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22-03-2020
Una buena opción para ver en cuarentena

La sombra del gallo: la oscura trama que hay detrás de la trata y los femicidio

La sombra del gallo: la oscura trama que hay detrás de la trata y los femicidio
El director concordiense Nicolás Herzog estrenó su primera ficción en cine. Una película con imágenes crudas que muestran lo que sucede alrededor de los casos de mujeres desaparecidas y asesinadas, con la complicidad de algunos sectores. Un tema difícil de tocar, desde la perspectiva de las vivencias en el interior del país.

Belén Fedullo
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Luego de haber realizado dos documentales, Orquesta Roja y Vuelo Nocturno, el director concordiense Nicolás Herzog volvió a las pantallas, pero esta vez con el estreno de su primer largometraje, la película La Sombra del Gallo. Después de ocho años de pensar, escribir, diseñar y armar, finalmente Herzog pudo hacer ver el filme en el que puso en agenda un tema que no es corriente ver en las ficciones: la trata de personas, el femicidio y las complicidades que los permiten.

La historia transcurre en el interior del país, y es un ex policía el que, por la muerte de su padre, tiene unos días libres de prisión quien debe resolver el problema que lo hace sentir hundido en el abismo y cerrar el círculo. Concordia, ciudad en la que creció Herzog, sirvió como lugar de locaciones perfectas para contar lo que pasó.

La película es oscura, un western con todo lo necesario para mantener el suspenso de principio a fin. Sin mucho diálogo, con colores y un encuadre que llevan la historia adelante de manera enigmática. Lautaro Delgado, el protagonista, transmite sin fisuras lo que su personaje busca. La vuelta a su lugar, al pasado, revive recuerdos presentes y ausentes y rearma el camino para llegar a poner fin a los fantasmas y conseguir algo de visibilidad para un tema enterrado.

No es casualidad que la ciudad entrerriana en la que creció el realizador sea el escenario en el que transcurre la historia. En sus documentales, el director también había tomado temas relacionados con la historia de Concordia y los paisajes eran parte de las realizaciones. Aunque en esta oportunidad predominó la oscuridad, el brillo llegó por parte de actores y músicos concordienses, tal el caso de Matías Sorokin, que pone sonido al largometraje y de Diego Detona, que asomó con su talento en algunas escenas.



Estreno y trabajo

En Concordia, la película se estrenó el jueves 12 de marzo y Nicolás Herzog estuvo presente en el cine junto con algunos de los actores, entre ellos, Claudio Rissi, que en la película interpreta a un policía turbio, con un rol fundamental en el ocultamiento de lo que sucede a su alrededor. Ambos contaron a Mirador Entre Ríos cómo vivieron la presentación del trabajo y qué sucedió mientras filmaban.

-¿Cómo se sintieron durante el estreno?

-Rissi (R): Se generan expectativas. En el teatro estoy más expuesto y a veces nervioso, en el cine ya está fuera de mi alcance, una vez que veo la película quizás puedo cuestionar cómo fue mi desempeño pero una vez que ya está armado no tengo capacidad de modificar nada, entonces creo que ese es un elemento que hace que las expectativas comiencen a bajar, una vez que veo la película descomprimo.

-Herzog (H): Mi experiencia es distinta. A mí se me termina de armar la película en el momento de la proyección. Cuando la vi sentado en una butaca en el cine con todo el elenco, el equipo, los invitados, con las mejores condiciones de proyección, el mejor sonido, la mejor pantalla, con esos tiempos le encontré un sentido nuevo, como de totalidad.

Estuve ocho años con el proyecto y no puedo decir que no la vi, porque la habré visto unas 150 veces en total, pero lo que sentí el día del estreno no lo sentí nunca, porque está eso de la recepción de la gente, la sala oscura, la sensación de estar poniéndote en el lugar del otro. No es lo mismo ver una película en tu casa solo, con la ventana cerca, con el ruido del colectivo, con la distracción de la cotidianeidad que verla en el cine, por eso digo que hay que verlas allí, porque se da un momento único, como una mancomunión.

-¿Observan a la gente para ver cómo reacciona?

-R: Sí, muchas veces estoy más expectante del espectador que de la película cuando ya la vi. Me llama la atención a ver qué sucede, si hay una reacción corporal que manifieste las emociones, a veces sucede y a veces las emociones paralizan. En algunas ocasiones la tensión lleva a estar inmóvil y expectante, en algunos casos hay reacciones que van acorde a lo que sucede en pantalla y otras te dejan paralizados como si fuese una cuestión hipnótica.

-H: También la oscuridad de la sala hace que no sea necesario mirar. En la oscuridad se percibe el silencio, la risa, algún mínimo sonido, los sentidos están tan a flor de piel que no es necesario mirar al lado o atrás para ver si la película es recibida merced de la propuesta. Yo percibí tensión, silencio en la sala, creo que fue la recepción acorde de lo que ofrecíamos.

