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01-12-2019
Una historia emocionante

El preestreno de la película “Klaus” se vivió en el Cine Paradiso de Villa Elisa

El preestreno de la película “Klaus” se vivió en el Cine Paradiso de Villa Elisa
La ciudad jardín se revolucionó con la llegada de la productora internacional Netflix. Aunque al principio a muchos les costó desentrañar qué era lo que estaban haciendo, con el paso de los días se reveló que el cinema de Omar Bordcard iba a ser la sede del preestreno del film navideño. A sala llena y con muchas sorpresas en el medio, la vida de este pequeño cine sumó un capítulo más en su historia.

Silvia Simmone
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Desde hace tres años el cine de Villa Elisa cobró relevancia a nivel internacional por la realización de la película “Un cine en concreto”, de Luz Ruciello, que relata la vida de Omar Bordcard, un vecino que a fuerza de años de trabajo, logró levantar dos veces un cine para que la ciudad no se quedara sin la magia de las películas. Ahora, este pequeño recinto de 60 butacas, volvió a ser noticia por haber sido elegido por la plataforma Netflix para el preestreno de la película Klaus, una historia navideña que refleja como los sueños, la perseverancia y la dedicación excepcional movilizan el deseo profundo de transformar el mundo.

Mirador Entre Ríos visitó la mítica sala para entrevistar con su hacedor, y aunque la llegada al lugar no fue fácil por la falta de señaléticas urbanas, después de abrir la puerta del Cine Paradiso, Omar explicó: “Ellos me dijeron que la historia de la película tenía muchas similitudes con la mía y que por eso me eligieron, pero la verdad que todo esto para mí fue una locura. Que llegue Netflix acá no me entra en la cabeza, es como mucho, y yo sé que para ellos es algo publicitario, pero lo que se vivió en Villa Elisa fue una producción impresionante”.

La circulación atípica de camiones y el despliegue escenotécnico sin precedentes que se vio en la ciudad, contó con la instalación de sets de vestuarios, iluminación, castings a los vecinos que querían aparecer en el trailer, tecnología de avanzada en los equipamientos para la filmación y catering a discreción para todos los que participaron, de un modo u otro, en la realización y los detalles del preestreno.

“Lo que a mí me pareció increíble fue cómo te trataban. Una de las últimas escenas del avance que sacó la plataforma se filmó en la vieja estación del ferrocarril, y ya había caído la tardecita, entonces yo estaba de remera mangas cortas y cuando terminaron de filmar enseguida vinieron de la producción y me taparon con una manta, y yo me reía porque pensaba: si esto hacen conmigo, ¿cómo harán con Darín?”, recordó Omar, quien a sus 70 años y ya retirado del trabajo por sus problemas de columna, dedica sus días a las proyecciones del cine, a los espectadores y al fútbol.

El preestreno

El acuerdo con la productora internacional se hizo a través de una agencia de publicidad de Buenos Aires, la cual se contactó con el elisense para saber cuáles eran los requerimientos para que la película Klaus se proyectara en su cine. “Les dije que me gustaría cambiar la pantalla porque tenía una casera que había hecho hace mucho tiempo, también les pedí una filmadora, una alfombra y cambiar la pintura de la pared de la sala. Pero vinieron e hicieron un montón de cosas más, como poner luces, revocar y pintar todo el pasillo de entrada, y también me aprobaron un presupuesto para techarlo, que era algo necesario, porque cuando está feo se complica para entrar hasta la sala”, mencionó Bordcard.

Es que el cine se ubica al fondo de la casa del albañil y funciona en un recinto pequeño en el que se hallan las 60 butacas del primer cine que tuvo la ciudad —el Mitre que se fundó en 1935— que le fueron cedidas en comodato por 100 años.

La noche del estreno de Klaus la sala sobrepasó las localidades, como era de esperarse, y muchos vecinos tuvieron que quedarse afuera del Paradiso. “El estreno fue una locura, porque ese sábado ellos me sacaron de mi casa. Yo ya había visto la alfombra y las luces nuevas que habían puesto pero no había visto el decorado. Me llevaron a filmar todo el día afuera y a la noche cuando llegué la entrada estaba tapada con una tela, me hicieron poner de espalda y simular como que agarraba un alargue y lo enchufaba para que todo se encienda, y ahí me dijeron que me de vuelta. Cuando ví lo que habían hecho en mi cine se me caían las lágrimas, era una cosa impresionante, era Hollywood”, contó emocionado.

Una vida de película

“Un cine en concreto” es la historia de los cines de Omar, pero también claro, es la de su vida. Cuando a mediados de los 80 Villa Elisa se quedó sin cine, Omar, que siempre fue amante de las películas, empezó a idear el modo de poder construir uno. A fines de 1996, en el terreno que era de su familia y sobre su casa, comenzó a edificar el Cine Paradiso, el cual se levantó en 168 jornadas incansables de trabajo, que no cesaba ni domingos ni feriados.

“En ese momento trabajaba toda la semana de albañil y en los días que tenía libre construía. Dejé de ir al fútbol, dejé todo por el cine. Fue un trabajo de hormiga porque hice cada pared, el piso y cuando se hacía de noche seguía con una luz portátil, y así después de mucho tiempo logré inaugurarlo en junio del 2000 con la película Alma Mía protagonizada por Pablo Echarri y Araceli Gonzalez, y al otro día pasamos una película para niños”, rememoró Bordcard.

A pesar del esfuerzo y la dedicación volcada a su sueño, dos años después, en medio de la crisis que atravesaba el país, el cine tuvo que cerrar sus puertas. En ese entonces, Omar pasaba las películas con un proyector 35mm el cual había conseguido a través de una donación que le hizo un cura párroco de Hasemkamp.

