando en la estación de trenes. Tras la muerte de su esposa, fue preso del alcoholismo. Murió el 3 de marzo de 1971. Dos años antes en un acto con él presente, Central Córdoba había decidido nombrar a su estadio Gabino Sosa.

Participante del histórico Argentina-Uruguay de 1924

Sosa formó parte del equipo argentino que superó por 2-1 en Buenos Aires (en la cancha de Sportivo Barracas) a Uruguay, que venía de ser campeón en los Juegos Olímpicos de París 1924. Aquel día quedó en la historia por ser el del gol olímpico. Se lo denominó así por habérselo marcado a los uruguayos. Sosa provocó aquel córner que ejecutó el porteño Cesáreo Onzari y que terminó en gol sin ser tocado por nadie. Allí nació la denominación de este tipo de anotación.

El Día del Futbolista Rosarino, por él

Hoy, 4 de octubre, se festeja el Día del Futbolista Rosarino por ser precisamente la fecha de nacimiento de Gabino Sosa. “Nadie lo sabe. Ni lo festeja, ni lo reivindica”, opina Julio Rodríguez. El nombramiento fue hecho por el Concejo Deliberante local en 2008. “Él es un ícono cultural de la ciudad de Rosario”, agrega.




 



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