20-01-2020 Peter Eigen, exclusivo desde Berlín “La corrupción es la raíz de todos los males” Las prácticas corruptas tienen un historial frondoso en Argentina. Peter Eigen, fundador de Transparencia Internacional, habló con Mirador Provincial sobre la situación en nuestro país y en el subcontinente. Hernán Alvarez [email protected] Es archisabido que la corrupción es una de las causas de los problemas que Argentina arrastra, especialmente desde hace nueve décadas. Este flagelo no es sólo patrimonio nacional. En todo el mundo, es un obstáculo que empeora la calidad de vida de las personas por sus consecuencias indirectas. La ONG Transparencia Internacional (TI) fundada en 1993 y con sede en Berlín (Alemania) se ocupa de luchar contra la corrupción en todas sus formas. Su rama en Argentina es Poder Ciudadano, institución con sede en la Capital Federal que cuenta con el respaldo de TI. La ONG internacional realizó en 2018 un ranking mundial según la percepción de corrupción con los más limpios en la cima. Nuestro país está muy lejos de los mejores al ubicarse en la 85ª posición sobre 180 estados. Es decir, que se encuentra cinco puestos por arriba de la mitad del escalafón. La nota otorgada por TI fue 40 sobre 100. Un 4 magro que demuestra a la distancia que se está de los países más avanzados en la materia (ver recuadro). Peter Eigen fue uno de los fundadores de Transparencia Internacional y su presidente hasta 2005. A partir de ese año, preside el consejo asesor de la entidad. Participó en la fundación de Poder Ciudadano en los ’90. Eigen habló desde Berlín vía Skype con Mirador Provincial. - ¿Cómo ve a Argentina desde Alemania en términos generales? - Argentina tiene altibajos al luchar contra la corrupción. Algunas veces apoyan mucho esa lucha, pero muchas veces tienen tiempos muy difíciles. Con (el presidente Carlos) Menem, por ejemplo, tuvieron muchos momentos duros. Estamos orgullosos del rol de Poder Ciudadano en Buenos Aires. En general, somos muy positivos sobre Argentina. Visité Argentina muchas veces con diferentes organizaciones. Las políticas económicas son muy malas en Argentina. Estamos muy tristes de ver que Argentina va muy mal en cuanto a política económica. - ¿Qué piensa sobre el gobierno nacional actual que comenzó en diciembre pasado? - Nosotros apoyamos en estrategias sobre corrupción, pero no podemos hacer ajustes desde acá. Somos diferentes a El Vaticano. No tratamos de predicar cómo comportarse. En ese sentido, es muy difícil contestar esta pregunta. Cuando Néstor Kirchner comenzó como presidente hace mucho tiempo (2003) lo conocí personalmente. Él me prometió que haría mucho por pelear contra la corrupción. El resultado no fue muy bueno. - ¿Qué puede hacer Transparencia Internacional para alentar a reducir los niveles de corrupción en Argentina? - Ya lo hace. En mi opinión, el mejor acercamiento es tratar de movilizar a la sociedad civil, trabajar con el gobierno y con el sector privado para fortalecer el consenso dentro de la sociedad contra la corrupción. Poder Ciudadano es una de nuestras mejores filiales. Tienen muchos miembros en el país. Hay muchos periodistas muy interesados en ayudar. No buscamos sólo castigos y sanciones criminales contra la corrupción. Estamos más interesados en fortalecer el sistema contra la corrupción. El sistema tiene muchos elementos y las sanciones criminales son sólo una parte. Las otras partes son legislación para garantizar libertad de información, libertad de expresión, todas las políticas sobre el secreto de Estado. Es una gran pena que Argentina, que ha sido uno de los países más poderosos del mundo, que era más rico que Estados Unión hace 100 años, viene en picada libre por la corrupción. - En su opinión, ¿puede Argentina convertirse en un líder en la lucha contra las