“Yo proyectaba pero los números no me cerraban, y aunque sabía que existía el cine digital no había tenido la oportunidad de conseguir lo que necesitaba para pasar películas de forma digital. Entonces, en medio de la crisis y con el pesar del cierre, decidí hacer festivales para ayudar a los comedores y a los pibes. Y un día llegaron a Villa Elisa gente de la producción de un programa que tenía Georgina Barbarrosa que cumplían sueños y yo no me quise ilusionar, pero presentía que algo iba a pasar. Entonces, durante el festival cuando estábamos en el polideportivo, la gente de la producción agarró un micrófono para decir que habían recorrido termas y la ciudad, que les gustaba Villa Elisa pero que se habían quedado con ganas de ver una película, entonces ahí pasó, me dieron el micrófono, yo conté que el cine lamentablemente estaba cerrado, que no podía funcionar más porque no me alcanzaba para mantenerlo, y entonces me llevaron a Canal 9 y cumplieron mi sueño”, contó.

Recuerdos y reconocimientos

Omar recuerda ese momento con añoranza, no sólo porque consiguió que su cine continuara funcionando, sino también porque en el medio del programa lo llamó Palito Ortega, su ídolo, para saludarlo. Durante esos años, la sala siguió proyectando durante todos los sábados y domingos, hasta que en 2009, Luz Ruciello, oriunda de Colón, encontró el cine y le propuso hacer una película.

“Ella salió con su novio a dar vueltas en el auto y cuando llegaron a Villa Elisa se fueron metiendo por las calles, y entonces vio el cartelito afuera de mi casa que decía ‘Cine' y paró. Sin saber, golpeó las manos y ahí nos conocimos, le conté la historia, y gracias a Dios quedaron de ese encuentro imágenes de archivo que después fueron utilizadas en la película. Porque cuando se enteró que en el 2010 iban a demolerlo se puso en marcha para conseguir fondos y contar toda la historia. Presentó el proyecto al INCAA y ganamos, yo no lo podía creer”, relató.

El Cine Paradiso, dos veces construido desde cero, hoy funciona en la nueva casa de Omar, un lugar sencillo en el que vive con su mujer y en el que conserva las más de 700 películas que fue adquiriendo durante toda la trayectoria del espacio. El film que cuenta su historia cosecha reconocimientos internacionales y ya se proyectó en Shangai, en la India, en Francia, Italia, España, Tailandia, Perú y Argentina.

“A veces pienso que lo que sensibiliza en ‘Un cine en concreto' es el tema de lo humano, porque por ahí lo que ve la gente es que lo hace alguien como ellos, en la lucha diaria, sin guita, con problemas de salud. Yo en el segundo cine podría haber dicho ya está, pero cuando te pones a pensar, aunque sean pocas o muchas las personas que te acompañaron durante tantos años, que se pierda el cine en el pueblo, es también sentir que se pierde tu lugar en el mundo”, reflexionó Bordcard.

Cuando un acto de bondad inspira a otros

La participación del elisense en el programa ¿Quién quiere ser Millonario? que conduce el periodista Santiago Del Moro, dio a la historia un reconocimiento particular a nivel nacional. Bordcard formó parte del ciclo a mediados de año para conseguir el dinero para comprar un amplificador de sonido que se había roto en su cine y para poder realizar dos intervenciones quirúrgicas, una en la vista y otra en la dentadura, las que finalmente le fueron donadas porque no alcanzó a ganar en el juego el dinero que necesitaba. “Cuando me invitaron a participar yo les dije que no, porque sólo tenía hecho hasta séptimo grado, pero me insistieron y me dijeron que iban a adaptar las preguntas. Finalmente el juego no era para mí, pero cuando salí del programa ya tenía dos ofrecimientos para realizarme mis operaciones y un montón de gente de diferentes lugares de Argentina se contactaron conmigo para depositar dinero para que pudiera seguir haciendo las proyecciones”, contó y remarcó que hasta el día de hoy no puede creer las repercusiones que generó su participación.

La sala, que permanece abierta desde hace 19 años, tiene una entrada muy accesible —hoy $25— para que todos quienes quieran ver una función lo puedan hacer. Aunque la cuestión económica siga siendo la amenaza principal que acecha el sueño de Omar, él se muestra esperanzado y agradecido porque en más de una oportunidad la solidaridad lo ayudó a seguir adelante.

“No es fácil, hoy está todo muy caro y ya estoy pensando que el año que viene no voy a poder cobrar menos de $40. Este año después de las devaluaciones me quedé muy corto pero si se sostuvo es por la gente que conoció la película y fue colaborando. Yo dije siempre que esto no era sólo para mí, que la entrada es barata para que todos puedan venir y si viene alguien que no puede pagar, pasa igual. Y si viene algún nene que no puede comprarse golosinas como todos, yo le doy, porque en qué me va a cambiar a mi vender un alfajor más, pero a ese nene sí lo cambia. Y quiero que todos estén en igualdad de condiciones”, concluyó Omar.

Cine Paradiso

La sala se encuentra en calle Alvear 942 de Villa Elisa y realiza proyecciones durante los fines de semana, excepto en enero y febrero, cuando permanece cerrada por la falta de aire acondicionado. Las donaciones para el espacio se pueden hacer en el CBU 386004017350; Cuenta nº 035004017350.

El avance que realizó Netflix para el preestreno de Klaus se puede encontrar en la plataforma, al igual que la película, que cuenta con el debut en dirección de Sergio Pablos, guionista de reconocidos largometrajes animados como “Minions” y “Mi villano favorito”.

Que se pierda el cine en el pueblo, es también sentir que se pierde tu lugar en el mundo

Omar Bordcard
fundador del Cine Paradiso


 



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