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04-02-2020
Santiago Pipi Vesco, ex jugador y actual director técnico

“Toda mi vida está ligada al básquet”

“Toda mi vida está ligada al básquet”
“En algún momento va a pasar que no seré más entrenador y me transformaré en dirigente o apoyaré desde adentro de alguna manera”, aseguró en una extensa y jugosa charla con MIRADOR ENTRE RÍOS un reconocido personaje del ambiente del deporte.

Marcelo Tórtul
redacció[email protected]

En cualquier cancha de básquet de la Argentina con solamente nombrar a Santiago Pipi Vesco debido a su extensa trayectoria, carisma y recorrer el país alguno de los presentes seguramente lo traerá a su memoria. Es de aquellas personas que no pasan desapercibidas dentro y fuera del rectángulo de juego. Desde muy pequeño –apenas 4 años– y de la mano de sus abuelos estableció un vínculo que sería más que estrecho con el básquet. Vínculo que se mantiene y que perdurará como él mismo lo dice: para siempre.

En su bunker-oficina en el Club Olimpia, donde actualmente es el entrenador del plantel que participa en el Torneo Federal, MIRADOR ENTRE RÍOS tuvo una interesante charla donde se quiere reflejar toda una historia de vida dentro del básquet.

–¿Qué recuerdo tenés de tus comienzos de pequeño con el básquet?

–Lo primero que me viene a la cabeza es la imagen del club Echagüe y de mis abuelos. Era ir a la casa de ellos que vivían frente al club y que me llevaran y encontrarme con muchos chicos y gente que había en la cancha vieja jugando al básquet. Una cancha de cemento con los pilares negros y el tablero manual. Tenía 4 años y estaba todo el día en el club. Y siempre cuento la anécdota que a los 5 tenía que ficharme y debía firmar y no sabía escribir. Y me acuerdo que una semana me tuvieron Carlitos Holotte y Carlitos Lovera practicando la firma para llevarme y ficharme en el Club Apren. A esa edad ya empecé a jugar al básquet.

–¿Y a qué edad o en qué época pensaste que el deporte de la naranja sería importante y parte de tu futuro?

–En el año 1984 y con 14 años que se realiza la Liga con Americanos y llegan Charles (Parker), James Harwell, que estaba Aníbal (Sánchez), el Flaco Benedetich… creo que fue el momento donde pensé que podía seguir y jugar en un equipo de Liga. A esa edad ni pensaba si sería profesional y cobrar plata lo único que quería era jugar. Y a los 16 años ya pasaba más tiempo en una cancha de básquet que sentado estudiando o en mi casa u otro lugar. Fue así que a los 17 años ya estaba jugando la Liga Nacional.

–¿Fue duro o te costó tener la chance de debutar en la Liga Nacional?

–Sí. Para colmo en el año 1986 llega Horacio Seguí a Echagüe y con su idea revolucionaría de poner un base de un metro noventa. Lo corrió a Aníbal (Sánchez) que era un dos tirador a la base. De esa manera me parecía que iba a ser complicado jugar al básquet profesional. Y entonces entrenaba mucho más, casi sin descanso, en dos o tres categorías a la vez. Sumado que cuando a la mañana no había clases íbamos con Aníbal (Sánchez) a tirar al aro. Eso me fue llevando a tener conciencia que no quedaba otra que entrenar fuerte. Cuando viene Volcan (por el DT Sánchez) tengo más tiempo en cancha y como era chiquito, tenía que correr y defender que era lo que mejor hacía y fue así que empecé a dar pasos firmes.

–¿Qué destacás de esos tiempos de debut en el básquet?

–Tengo dos claros recuerdos. La primera una anécdota graciosa. Con 16 años dirigía el profe Justo Reinoso y se hace un partido amistoso frente a un combinado de Americanos. Desde los 14 años era el planillero del equipo y ese día en un momento del partido me dice ‘movete’. Y cuando me dice así atino a correrme del banco y el profe me dice ‘dejá la planilla y movete que vas a jugar’. Ese fue mi primer partido aunque haya sido amistoso de Liga. Al año siguiente, en 1987, playoffs con Pacífico de Bahía Blanca y justo la semana antes de disputarlo lo operan a Chuzo González, teníamos un par de lesionados y a cambiarse para jugar. Ya entrenaba con el equipo pero no había tenido la oportunidad. Fue así que en el primer partido entro y me dice el coach defendelo nada más y nada menos que a Richotti (ex jugador destacado y ahora DT) y me fue bastante bien. Fue mi inicio y me dije puedo hacerlo y dedicarme al básquet.

–¿Sos consciente de todo el tiempo y las cosas que te pasaron?

–Sí. Y la mayoría de las cosas han sido lindas y más allá de los triunfos y las derrotas. Cada cosa tiene su porqué y su lado bueno de todos los momentos y situaciones. Siempre uno cuando está frente a una foto o se encuentra con un amigo surgen los recuerdos y vuelve el tiempo atrás. Casi siempre aparecen los lindos recuerdos.

–¿Llevas las estadísticas y la cantidad de equipos en los que jugaste?

–No. En algún tiempo llevaba los equipos, pero me encontré con la buena o la mala suerte de cambiar casi todos los años. Sacando Echagüe, en el primer lugar donde me establezco a jugar más de una temporada es en Sionista en el 2001 y sobre el final de la carrera. Pero son muchos y acordarme de todos sería complicado.

