Link completo de la nota: http://www.miradorprovincial.com/?m=interior&id_um=213287

04-11-2019
En el sector piden cambios

Los food trucks en Rosario nunca terminan de arrancar

Los food trucks en Rosario nunca terminan de arrancar
El circuito callejero empezó a funcionar hace dos años, pero enfrenta varias dificultades. Y plantean modificaciones.

Ariel Echecury
[email protected]


A dos años de haber arrancado, el circuito callejero de food trucks en Rosario está lejos de ser un negocio sobre ruedas. Es que buena parte del despliegue originalmente previsto nunca se pudo cumplir. De las 12 licencias permanentes que el Municipio habilitó para operar camiones de comida en la ciudad, quedan en pie sólo siete. Y es por eso que desde el sector, agrupados en una cámara empresaria, impulsan cambios a un modelo que funciona con éxito en diferentes partes del mundo.

La modalidad gastronómica empezó a hacerse efectiva el 14 de septiembre de 2017, cuando tras un largo proceso de licitación de licencias y armado del circuito, los primeros food trucks salieron a la calle. Fueron ocho los primeros vehículos en instalarse en los parques a pesar de un debut que fue auspicioso, nunca se llegó al objetivo trazado por la Municipalidad de Rosario de contar con circuito de una docena de food trucks habilitados para explotar el servicio.

El esquema de paradas rotativas en espacios al aire libre acordados de antemano hoy no se cumple, ni tampoco los food trucks funcionan todos los días como lo estipula la ordenanza. Además, en menos de año, dos marcas optaron por devolver la licencia y bajar la persiana debido a que el negocio no les resultaba lo suficientemente rentable. “La realidad es que algunos fueron saliendo de a poco y las paradas quedaron descubiertas y eso desorientó a la clientela. La mayoría de los food trucks se instaló en dos de los parques del circuito: el de las Colectividades y el Sunchales”, describió a Mirador Provincial Arturo Milano, titular de la Cámara Rosarina de Food Trucks.

El achique del modelo fue tal que los otros dos parques que formaban parte del circuito callejero original, Parque Urquiza y Scalabrini Ortiz, casi no son visitados por los camiones que según denuncian por lo bajo quedan “expuestos a hechos de inseguridad” en la zona.

El contexto económico, la caída del consumo y un dibujo de paradas que nunca terminó de aceitarse conspiraron contra el desarrollo de un negocio que irrumpió como boom y que en la actualidad pena por seguir subsistiendo. Si bien el licenciatario debe afrontar el pago de un canon mensual bajo, fijado en torno de los $ 6.000, existen otros costos que encarecen la apuesta más allá de la inversión inicial. Porque a eso hay que sumarle los costos de contratación de empleados, y gastos extra como equipos generadores y limpieza. Es quizás por esto que los primeros en darse de baja hayan sido empresas que ya tienen comercios gastronómicos en marcha como La Vendetta y El Club de la Milanesa.

“Notamos que quienes son emprendedores son los únicos que pudieron sostener este tipo de negocio. Porque son los que lo siguen día a día o los que usan para eventos puntuales. Por eso cayeron las de marcas más grandes, ya que nos les daba rentabilidad que justifique tener otro negocio en la calle. De hecho, los días que más se trabaja son los fines de semana, mismo día que en sus negocios. En cambio, es un formato ideal para emprendedores que pueden llevar adelante el food truck ellos mismos sin tener que asumir el costo de contratar empleados”, analizó Milano.

Sobrevivientes
Hoy en día los siete food trucks que cuentan con licencia permanente son Hell’s Truck (sándwiches gourmet), Helados Míster Soft, Cooperativa de Trabajo Communitas (panificación y pastelería), Mundo Donas, Carmencita, Tape Nade y Rosario Grill. En cambio, son varios los que cuentan con licencias esporádicas para uso en eventos y encuentros especiales, una opción que sí aparece como más atractiva. “Mediante una nota pedimos al Municipio que revea la situación actual del sistema. La idea es que las paradas estén identificadas con señalética, y se garantice el fluido eléctrico para que no haya conflictos con otros puestos. Estos temas se plantearon, pero quedaron para ver la próxima gestión”, dijo Milano.

Uno de los reclamos más fuertes que esgrime el sector para mejorar el circuito de food trucks es cumplir con el texto original de la ordenanza que permitía la venta de cerveza, con mismas limitaciones de un bar. Un punto que fue modificado en la reglamentación. “Creo que son cuestiones que vamos a poder resolver, porque el modelo fue pensado con buena voluntad, pero con el tiempo empezaron a aparecer problemas y hay que actuar”, opinó el representante del sector.

“Irregularidades”

La concejala de Iniciativa Popular Fernanda Gigliani volvió a reclamar días atrás al Ejecutivo municipal por lo que considera irregularidades en el funcionamiento de los Food Trucks.

Gigliani aseguró que en la actualidad la ordenanza y el decreto que los reglamentan consignan que las unidades deben ser alimentadas por energía limpia a través del tendido eléctrico público o con generadores instalados para tal fin. En cambio -afirma- hoy la totalidad de las unidades habilitadas lo hacen a través de improvisadas conexiones de gas envasado.

“Ante la falta de respuesta del Municipio pusimos en consideración un pedido de informes para saber quién autorizó este cambio de modalidad en la alimentación de energía contemplado en la normativa vigente”, expresó la edila.




 



miradorprovincial.com - Copyright 2024