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08-03-2020
Vóleibol

En Paracao recuperó su poder

En Paracao recuperó su poder
El brasileño Fernando do Espirito Santo encontró en el club Auriazul paranaense el ámbito para rendir en gran nivel. Mientras aporta al ataque de La Bomba en el Argentino de Clubes, transmite valores y aprende, mientras siente respetada su condición sexual. La historia del carismático Tchau.

Luis Gómez

Nació en cuna humilde y su esfuerzo en el claustro y el deporte posibilitaron que acceda a una educación de privilegio y a la competencia de alto nivel. Fernando do Espirito Santo nació hace 30 años en Curitiba (Brasil) pero desde hace una década juega al vóleibol fuera de su país.
Con pasado en el seleccionado Verdeamarelo, el opuesto lleva cinco temporadas en este país y transita la segunda en Paracao, el representante entrerriano de gran rendimiento en la primera parte del Torneo Argentino de Clubes (TAC).

Enfocado en la segunda fase del certamen, aprovechó un intervalo entre el entrenamiento de Minivóleibol (que dirige junto al profesor Guillermo Escanés) y el del equipo liguista para contarle a MIRADOR ENTRE RÍOS su historia llena de aristas singulares.

Deporte y estudio

Tchau, tal su apodo, se inició en el deporte con el handball, junto a su hermano Diego. Pero a los 13 años empezó a destacarse en el vóleibol, mientras su buen rendimiento escolar le dio acceso a una beca para estudiar en un colegio privado.

Jugó en Santa Mónica y los primeros honorarios percibidos en Círculo Militar lo incentivaron a superarse y a colaborar con la economía familiar. Pero su mejor premio fue ser convocado al combinado nacional Menor.

Esto le permitió llegar, apenas terminados los estudios secundarios, al profesionalismo en San Pablo. “Tenía sueldo, casa y comida; entrenaba doble turno y carecía de vida social. Pero salir de mi casa y jugar en el alto nivel me ayudó a crecer”, analizó.

Antes de ingresar a la categoría Mayor, probó suerte durante dos temporadas en la Universidad Andrés Bello (Unab) de Santiago de Chile e inició estudios de Fotografía en los recesos. Las buenas actuaciones posibilitaron que le ofrecieran la residencia permanente, mientras en su camino se cruzaba la Educación Física, luego de un intento fallido en Ingeniería en Turismo.
Cuando le faltaba un año para recibirse, el vóley lo convocó desde el otro lado de la Cordillera de los Andes y así se sumó a Central Norte de Salta.

Tchau fue figura del equipo Cuervo y encantó a los paranaenses de Paracao, cuando lo enfrentaron en la edición 2018 de la entonces serie A2 de la Liga Argentina.

Un ambiente distintivo

A fines de 2018 comenzó la relación del brasileño con la entidad del Sur paranaense, que fue de amor a primera vista. Fernandinho aportó en buena medida a la gran campaña de La Bomba y al final de la misma el grupo de trabajo le hizo una oferta sorprendente.

“En un día, me consiguieron trabajo, alojamiento y la posibilidad de estudiar. Además, el ambiente familiar del club y la disposición incondicional de los dirigentes me impresionaron e hicieron la diferencia”, explicó el longilíneo entrevistado, en claro español.

Enfocado

Luego de su extenso repaso biográfico, el curitibano evaluó el rendimiento de Paracao en la primera fase del Torneo Argentino de Clubes y anticipó aspectos de lo que tendrá la segunda, que se está jugando este fin de semana.

“Tuvimos una gran fase clasificatoria, donde impusimos nuestro ritmo de entrenamiento y de juego y logramos el objetivo de ser los primeros del grupo. Ahora, enfrentamos a Tucumán de Gimnasia, que tiene un sistema parecido al nuestro, y a Villa Dora de Santa Fe, que defiende mucho y pondrá a prueba nuestra paciencia”, apuntó.

Respecto al certamen, Tchau no dudó que “tiene cada vez más nivel”, aunque objetó su sistema de competencia. “En mis cinco ediciones en Argentina, es la primera vez que estoy en un equipo que termina primero y no puede ser local. No tiene lógica”, razonó.

Respeto ganado

Fernando do Espirito Santo se declaró homosexual hace 10 años y antes de llegar a Paracao la comunidad del vóleibol estaba al tanto de su elección.

“Cuando llegué, ya sabían que era brasileño, gay y cómo atacaba. Entonces fue natural la aceptación, como debería ser. Eso me hace muy feliz”, contó, distendido.

No obstante, Tchau pasó momentos de tormento en su pasado, que logró superar: “Sufrí discriminación y homofobia cuando no había asumido mi condición, pero a partir de hacerlo sentí una gran fuerza interior de libertad y eso mejoró mucho mi rendimiento en cancha”.

“Creo que las personas deben asentir estos cambios, aunque ahora hay más aceptación. Los padres son fundamentales en el proceso”, recomendó finalmente.

Con perfil educador

Además de integrar el plantel liguista, Fernando do Espirito Santo es uno de los entrenadores de Mini y de Maxivóley de Paracao. Así, tiene una importante misión en dos grupos bien diferentes.
Para el brasileño, la enseñanza de vóleibol es tan importante como ser sostén psicológico para sus jugadores: “Aprendí que mi opinión tiene poder en ellos y que la responsabilidad de la enseñanza es mía”.

Al pregonar los valores del deporte, resumió: “Es una gran herramienta de aprendizaje y por eso los padres deben apoyar y acompañar a sus hijos”.

Luego, al detallar los beneficios del vóleibol, expuso: “Al ser un juego colectivo, enseña mucho sobre compartir. Quienes quieran descubrirlo, encontrarán competencia y oportunidad de viajar, incluso puede ser un medio de vida. Pero lo más importante es que hallarán amigos”.


 



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