prácticas corruptas en Sudamérica? - En Argentina, hay un montón de buena gente. Hay mucha gente poderosa que realmente sabe sobre corrupción. Luis Moreno Ocampo fue uno de nuestros mentores cuando trabajamos juntos. Ser un líder es difícil. Mire a Brasil. Brasil tiene ese caso gigante de Lava Jato. En Bolivia, el presidente (Evo Morales) perdió la confianza de su pueblo por la corrupción. No creo que el gobierno chileno sea particularmente corrupto, pero para mí es uno de los casos extraños. Definitivamente, Argentina tiene la gente, las instituciones, la fuerza de varios grupos para convertirse en líder, pero será muy duro salir del hoyo donde Argentina está en este momento. - ¿Cuáles son las peores consecuencias que la corrupción puede traer a un país? - Destruye la democracia. Destruye el desarrollo económico. Crea pobreza. A vece inclusive crea conflictos. Muchos países africanos muy ricos pelearon entre sí por la corrupción. La corrupción es una de las peores catástrofes para una sociedad. Todo el cambio climático actual es debido en gran parte a la corrupción que socaba las cualidades de sustentabilidad. Si los bosques son desforestados, sucede muy a menudo porque se les permite a las compañías ricas robar los bosques. La corrupción es la raíz de todos los males de la Tierra. - ¿Cuál es el costo que un país paga por tener niveles alto en esta materia? - El costo es muy mal desarrollo. Argentina podría ser uno de los países más ricos del mundo. Nigeria tiene grandes riquezas naturales y tiene a 200 millones de personas viviendo en la pobreza. ¿Por qué? Por la corrupción. Esto se puede ver en muchos países en el mundo. - ¿Hay algunas acciones concretas que Transparencia Internacional puede ofrecer en su área? - Sí. Es por eso que tenemos una filial nacional en Argentina. Estas filiales nacionales están a cargo de crear las herramientas que Transparencia Internacional ofrece para aplicar eso en sus propias sociedades. La filial nacional en Argentina es Poder Ciudadano. Ellos deben desarrollar las ideas de qué se puede hacer. Han desarrollado grandes ideas. - ¿Qué se podría hacer en Argentina para disminuir la corrupción en las compañías privadas y en las organizaciones? - Realmente no diferenciamos entre corrupción en empresas privadas y en lo público. Las empresas privadas sufren de corrupción, pero también son la gente que alienta la corrupción. Deberíamos tratar de convencer a los líderes en los sectores privados de que es muy dañino para ellos, para la democracia y para el desarrollo económico. Si no siguen las reglas, deberíamos tratar de desarrollar algunas campañas para introducir reglas, procedimientos y criterios para empresas. Esto existe a nivel internacional. Es un esfuerzo de las Naciones Unidas recordarles a los líderes de los grandes negocios del mundo sobre su responsabilidad por combatir la corrupción. Deben apoyar eso. Si no lo hacen, deberían ser castigados. Malas notas en la región Los países de Sudamérica no se caracterizan por su limpieza institucional salvo dos casos puntuales. Así, Brasil tuvo una nota de 35/100 y quedó en el 105º puesto según el índice de TI de 2018. Paraguay sacó 29/100 para ocupar la 132ª posición, mientras Bolivia fue calificada de igual manera para ubicarse en el mismo escalón que su país vecino. En cambio, Chile obtuvo una nota de 67/100 para quedar en el 27º puesto. Uruguay también se ubicó en otro sector al obtener un 70/100 para ocupar el 23er lugar. El peor país de América del Sur fue, como era de esperarse, Venezuela. Ese estado recibió un 18/100 para quedar 168º sobre 180 naciones. El ranking mundial lo lideró Dinamarca con una calificación de 88/100. La segunda posición fue para Nueva Zelanda con 87/100 y tercero quedó Finlandia con 85/100. El peor país de los 180, Somalia con 10/100.