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06-01-2020
Microrregión Tierra de Palmares

Cartografía cultural para las vacaciones

Cartografía cultural para las vacaciones
El departamento Colón se prepara para vivir una temporada con diversas propuestas histórico/culturales que revitalizan las costumbres y vivencias de antaño en la región. Museos, teatro, gastronomía y recorridos interactivos forman parte de un itinerario que se descubre en la Microrregión Tierra de Palmares.

Silvia Simmone | [email protected]


Colón, San José, Villa Elisa, Ubajay, Primero de Mayo y Pueblo Liebig son parte de la mancomunidad Tierra de Palmares, conformada hace más de 20 en el departamento Colón. El asociativismo productivo entre estos municipios, sus instituciones y las ciudadanías, dio como resultado el florecimiento de una oferta turística con identidad propia en donde museos, monumentos y sitios antiguos conviven con parques termales y diversas actividades de ecoturismo.


El paisaje cultural que se dibuja y distribuye cartográficamente en cada uno de los parajes de la microrregión invita a rememorar historias de inmigración, ruralidad, costumbres de los abuelos y memorias populares.


El trabajo inmigrante


A pocos kilómetros de Colón, en un punto equidistante entre esta ciudad y San José se encuentra el Museo Provincial y Monumento Histórico Nacional Molino Forclaz. El molino a viento que se preserva en el sitio es digno de admiración arquitectónica y fue construido entre 1888 y 1890 por Juan Forclaz, quien arribó a la región con su familia cuando era un niño a principios de 1860 con la primera oleada inmigratoria traída por Urquiza al departamento Colón.


El molino que levantó Forclaz en tan solo dos años, mide 12 metros de alto y 25 metros de diámetro de circunferencia y fue construido con el objetivo de aumentar la producción de su hacienda, la cual era la única que comercializaba harina en la región. Pero el gigante de piedra mora nunca funcionó, demostrándose caprichoso ante el esfuerzo de Juan quien cuatro años después de su construcción, sumido en una profunda depresión por haber llevado a su familia a la ruina económica, murió.


Hoy esta historia es revalorizada en el Museo Molino Forclaz, donde la cultura del esfuerzo y del trabajo forman parte de la diada interpretativa a la cual invita el recorrido del sitio, ya que además de conocer la historia del molino a viento, se pueden revivir diferentes escenas del trabajo productivo en el campo, las cuales se relatan a través de los objetos que se exponen en el museo o en las visitas guiadas teatralizadas que se ofrecen durante la temporada estival y los fines de semana largo.


En las seis hectáreas de campo en las que se emplaza el museo, se conservan además la casa de la familia Forclaz, que supo ser un lugar de encuentro e intercambios durante la época colonial; y un antiguo molino a malacate (por tracción a sangre) de mediados del siglo XIX perfectamente conservado que fue utilizado por la familia para sus actividades de molienda por casi cien años.


Los recorridos guiados pueden realizarse de martes a domingo de 9 a 13 horas, y de 16 a 20. La entrada tiene un costo de $50. Por su parte, las visitas guiadas teatralizadas en donde se recrea la vida de la colonia y la historia de Juan Forclaz a través del teatro, se realizarán durante todos los jueves de enero y febrero a las 20 horas, y la entrada es de $300 para mayores y $50 para menores.


Del barco a la colonia


El Museo Histórico de San José es otro de los lugares emblemáticos que pueden visitarse en la microrregión Tierra de Palmares. Fundado en 1957, a 100 años de la creación de la Colonia y ubicado en el centro de San José, este museo nació por la intención comunitaria de preservar la memoria de las primeras familias inmigrantes y sus descendientes. Es así que hoy con más de 400 objetos que pertenecen al período inmigratorio, este sitio es reconocido a nivel nacional por su apuesta museográfica innovadora, en la cual se conjugan el pasado y el presente para rescatar la historia de las vivencias, la conformación y el auge de la primera colonia agrícola de Argentina.


Una de las propuestas centrales que se desarrollan en este sitio durante la temporada de verano es la actividad “El Museo que no se ve”, donde los usuarios pueden conocer la reserva técnica del museo en donde se resguardan los objetos que no están en exposición en condiciones ambientales cuidadas. En este recorrido se aporta información sobre técnicas de conservación y restauración de mobiliarios, fotografías, documentos y textiles, entre otros datos que surgen durante las mismas visitas guiadas a la reserva. Para este verano 2020, la novedad es que el museo inaugurará una nueva sala con actividades didácticas orientada para los más pequeños y pondrá en visibilización “El objeto del mes”, una propuesta que busca reconstruir la historiografía de un objeto seleccionado y su relación con el entorno social de la Colonia.


El Museo Histórico Regional puede visitarse todos los días (excepto los lunes), de 8 a 12 y de 18 a 21, mientras que las visitas a la Reserva Técnica se realizarán todos los domingos de enero y febrero. La entrada es un bono contribución de $30.


Memorias industriales


A sólo 7 kilómetros de Colón se encuentra Pueblo Liebig, un lugar ideal para los amantes de las viejas construcciones. Recientemente constituido como municipio, este pequeño poblado de aproximadamente 1.500 habitantes invita a recorrer un casco histórico peculiar, basado en la arquitectura de los pueblos fabriles europeos, los cuales nucleaban a la población (mano de obra) en torno a la fábrica. Aunque lamentablemente la Liebig’s Extract of Meat Company (Lemco) no puede visitarse, persisten en Liebig las memorias históricas y culturales de un período de florecimiento que se dio a principios de 1900 sobre la costa del río Uruguay, con una industria cárnica de gran importancia que terminó desarrollando el tradicional Corned Beef.


