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10-11-2019
En Concordia

El río Uruguay ascendió a los 11 metros y analizan lo que pueda ocurrir en verano

El río Uruguay ascendió a los 11 metros y analizan lo que pueda ocurrir en verano
En pocos días el curso de agua que separa a argentinos y charrúas creció varios metros. Luego de un comienzo de año difícil, no había previsiones de nuevas crecidas grandes, por lo que el panorama no es tan negativo. En la costanera toman medidas de precaución.

Belén Fedullo
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Al ser una ciudad costera, Concordia atraviesa crecientes de manera continua. A veces son grandes y castigan a los ciudadanos que deben dejar sus casas, en otras ocasiones el río sale de su cauce, pero no afecta más que los paseos cercanos y esta vez parece encuadrar con el segundo caso.

Después de mantenerse en su altura promedio, a fines de octubre el río Uruguay comenzó a crecer frente al puerto concordiense y el lago de Salto Grande, y aguas arriba de la represa también mostró un repunte. Con alturas que parecían “fáciles de escurrir”, las personas que hacen actividades acuáticas y los especialistas preveían una retirada rápida, pero llegaron las lluvias e hicieron que el proceso fuera más lento de lo esperado.

El área de Hidrología de la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande emite partes diarios en los que informa lo que sucede con el río de los pájaros y prevé las alturas mínimas y máximas para Concordia y Salto (Uruguay). Durante estos días, la altura máxima se mantuvo en 11 metros, aunque el agua no llegó a esa marca. Las precipitaciones, que no sólo se dieron en la región de Salto Grande, sino que hacia el norte también fueron persistentes, marcaron una altura promedio de entre 8.50 y 9.20 y esto encendió las luces de alerta para quienes tenían preparadas actividades de comienzo de temporada estival, tanto es así que la inauguración del paseo de la zona baja de costanera, prevista para el 15 de noviembre, se pospuso mientras se espera que la naturaleza decida permitirlo.

El repunte que tuvo el curso de agua, que fue fluctuante pero no ha llegado a niveles de alerta, también dejó al desnudo el comportamiento humano. Es que en las oportunidades en que el agua se retiró algunos centímetros, cuadrillas de limpieza tuvieron trabajo sin descanso por la cantidad de basura que se acumulaba en las orillas. “La naturaleza nos está devolviendo lo que dejamos y no le pertenece”, remarcó uno de los trabajadores. Y es la naturaleza la que demuestra que los límites impuestos por el hombre no bastan y que existe la imprevisibilidad.

La explicación sobre el fenómeno

Aunque la crecida del río no haya afectado más que algunas zonas de la costanera, las alarmas se encendieron. El 2019 comenzó con una creciente que obligó a los vecinos del barrio Puerto a dejar sus casas, y son ellos los que están atentos a lo que sucede. Desde el área de Hidrología de la CTM de Salto Grande dieron explicaciones acerca de lo que llevó a que el río se estancara entre los 8 y los 9 metros y llevaron tranquilidad.

Al respecto, el ingeniero Eduardo Zamanillo comentó: “Lo que sucede en el río Uruguay es producto de un evento que está en desarrollo desde hace varios días”, y profundizó: “Este fenómeno se da porque hubo y hay precipitaciones importantes que están afectado a la cuenca media e inmediata y, en cierta proporción, también a la cuenca alta”.

Afortunadamente, en los últimos días no se han registrado precipitaciones de gran magnitud, por lo que la acumulación de agua es menor y, de no haber fenómenos extraordinarios, en los próximos días el agua podría comenzar a retirarse.

El repunte en el río no se da solamente por las precipitaciones que se registran en la zona, sino que también responden a lo que sucede en otras regiones. “Las lluvias han generado crecidas importantes en los afluentes principales, entre los cuales se cuentan los ríos Arapey, el Cuareim y los cursos de agua de gran parte del sur de Brasil”, explicó el profesional.

