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28-01-2020
Atlético Paraná y Belgrano tienen técnicos que viene caminando juntos desde muy pequeños

Dos DT, dos barrios, dos clubes y mucho más cosas en común

Dos DT, dos barrios, dos clubes y mucho más cosas en común
Romeo Molina y Hugo Fontana se emocionaron al hablar uno del otro junto a Mirador de Entre Ríos. El sentimiento que se tienen está claro que es mutuo. Son amigos desde muchos chicos. Se conocieron en barrio Lomas del Mirador II y luego ambos se mudaron a Paraná XVI, donde vivían muy cerca. Sportivo Urquiza los encontró por primera vez juntos en una cancha de fútbol y en el Mondonguero compartieron su primer proyecto como entrenadores.

Juan Manuel López

Romeo Molina, actual técnico de Belgrano, es una año mayor que Hugo Fontana, el entrenador de Atlético Paraná. El Negro jugó en el elenco Mondonguero en divisiones inferiores, mientras que el Tony las hizo en Sportivo Urquiza, antes de su paso a Colón de Santa Fe. Su punto de encuentro dentro de una cancha se dio en La Floresta, cuando compartieron el primer equipo de la V Azulada. Ahí el actual DT del Mondonguero era el cinco de contención y el técnico del Decano jugaba unos metros más adelantado, haciendo las veces de cinco ofensivo.

Pero su amistad comenzó fuera del rectángulo de juego. De muy chicos fueron vecinos en barrio Lomas del Mirador II y luego se mudaron a Barrio Paraná XVI, donde se forjó la amistad. En el barrio del Sudoeste sus casas estaban muy cerca y de sus años en el sector tienen miles de anécdotas juntos.

“Nuestra amistad viene del barrio, pasábamos muchas horas juntos, armando algún picado o jugando a las bolitas”, destaca Romeo en la previa a la charla con este medio.

Ambos llegaron a la redacción de Mirador de Entre Ríos para contar sus historias y mostraron la ilusión que traen encima para ser protagonistas en el próximo Torneo Regional Federal Amateur 2020, que los tendrá como rivales con sus equipos el próximo 2 de febrero en el Nuevo Estadio Mondonguero.

Oportunidad para tres

Ambos, al igual que el actual DT de Sportivo Urquiza (el otro equipo de Paraná que formará parte del campeonato), Gustavo Romero, son productos de la Liga Paranaense de Fútbol.

-¿Por qué creen que los clubes locales apostaron a técnicos de la ciudad en este torneo?

Hugo Fontana (HF)-Hay que ser sinceros. La realidad económica hace que los dirigentes se fijen en lo genuino, antes que en los técnicos de afuera. Obviamente que cada uno de nosotros desde su lugar ha hecho cosas importantes para merecer esta oportunidad. Gustavo (Romero) logró consolidar a Sportivo en la Liga y además lo llevó a una final del Torneo del Interior. Además es alguien del club, reconocido y por eso los dirigentes confían en el. Romeo más allá de que jugó con nosotros en Sportivo, tiene su sentido de pertenencia fuerte en Belgrano, es un chico que ha pasado por todas las divisiones de esa institución como jugador de fútbol y ahora le ha tocada volver a una situación de restructuración en Belgrano, como ya se hizo anteriormente. Estaba en una zona linda de confort con Alejandro (Schneider) y tras su salida con Javier Martínez apostaron a él y ha dado resultados, eso está evidenciado con los campeonatos de la liga. En mi caso Atlético Paraná apuesta a mi experiencia y al recorrido que he tenido en el último tiempo.

Romeo Molina (RM)-El apoyo de Javier (Martínez), del coordinador y de toda la gente que está trabajando en Belgrano es muy grande. Es el tercer año de este proyecto y siguen apostando, demostrando que me tienen confianza. Es algo que me hace trabajar con tranquilidad y cómodo, incentivando a que pueda expresar mí idea. Jugar este tipo de torneos es muy importante, es donde puedo pegar el salto en mi carrera, para eso trabajo. Enfrentar a estos equipos tan importantes de la ciudad, con estos entrenadores que han ganado cosas es algo gratificante, los dos entrenadores tienen la experiencia necesaria para estar al frente de sus equipos, para mí será la primera vez en este tipo de competencias, por eso lo tomo como una prueba de fuego.

Sportivo los unió en la cancha

Si bien siempre compartieron equipos o fueron rivales en los picaditos del barrio, ambos entrenadores compartieron un mismo equipo de grandes, en la primera división de Sportivo Urquiza.

-¿Cuál es el significado de esa institución en sus vidas?

RM-Hice todas las categorías formativas en Belgrano, pero jugué once años en primera división de Sportivo. Es un cariño muy grande hacia la gente de este club, donde tengo muchos conocidos y amigos. Pasé momentos muy buenos y también de los otros, pero siempre recordando cosas positivas. Jugar en ese club es hermoso, distinto, siempre lo digo. La gente del puente blanco para el sur es distinta, así lo siento. Enfrentar a personas con tanta pertenencia con Sportivo es algo hermoso.

HF-Uno a medida que se mete en la profesión comienza a disociar las cosas. Uno intenta ser lo más profesional posible y se aleja del hincha que tiene adentro. Obviamente que cuando no dirijo, no puedo dejar de agradecer lo que me han brindado las instituciones. Sportivo es el lugar donde me hice conocido, donde me gané mi apodo, ahí me inicié y nos dimos mutuamente todo. En el caso de Belgrano es similar, es parte de mi profesión, en su momento el presidente Alejandro Schneider apostó a mí siendo muy joven, con apenas 30 años. Me hice cargo de un proyecto y de un proceso que aún tiene secuelas.

