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19-11-2019
Cuando la vocación te llama

Joven entrerriana viajará a Cuba a misionar por más de un año

Joven entrerriana viajará a Cuba a misionar por más de un año
Leonela Itatí Moreyra, tiene 27 años, es docente de educación especial y en diciembre parte a La Habana, ciudad capital cubana. Estará allí por 14 meses. Un enorme acto de entrega que la tendrá como protagonista aunque ella misma se encarga de aclarar, que el protagonista real será Dios. En una entrevista con Mirador Entre Ríos contó cómo es decidirse a poner en pausa su vida para vivir una experiencia que seguramente la enriquecerá para siempre.

Lucía Torres
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La entrerriana Leonela Itatí Moreyra, de 27 años, emprenderá un viaje misionero rumbo a Cuba en diciembre. Su viaje aún no comenzó pero la travesía arrancó hace más de un año. “Tenemos que escribir una carta de compromiso, diciendo que te querés ir de misión, por tantos meses y desde la obra te dan el destino”, indicó Moreyra en diálogo con Mirador Entre Ríos.

En cuanto recibió la confirmación de que el lugar que la misión tenía para ella era Cuba recuerda que se puso muy contenta. “Lo hablé con mi directora espiritual, es un desafío porque es muy diferente la idiosincrasia, el gobierno, la comunicación, pero lo recé mucho y dije que sí”. Los futuros misioneros pueden decir que no, o pedir cambio de destino, pero no fue algo que analizó Leonela.

En La Habana, la joven, oriunda de la localidad entrerriana de Villa Adela, vivirá en la casa de Punto Corazón, junto a otras chicas, de otras partes del mundo, “hay una de Polonia, otra de El Salvador y dos chicas más que no sé de donde son”, dijo.

Si bien ahora queda contar los días para el viaje, la decisión no fue fácil. La obra te propone un año de formación, primero consiste en vivir un tiempito en una casa de Punto Corazón en Buenos Aires, “para ver la modalidad de trabajo, si es lo que realmente querés hacer, y durante el año hay tres jornadas de formación, luego, durante las vacaciones de verano también tenemos una formación más intensa, de 10 días”. A estos días de convivencia se le suman charlas que tienen que ver con el apostolado, con el proceso de encontrarse a uno mismo, el trabajo en conjunto con otras personas de otras partes del mundo, entre otras cosas. En los casos en los que les asignan un país con otro idioma sí deben prepararse antes aprendiendo el idioma.

En su familia la decisión “fue complicada”, mencionó. Su mamá, al estar también en grupos de la Iglesia, comprendió más rápidamente el proceso, pero a su padre le costó un poco más: “Fue mucho tiempo de rezarlo y hablarlo entre los tres, eso ayudó”, contó.

Vocación de apostolado

Del lugar específico en el que va a estar trabajando comentó que son tres apostolados que tienen que visitar durante la semana, “uno es la visita a un hogar de chicos con discapacidad, un hogar de mujeres mayores y un hogar de niños”. Al ser ella docente para chicos con discapacidad “creo que voy a tener más herramientas para trabajarlo y dar lo mejor de mí”.

Ante la pregunta de por qué irse tan lejos habiendo necesidades en su propia comunidad, explicó que “acá hay mucho acompañamiento y presencia de la Iglesia y de otras entidades que ayudan a la gente, además es salir de nuestro egoísmo y confort, como bautizados somos todos misioneros y estamos llamados a ir más allá, incluso más allá de la frontera, de nuestro barrio, ciudad y país. Es un llamado y vocación, algunos son llamados a hacer un trabajo en el barrio, y es súper valioso, pero otros para irnos a donde seamos necesarios”.

Leonela, docente de educación especial, concurre habitualmente a la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Villa Adela y es animadora de infancia y adolescencia misionera. Remarcó en varias partes de la nota que le llevó varios años preparar la decisión. “Se presentan miedos, de dejar tu familia, tus amigos, tu trabajo, pero con el acompañamiento espiritual y el fuego interno del llamado que te ilumina y te llena como nada en el mundo”, aseguró. La joven ya ha llevado su vocación y ayuda a pobladores humildes de la provincia Misiones y a Perú.

Apadrinar a los misioneros

Para quienes estén interesados en saber más de esta organización o deseen colaborar con ella, pueden ingresar a www.puntoscorazon.org, o en Facebook “Puntos corazón”. Permanentemente se convoca a una colecta de padrinos espirituales, que se comprometen a rezar un denario por día, por el misionero y padrinos materiales, que pueden depositar, desde 100 pesos en adelante —lo que quieran— para el sostén durante los 14 meses.

Puntos Corazón es un movimiento misionero católico que ofrece a los jóvenes una misión de 1 o 2 años al servicio de los que más sufren. Presente en veinte países de cuatro continentes, Puntos Corazón ofrece una presencia de amistad y consolación que permite a las personas que más sufren volver a descubrir su dignidad y avanzar con esperanza en su vida. Desde 1990, más de 1.500 misioneros de 38 nacionalidades han hecho esta experiencia.

Mensaje prohibido

En cuanto a la realidad de la religión en Cuba explicó que “tengo entendido que hay católicos, no muchos, pero la cuestión es que es un tema prohibido hablar de religión, dar este mensaje. Pero nuestro trabajo, va más allá de lo espiritual, es una obra de compasión y consolación, es estar al lado del que sufre, más allá de la religión que el otro tenga”.


 



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