Zamanillo también explicó por qué, durante varios días, en los informes diarios mantuvieron como altura máxima los 11 metros —que frente al puerto concordiense marcan el nivel de alerta—. “Estudiamos 70 escenarios posibles y esa marca contemplaba todas esas situaciones, es decir, parte de previsiones de distinto tipo”, explicó y aclaró: “En los días que pasaron estuvimos lejos de alcanzar ese techo de 11 metros que pusimos y por eso en las últimas horas fue bajando”. 

Precaución y postergación

La zona de costanera es la primera en sufrir las consecuencias de la crecida del río. En esta oportunidad solamente se vio afectada el área de playas y una pequeña parte del paseo bajo, pero esto alcanzó para que se suspendieran actividades que darían comienzo formal a la temporada estival y que se llevaran adelante acciones para prevenir.

En medio de las fluctuaciones y entre las lluvias, personal de limpieza y mantenimiento trabaja para mantener el lugar de la mejor manera posible. Las orillas del arroyo Manzores sirven como testigo de lo que la mano del hombre causa, y con cada bajante dejan a la vista la contaminación directa por parte de quienes visitan el lugar. Además de la limpieza, trabajaron para quitar cartelería y luminarias de las zonas que se ven invadidas por el agua en las alturas previstas por Salto Grande como límite.

Aldo Álvarez, presidente del Ente de Costanera de Concordia, contó: “Obviamente nunca queremos que esto suceda, pero sabemos que cuando hay tendencia creciente en el río tenemos que ponernos manos a la obra y trabajar para evitar que todo lo que hacemos se vea opacado”.

“Como primera medida preventiva decidimos sacar cartelería de la Avenida del Río, que es una de las primeras en ser alcanzada por el agua, y también sacamos todo lo que había en la zona baja, en las playas y el espacio en el que están las parrillas”, indicó y mencionó: “Habíamos instalado domos para videovigilancia en las dos playas y en la zona de food trucks que se iban a inaugurar el 15 de noviembre, pero retiramos todo. Son cosas realmente costosas y preferimos prevenir y esperamos tener una gran temporada cuando el río baje”.

Acerca del trabajo, precisó: “Son momentos en que nos mantenemos expectantes respecto del comportamiento y trabajamos hombro con hombro con Prefectura, por una cuestión geográfica, y con los representantes del área de Hidrología de Salto Grande, que nos va informando qué es lo que podría suceder”.

Mientras esperan que las lluvias no sean tan copiosas y el río pueda permitir volver a contar con las playas, las actividades aeróbicas en la zona siguen llevándose adelante y se convierten en protagonistas; y los comerciantes, que conocen el comportamiento del Uruguay, respiran aliviados porque esta vez no hay previsiones que indiquen que tendrán que retirarse para dar paso al agua.

“Aunque no se llegó al nivel de alerta nos sorprendió un poco esta subida del río, porque según entendíamos esto no iba a ocurrir en esta época, por eso teníamos preparada una inauguración temprana de actividades en el paseo, pero tuvimos que postergarla. Sabemos que no es fácil prever el comportamiento de la naturaleza, sobre todo porque no se mira únicamente nuestra región y las lluvias están siendo mayores a lo que se esperaba”, concluyó Álvarez.

Estimaciones para el verano

Sobre lo que podría suceder de cara a fin de año, Zamanillo adelantó: “La situación no es para alarmarse, pero sí hemos visto que para este último trimestre del año está previsto un nivel de precipitaciones que estará por encima de lo normal, sobre todo en noviembre y diciembre, aunque en octubre ya hubo más lluvias. Estaremos atentos, aunque las previsiones no indican que pueda haber fenómenos grandes ni crecidas como las que hubo en 2015 o a fines del año pasado”.

El río comienza a bajar, pero según los pronósticos que manejan los profesionales este jueves y viernes podrían ocurrir eventos fuertes en la cuenca media, que podrían generar un repunte leve. Para enero y febrero de 2020, en tanto, las informaciones y los estudios indican que no habría fenómenos que generen crecidas, pero eso no quita que algún evento fuerte pueda alterar la normalidad en el comportamiento del río dentro de la temporada estival.


 



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