Objetivos

Más allá de cómo están conformados sus planteles (Paraná con jugadores de mayor experiencia y trayectoria, Belgrano con más pibes y muchas incógnitas) de cara al próximo certamen nacional, los dos entrenadores saben que van por todo.

-La ilusión de conseguir el premio máximo está presente.

HF-El objetivo siempre es el máximo. Obviamente no tenemos que errarle en el criterio, para no generar falsas ilusiones. Pero uno sabe que vive con presiones, que hay propósitos competitivos y que siempre tenemos que aspirar al máximo. Principalmente hay deseo de superación, si no tendría esto no podría ser un competidor en este sistema. Son las dos instituciones decanas del fútbol local. A uno le ha tocado estar del otro lado de la vereda y librarse de presión con el mensaje muchas veces es bueno. Pero después, más allá de la institución donde uno esté, siempre la idea es aspirar a lo máximo y tratar de conseguir la gloria.

RM-Queremos seguir con el proyecto que venimos acompañando hace varios años, continuar con esta idea. Trabajando con un plantel bastante amplio tenemos el objetivo de llegar a lo más alto. Sabemos que Belgrano es una institución importante en Paraná y Entre Ríos y tenemos que dejarlo bien parado. Es un certamen muy difícil, del que van a participar equipos de jerarquía, será muy difícil. Tenemos que seguir con este proyecto todo el año, en la Liga también, esa es la idea y se la comunicamos a los chicos que sumamos. A ellos les pedí que se queden todo el año.

La liga paranaense



-¿Y la actualidad del fútbol paranaense?

RM-Se vio algo en la final, la puesta en escena fue muy buena. Siempre se está intentando mejorar, ayudar a los equipos. Cada vez que se juega de local, la liga regala pelotas y hay otras cosas que tienen que servir para que todas las instituciones que la conforman hagan un clic para mejorar ellos también.

HF-El proceso de la Liga es como todo cuando es nuevo. El primer año faltó conocimiento de algunas cosas seguramente, además de algunos vicios que se traían. Las ligas de fútbol de diferentes lugares generalmente son manejadas por una persona y ese es el problema. La Liga Paranaense estaba por ese sistema y ahora se ha abierto mucho en estos años que han pasado. Se está viendo una evolución, tiene cosas positivas. Los torneos tienen inicio y finalización, la premiación se está otorgando en todas las categorías dentro del campo de juego. Estamos hablando de 13 torneos. Hay una organización importante atrás que permite que se logren todas estas cosas. Este año hubo un incentivo económico para el campeón de primera división y se vienen ahora premios también para el certamen femenino. Es una lástima que Patronato no compita con primera división en la Liga, es una mancha que tiene el fútbol de nuestra ciudad. Se necesitan mutuamente, me gusta ser crítico y me da la sensación que esto tiene mucho que ver con como se ve la cancha de Patronato por el mismo espaldarazo que le da al club al fútbol en la ciudad.

Risas y lágrimas

El momento más emotivo de la charla llegó al final. Cuando hablaron de las anécdotas de la infancia y de lo que cada uno significa para el otro. Ambos se emocionaron y en medio de sus relatos hubo lágrimas y risas, sin dudas una imagen para encuadrar.

Quien tomó la posta fue Fontana. Al hablar de Romo sin evitar emocionarse comentó: “Son más las cosas buenas que uno recuerda que las malas (con los ojos llorosos). Se me viene a la cabeza cuando íbamos todos los días a la casa de él, nos esperaba con el mate y las facturas (la familia de Molina tiene una panadería); pasábamos muy lindos momentos de charlas. Con él y con la familia, me emociono porque eran momentos muy lindos con sus padres y sus hermanas; tenemos familiares en común y son recuerdos fuertes de nuestra juventud. Deportivamente siempre digo que por él pude jugar al fútbol muchos años. El sistema en este deporte evolucionó, yo era un jugador que no le gustaba demasiado desplazarse mucho en la cancha y tener a él atrás corriendo por mí, haciendo el esfuerzo y el desgaste para darme la pelota y que yo pueda jugar simplificaba todo. Siempre digo que él no salía en los diarios porque era feo y salía yo porque tengo ojos claros (risas). Son anécdotas que fueron quedando”.

Romeo se pone nervioso cuando empieza su relato sobre el Tony. Tiembla, se emociona y empieza a contar: “Todas las mañana aparecía a tomar mates. Llegaba el con diez amigos más a tomar mates con mi papá. A veces yo estaba trabajando en la panadería y caía todo el plantel de Sportivo después de jugar. Tengo el recuerdo de cuando se jugaban torneos en una manzana del barrio, los partidos terminaban muy picantes o cuando llovía y nos íbamos todos a jugar a la canchita del barrio en calzoncillos (risas). Jugábamos al fútbol a la medianoche, todo el barrio atrás de la pelota. Además tenemos familia en común. En lo futbolístico siempre aprendí de él, es un año menor pero siempre imité como se movía, como jugaba, como veía el fútbol. El tenía 17 años y ya estaba proyectando lo que iba a ser de su vida. Ahora como técnico intento seguir el camino de él, es mi espejo, intento seguir su camino. Siempre me emociono cuando hablo de él (lágrimas)”.


 



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