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11-02-2020
Durante todo 2019

El 58 % de los pacientes que ingresaron críticos al Cullen había consumido drogas

El 58 % de los pacientes que ingresaron críticos al Cullen había consumido drogas
Los datos registrados por la sección de toxicología del hospital revelaron que 461 personas tenían rastros de sustancias psicoactivas en la orina: el 70% de cocaína y marihuana. A tres de cuatro heridos por arma blanca y de fuego les dio positivo alguna sustancia, y la más detectada fue la cocaína (en el 80% de los casos).

Tomás Rico
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Durante todo 2019, al Hospital José María Cullen de la ciudad de Santa Fe ingresaron 795 pacientes en situación crítica (en muchos casos implicó el ingreso al shock room). Tras la evaluación médica, se consideró útil verificar en la orina de estos pacientes si estaban bajo los efectos de sustancias psicoactivas. Y esos análisis indicaron que 461 personas dieron positivo en al menos una sustancia: es decir, el 58% de los analizados había consumido algún tipo de droga.

“Hace 30 años que trabajo en esta área del hospital y sin ir tan lejos, hace 10 años, uno llegaba a decir que Santa Fe era una ciudad de paso con respecto al consumo de drogas. Lamentablemente, en los últimos años es impresionante notar cómo ha crecido el consumo y su relación con muchos tipos de accidentes”, reconoció el bioquímico Carlos Mastandrea, responsable del área de toxicología del laboratorio del Cullen, en una entrevista con Mirador Provincial.

No es novedad que los estupefacientes están inmersos en la vida cotidiana de los santafesinos y, lamentablemente, el creciente narcotráfico de la cocaína y marihuana, sumado a la venta ilegal de drogas sintéticas, hacen que el consumo sea cada vez más masivo y las consecuencias más numerosas. “Lo que ha crecido en la ciudad y región también son las comunidades terapéuticas, que están relacionadas a tratamientos de recuperación de adictos. Es un síntoma de lo que pasa en la sociedad y de lo que se ha incrementado el consumo. Esto es un problema cultural y de educación, sin dudas”, argumentó Mastandrea.

— ¿Cuándo se comenzó a registrar y clasificar a los pacientes críticos?
— Lo empezamos a implementar en 2018 para tener un registro bien informatizado y hacer un buen tratamiento estadístico desde la sección de toxicología (dependiente del Laboratorio Central del hospital Cullen).

— Entre 2018 y 2019, ¿notaron cambios?
— Hubo un leve aumento de pacientes atendidos, pero la tendencia es muy similar entre ambos años, tanto en el consumo como en el tipo de sustancia.

Los datos, en profundidad
En el informe al que accedió este medio se detallan los motivos del ingreso de los pacientes al nosocomio, que se clasificaron de la siguiente manera: heridos de arma blanca (HAB); heridos de arma de fuego (HAF); politraumatismo y sospecha de intoxicación. De acuerdo a este índice, el 46% de los evaluados ingresaron por sospecha de intoxicación; el 26% llegó con politraumatismos; por arma de fuego, el 16%, y heridos por arma blanca, el 12%.

Respecto al género de los analizados, el resultado fue contundente: de los 795 positivos, el 77% fueron varones y el 23% mujeres. En tanto, la franja etaria se promedió entre los menores de 20 años (22%); entre 20 y 30 años (41%); de 30 a 40 años (22%), y mayores a 40 años (15%).

De todos los datos destacados del informe, hay uno que sobresale: a tres de cuatro heridos por arma blanca y de fuego que ingresaron a la guardia del nosocomio les dio positivo el análisis sobre alguna sustancia ilegal consumida, y la más detectada fue la cocaína (en el 80% de los casos).

Más allá del motivo que provocó el ingreso a la guardia, en el detalle del tipo de sustancia hallada en la orina de los heridos, la cocaína se encontró en el 40% de las muestras analizadas: es decir, en 184 personas durante todo 2019, seguida por la marihuana (30%); en tercer lugar, las benzodiacepinas (19%); anfetaminas/éxtasis (5%). Otros, como los barbitúricos, opiáceos y antidepresivos tricíclicos contabilizaron un 7%.

Sobre las benzodiacepinas —medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes—, el bioquímico explicó: “Realmente es llamativa la cantidad que se consume, porque para adquirirlos se necesita una receta archivada, pero mucha gente lo consigue por amigos o por falsificación de recetas. Hay un consumo sin indicación médica y muchas veces se desconocen los efectos que pueden ocasionar si se los combina con el alcohol: Además, una sobredosis puede provocar hasta un estado de coma”.

Mezcla de sustancias

El detalle del consumo asociado de más de una sustancia da cuenta de que la cocaína y la marihuana fueron combinadas por la mitad de los pacientes que llegaron a atenderse de urgencia (50%). Un 12% de los analizados le agregó al consumo de estas dos drogas las benzodiazepinas. También aparecen otros “cócteles”: barbitúricos más benzodiacepinas (12%); marihuana más benzodiacepinas (12%); cocaína más benzodiacepinas (6%), y benzodiacepinas más antidepresivos (6%).

El alcohol “va de la mano”

Ante la consulta a Mastandrea sobre si también se advierte el consumo de alcohol en estos pacientes analizados, indicó: “Sólo en algunos casos se realizan, pero hay veces que no son necesarios porque los médicos ya se dan cuenta por el aliento o por el estado general del paciente. En un muy alto porcentaje, las drogas que hallamos están asociadas al alcohol”.




 



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