-No es común ver ficciones sobre trata y femicidio ¿Por qué elegiste abordar ese tema?

-H: Por un lado fue algo personal, siempre mis películas tienen inevitablemente algo que sanar en lo personal o algo para trabajar que me interesa mucho. Tenía mucha necesidad de trabajar sobre lo masculino, sobre todo los prejuicios en torno a mi propia masculinidad, por el haber nacido en el interior del país, en una familia más o menos clase media patriarcal y haber crecido con esos relatos y creo que llegó un momento de quiebre, en que nació mi hija mujer, me encontré en un momento histórico personal y necesitaba trabajar eso y había algo disponible en ese lado.

Por otro lado tengo el contexto, que siempre trato de que estén presentes en mis películas y era inevitable. Recordé los casos de Eva Flores y Fernanda Aguirre, pero también la violencia de género que viene en aumento hace muchos años. Me pareció que había un tema muy potente, muy actual, que había que abordar con mucho respeto sin ahondar en investigación periodística pero si exponiéndome como realizador, como humano, como hombre y encontrar un punto genuino y equilibrado, sin esconder el brazo. Después vino el andamiaje más cinematográfico, la decisión de que sea un thriller oscuro, que también esa oscuridad que a mí me generaba el tema, acercarme medio a tientas y que sea una película cinematográfica en todas sus líneas, con los actores, la música, fotografía, arte, los contrastes y las locaciones de Concordia, una ciudad con contrastes si las hay.

-Justamente hay artistas conocidos en Concordia en el elenco ¿Los elegiste por algo en particular?

-H: Vengo del documental, no crecí en el cine de decorados. Quizás si hubiera nacido en otra época haría cine de estudios, pero mi estudio es mi ciudad, y su gente es protagonista. Los contextos de Entre Ríos están porque es donde crezco, lo que conozco, con quienes me vinculo. 

Tiene que ver con mi historia, con lo que hay en el lugar. De hecho cada uno de los extras son de Concordia y fueron elegidos. Desde el actor principal hasta el último extra está todo pensado y las locaciones también.

-¿Cómo ves el abordaje de estos temas en el cine argentino?

-H: Vi una crítica que decía que es la primera ficción argentina que habla definitivamente sobre femicidio. Hay muchos documentales muy importantes sobre casos reales. Es un tema difícil de encarar, por eso la ficción le es esquiva muchas veces y lo que se ha hecho responde más bien a cuestiones personales. Tal vez ahora, por el contexto actual, comience a haber más ficciones de este estilo.

-Claudio, la historia es fuerte ¿Qué te llevó a aceptar tu papel?

-R: Me interesó el tema, justamente. Uno no solamente mira el contexto sino también el personaje que le están asignando y muchas veces puede interesar el proyecto, pero el personaje no interesa, aquí eso me quedó en segundo plano. Me pareció que la historia era potente, una interesante propuesta artística, una película con muchos climas. Hacer cine con silencios es un deleite, estoy agradecido porque el poco texto forma parte del origen del cine. Luego miré mi personaje y dije "bueno no es cliché que no tiene contradicciones" y me gustó, porque no son así los que me gustan hacer, quiero los que estén más cercanos a la humanidad posible.

Además Nicolás es muy bueno como director, por eso decidí acompañarlo. La primera reunión fue en mi casa incluso. No nos conocíamos, pero fue una grata sorpresa y trabajamos muy bien.

"Tenía mucha necesidad de trabajar sobre lo masculino, sobre todo los prejuicios en torno a mi propia masculinidad, por el haber nacido en el interior del país, en una familia más o menos clase media patriarcal y haber crecido con esos relatos y creo que llegó un momento de quiebre".

Claudio Rissi, actor


Por el coronavirus, en la plataforma nacional

Con la detección de casos de coronavirus en el país, el gobierno nacional tomó la decisión de decretar la cuarentena obligatoria hasta el 31 de marzo como medida de prevención. Además de la licencia para algunos sectores, desde Nación pidieron a quienes pudieran trabajar de manera virtual que evitaran salir de sus casas. Con el aislamiento llegaron también las prohibiciones a los ciudadanos de asistir a lugares en los que hubiera aglomeraciones, entre ellos, claro, los cines.

La Sombra del Gallo se estrenó el 12 de marzo y apenas días después llegaron los decretos. Aunque la idea era recorrer los cines y hacer presentaciones, eso se vio interrumpido, pero la producción pensó en otra opción:<ct:Bold> la película está disponible en la plataforma Cinear, el streaming que contiene películas, series, documentales y cortos argentinos. Desde allí se puede acceder al filme que se estrenó hace algunos días y atravesar el oscuro viaje para ver qué sucede cuando el silencio y la impunidad atraviesan un tema que nos interpela.


 



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