En la actualidad, parte del casco urbano de Liebig es Patrimonio Industrial de Argentina, y los recorridos autoguiados que pueden realizarse entre sus calles, se completan con una propuesta de rescate histórico llevada adelante por Espacio Marca Liebig, en donde las memorias del Pueblo se cuentan a través de los planos originales sobre los que se plasmó su estructura.


Asimismo, se puede visitar en este lugar la colección privada Butterflies, una exposición que reúne más de 2.500 especies de mariposas a las que se suman caracoles, piedras fósiles y el único huevo de dinosaurio que se encontró en la zona.


Vivencias de una comunidad


En el recorrido de la Microrregión, también se encuentra en Villa Elisa el Museo Estancia El Porvenir, el cual invita a conocer la historia y las costumbres de los abuelos. Este sitio, que funciona en el antiguo casco de estancia de la que fuera la casa del fundador del pueblo, Héctor De Elia, propone un itinerario entre colecciones diversas en las cuales encontramos desde objetos escolares, vestimentas, mobiliarios, herramientas de trabajo de campo, elementos del hogar, hasta una colección de automóviles de principios del siglo XX.


El Porvenir es un sitio clave para la comunidad elisense, ya que a través de sus exposiciones y actividades, rememora de forma constante las vivencias de los personajes particulares del pueblo. Es por esto que durante enero se desarrolla una de las propuestas centrales del museo, “La noche de familias y amigos”, donde a través de un objeto museológico se valoriza la historia de alguna persona que haya hecho un aporte a la historia regional.


Este año, la velada se desarrollará durante el 17 de enero y se rememorará a la primera obstetra de Villa Elisa que fue América Micheloud de Díaz. En este evento, se realizará una teatralización sobre la vida de América y su hija del corazón contará las experiencias que hacían a la labor del parto en la Colonia, aportando vivencias y recuerdos del trabajo de su madre, a quien acompañó desde los once años.


Tesoros escondidos


En la zona rural aledaña a Villa Elisa se ubican dos lugares que permanecen inalterables al paso del tiempo: los almacenes de campo. A 12 km del complejo termal de la ciudad jardín, se halla el Almacén de Ramos Generales Francou, el cual fue fundado en 1907 y conserva hasta el día de hoy, su función original de proveer de alimentos y productos a las familias que viven en el campo, además de preservar todo el mobiliario original y la documentación de almacén que se registró allí por más de 100 años, lo que permite reconstruir la historia de diferentes épocas.


Este sitio, que se incluye en la propuesta de turismo rural del Inta, fue declarado de interés cultural para la provincia, por salvaguardar con sus actividades las costumbres cotidianas de la época de la colonia. Atendido por sus propios dueños, este antiguo almacén invita al visitante a descubrir las delicias de las producciones del campo, como el chorizo casero, las bondiolas y los quesos, los huevos de codorniz en escabeches, el mate cocido o café con leche con dulces y masas caseras, picadas con salames regionales, entre otras opciones. No se realizan actividades especiales, ya que la propuesta del Almacén de Ramos Generales Francou es continuar funcionando como siempre lo hizo: atendiendo a los vecinos e invitando a los recién llegados a que compartan estas experiencias las cuales se mezclan con las historias de inmigración y ruralidad que conforman el paisaje cultural regional. Los horarios de atención son de lunes a sábado de 8 a 12 y de 16 a 20.


En la misma línea, trabaja el Almacén de Campo Don Leandro, ubicado a 8 km del casco urbano de Villa Elisa, en la zona de Colonia Hocker. Este sitio fundado hace 40 años por la necesidad del pueblo de abastecerse, invita a que el visitante pueda concretar su estancia en un paraje rural, además de degustar los sabores regionales y conocer en sus recorridos guiados, la historia de los inmigrantes suizos, italianos y franceses.


Antiguo pueblo El Palmar


A 6 km del Parque Nacional El Palmar se encuentra Ubajay, un municipio de 3.500 habitantes que en su recorrido histórico autoguiado digital permite conocer la arquitectura de un antiguo pueblo de colonos judíos. Entre sus calles se preservan edificios de principios de 1900 que supieron ser claves para el desarrollo de la vida urbana de la colonia, en los cuales, se pueden reconocer las huellas del paso del tiempo por sus estructuras de adobe con asentamiento en barro.


Entre las construcciones destacadas se conservan la Sinagoga de la colectividad judía Baron Hirsch, la cual dejó de funcionar aproximadamente en 1950; un bar y talabartería que funcionó a principios de 1920 y en los 60 adoptó el nombre de Bar de Troperos por las actividades culturales que se realizaban allí; el edificio de Correo y Telégrafo La Nación conocido como “Estafeta Ubajay” que brindó a los habitantes el servicio de correspondencia en la década de 1930; la primera casa de la Colonia que se fundó junto con el ferrocarril entre 1915 y 1917; un hotel, una tienda de telas, una iglesia y varios almacenes de ramos generales que proveyeron a la comunidad de carnicerías, servicio de surtidor de combustible a manija y bares.




 



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