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13-03-2020
Contener y prevenir

Planes en acción

Planes en acción
Desde que ocurrió el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, la sociedad resultó convulsionada. El hecho impactó de lleno en la comunidad del rugby, puesto que los acusados habían estado federados en al menos los últimos dos años. Desde la Unión Argentina de Rugby pusieron manos a la obra para abordar la problemática del alcohol y la violencia, trabajando sobre un programa de contingencia que derivará en todas las Uniones provinciales.

Gabriel Baldi

El crimen de Fernando Báez Sosa en aquella madrugada del pasado 18 de enero a la salida de un local bailable de Villa Gesell, caló hondo en la sociedad argentina. Por lo brutal, por lo impiadoso y a su vez, por lo mediático. El repudiable episodio impactó de lleno a su vez, en la comunidad del rugby. Aunque lejos de brindarle una dedicación de tiempo completo a la disciplina, ocho de los 10 acusados del homicidio habían estado fichados en la Unión de Rugby de Buenos Aires en al menos los últimos dos años.

Dada la situación, la Unión Argentina de Rugby (UAR) expresó su aborrecimiento al hecho y salió a tomar cartas en el asunto. Pese, a que el suceso transcurriera fuera del ámbito del deporte. “El rugby no es el problema, pero es parte de la sociedad y por eso, elegimos actuar”, argumentó el titular de la institución, Marcelo Rodríguez, en una reunión llevada a cabo días atrás en Capital Federal en la que intervinieron medios de comunicación de todo el país, entre ellos MIRADOR ENTRE RÍOS.

Lejos de quedarse con los brazos cruzados, la UAR reunió a periodistas especializados para tratar la difusión del hecho con el debido profesionalismo y seriedad que amerita. Allí, dio cuenta de las líneas que bajará a las respectivas Uniones provinciales y cómo abordará una problemática social concerniente en toda la República Argentina, como la violencia, el alcohol y las drogas, males que afectan a un gran porcentaje de jóvenes sin distinción de clase.

En marcha

Para trabajar un programa acorde y luego de recibir propuestas de diversos organismos y empresas, desde la entidad que rige al rugby en el país contrataron el asesoramiento de una consultora privada con profesionales idóneos en la comunicación y estrategia de conflictos de gran escala. A partir de allí y con el aporte de un consejo ideado con dirigentes de toda la geografía nacional, se barajó un plan de adiestramiento que a través de distintos puntos, capacitará a cada persona involucrada en el rugby: jugadores, entrenadores, referees, managers y dirigentes.
En principio, la modalidad de empleo será digital, mediante canales con los que la UAR, a través de su sistema, tiene una llegada segura a cada club argentino.

Si bien el programa refleja un problema de abordaje inmediato y de tratamiento a largo plazo, el objetivo será llegar en primer término a los 150.000 jugadores que hay, dentro de los cuales, 75.000 están en una edad crítica.

El trabajo en Entre Ríos

En la Unión Entrerriana de Rugby (UER) se hicieron eco de la novedad y rápidamente formaron un propio Comité de Concientización y Prevención de Conductas Violentas. El mismo, es integrado por Alejandro Grippo, Mariano Jauregui, Diego Dlugovitzky, Leandro Dato y Cristian Gietz.

La responsabilidad será transmitir los mejores valores del rugby fuera de la cancha y prevenir la violencia.

Para ello se trabajará en la implementación de charlas, cursos, talleres, acciones, etc, junto a los jugadores, entrenadores y dirigentes de los clubes, a fin de generar concientización y prevenir situaciones conflictivas.

Para lograr estos objetivos, se podrán realizar convenios y/o acuerdos con instituciones públicas o privadas, sean deportivas o de la sociedad civil e ir en procura de todo acercamiento con personas o sociedades que puedan generar valor y hacer su aporte al deporte y a los jugadores.

Cada club designará un representante ante éste Comité, para que juntos puedan generar actividades y además hacer un seguimiento de los jugadores a fin de detectar de manera temprana conductas que en el caso de escalar, puedan suponer un riesgo para terceros o para el propio involucrado.

El Comité no buscará ser un ente sancionatorio, sino por el contrario, tendrá como propósito orientar hacia una actitud preventiva que evite lamentar situaciones de violencia, actuando de manera proactiva.

Asimismo, se elaborará un protocolo de normas de conductas y actitudes positivas, el cual cada jugador desde las categorías juveniles hasta Plantel Superior, deberá suscribir a modo de declaración jurada para estar habilitado para poder jugar al rugby.

Por su parte, en los casos en que se detecte una inobservancia de parte de cualquier actor deportivo a las obligaciones que se dispongan, se dará lugar a acciones punitivas a través del Comité de Disciplina de la UER, que será el órgano encargado de resolver este tipo de situaciones.
Con un trabajo colectivo, puede llegar una solución favorable. El rugby hará su parte.


 



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