–Recorriste el país de Norte a Sur…

–Tuve la oportunidad de jugar en Deportivo Roca que fue los más al Sur que fui. Y en Estudiantes de Formosa lo que es en la actualidad La Unión. Todos me dejaron enseñanzas, amigos y situaciones positivas.

Su lugar en el mundo

A la hora de referirse a Paraná y sus equipos, Pipi Vesco no tuvo dudas: “Es lo mejor y Paraná es mi lugar en el mundo. Esté donde esté siempre quiero volver y estar. Me siento muy cómodo”.
Vistió los colores de Echagüe y Sionista lo que en una época se había transformado en un clásico a nivel Liga Nacional. Y el trató de la gente siempre fue bueno. El DT se refiere al tema con claridad: “Siempre fui hincha de Echagüe y quiero lo mejor. Pero cuando uno trabaja tiene que dejar un poco de lado los colores. Me tocó ir a Sionista a jugar y desde el primer día le tomé un cariño especial. Pienso que pasó de la misma forma de parte de ellos porque luego de jugar me ofrecieron trabajar en el cuerpo técnico. Tanto Seba (Svetliza) y Maxi (Seigorman) me enseñaron mucho y les estoy agradecido”.

El retiro

Es sabido que en cualquier deporte para la mayoría de los jugadores profesionales no es sencillo tomar la decisión. Santiago Vesco cuenta su experiencia al respecto: “Llega un momento que el cuerpo te dice no va más. Es más, cuando ascendemos con Sionista decidí no retirarme y a los cuatro meses me replanteo la situación y volví a jugar porque me sentía bien. Y el último año en Echagüe el cuerpo no respondía de la misma manera. Me costaba ir a entrenar, ir a la cancha. Justo apareció la oportunidad de trabajar como entrenador y me cayó bárbaro para que no fuera tan dura la transición. Sabía que ya mi lugar era otro”.

“Como entrenador tuve cosas impensadas. Llegaba a Sionista y estaba claro que Sebastián (Svetliza) era el DT de Liga y Maxi (Seigorman) el asistente y entrenador de la Primera local. Me hago cargo de la U15 y U17 y al tiempo la U19 con todos los reclutados con los que salimos campeones de la Liga Argentina. Enseguida puedo dirigir la Primera local y ganar un torneo que no era fácil. Y después ser asistente en el plantel de Liga y luego coach principal. Aunque uno no quería era parte de nuestro trabajo. De las dos partes tanto de Sebastián (Svetliza) y de la dirigencia me pidieron que me hiciera cargo en cuatro partidos hasta que llegara otro entrenador. Fue una alegría poder dirigir un equipo de Liga Nacional A”, aseveró el coach.

En los cotejos que estuvo al frente del equipo de Liga Nacional de Sionista le tocó enfrentar nada más y nada menos que al Peñarol de Mar del Plata de la Oveja Hernández (actual DT de la Selección Argentina): “La risueña anécdota que decimos es que la Oveja Hernández se va a retirar –entre risas– con récord negativo porque le ganamos con Sionista. Increíbles cosas que te quedan para siempre en la cabeza”.

Desde los 4 años que lo llevó su abuelo a Echagüe y a sus casi 50 donde ya es abuelo, Santiago Pipi Vesco siempre tuvo una naranja bajo el brazo: “Toda mi vida está ligada al básquet. No me veo fuera del básquet. En algún momento va a pasar que no seré más entrenador y me transformaré en dirigente o apoyaré desde adentro de alguna manera”.

Amigos y familia

En cada momento de la charla Pipi Vesco nombra y hace especial hincapié en los amigos que cosechó gracias al básquet: “Son muchos amigos los que me deja el básquet. Algunos te marcan pero nombrarlos sería muy egoísta de mi parte porque dejaría alguno afuera y todos me dejaron algo”.

En el momento más emotivo del diálogo los ojos se le llenaron de lágrimas y no era para menos: se refería a su familia: “Mi familia es todo. Si no tenés la familia atrás es muy difícil lograrlo. Me fui muy chico de Paraná y mi novia se quedaba acá y tomamos la decisión de casarnos y se fue conmigo. Analía (su esposa) es una parte muy importante de mi carrera. Ella tomó la decisión de salir de su casa y abandonar los estudios para acompañarme. Después me dio tres hijos maravillosos que apoyaron y se bancaron ausencias en momento importantes. Son las situaciones del deporte que te ponen entre la espada y la pared. Pero uno sabe que lo está haciendo para el bien de la familia. Ahora que estoy instalado no me quiero ir de Paraná. Actualmente con una nieta (Ema) que me tiene loco de amor. Mi familia, mis viejos, mis amigos que me apoyaron siempre”.

Olimpia, su actualidad como entrenador

El club de calle La Rioja transita el Torneo Federal de Básquet con muy buenos resultados. Santiago Vesco es el director técnico: “A Olimpia llegué con el Flaco Agasse (DT local), empecé a dirigir en Inferiores y hace tres años que soy entrenador del equipo que disputa el Torneo Federal. Con momentos malos, regulares y hoy con un presente muy bueno. Es un torneo muy largo y desgastante. Antes de arrancar la temporada con los dirigentes nos propusimos dar un paso más que en la anterior. Primero estar todo el año entre los cuatro primeros para no sufrir ningún sobresalto que lo estamos alcanzando. Y la segunda meta que queremos es llegar por lo menos al playoffs nacional. Después estamos con las alas abiertas para hacer el mejor torneo que podamos. No tenemos nada pautado ni presión. Pero este año pensamos hacia arriba y hasta te podés encontrar jugando la final del torneo”.


 



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