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31-03-2020
Convivencia en tiempos de pandemia

El impacto del coronavirus en la economía del cuidado doméstico

El impacto del coronavirus en la economía del cuidado doméstico
Un análisis en clave feminista permite ser conscientes sobre cómo impacta el Covid-19 y el aislamiento preventivo en las identidades feminizadas. Belén Jerez, estudiante de Ciencias Económicas e integrante de Ecofutura, explicó la situación de desigualdad que se radicaliza en la economía del cuidado de los distintos hogares.

Guillermina Ferraris
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El jueves 19 de marzo el Poder Ejecutivo de la Nación dictó un Decreto de Necesidad y Urgencia que instó a la población a permanecer en sus casas para llevar adelante una medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio. En principio anunciaron que la medida iniciaría el 20 a las 0.horas y finalizaría el 31 de marzo. Aclararon que de ser necesario la fecha podía ser prorrogada y que eso depende en gran parte de la evolución y el impacto que el coronavirus tenga en el sistema de salud argentino. La ecuación es clara: si la gente no respeta el aislamiento el virus se propaga rápido, y si eso sucede, teniendo en cuenta las experiencias de China, Italia, España, Estados Unidos y hasta Brasil, el sistema de salud colapsaría de manera instantánea.

Sin embargo, existe un factor que nos obliga a detenernos y cuestionarnos si la consigna #YoMeQuedoEnCasa es realmente aplicable a todas las personas por igual. Lejos de esta utopía, son las desigualdades de género y clase las que determinan si la experiencia de cuarentena significará o no, un riesgo para la salud física y mental, o incluso en casos más extremos como cuando se atraviesa una relación violenta, se convertirá o no en una verdadera pesadilla. En ese sentido, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta, informó que en los últimos días aumentaron un 25% las consultas al 144 por razones de violencia de género.

El Observatorio Nacional MuMaLa "Mujeres, Disidencias, Derechos" recordó que en los últimos 10 años, el 62 % de los femicidios ocurrieron en la casa de las propias víctimas o en la vivienda compartida con el agresor y advirtió que en este contexto, los hogares siguen siendo lo lugares más inseguros. Resulta necesario fortalecer las redes solidarias y de protección para que la restricción de circulación, en el marco de las medidas sugeridas por el Estado para la prevención del coronavirus, no exponga a las víctimas de violencia machista.

Tareas de cuidado

En muchos contextos familiares, la cuarentena será la habilitación de diferentes situaciones de violencia psicológica, económica y patrimonial, simbólica y política. Una realidad que afectará fuertemente a las mujeres es la cancelación de clases en el nivel inicial y primario, porque significará un fuerte aumento de la demanda de tareas de cuidados al interior de los hogares, ya que en la mayoría de las familias son tareas asociadas a la órbita de "lo femenino". Algo que a su vez puede generar una pérdida de ingresos por presentismo o por no poder trabajar en los casos de mujeres ofician de manera cuentapropista.

En definitiva, estas mujeres no solamente terminan sobrecargadas sino además, con menos ingresos. A este escenario se suma la situación de las abuelas, que también suelen ser cuidadoras invisibilizadas en circunstancias similares, y que, además, en esta situación particular, constituyen población de riesgo y de ningún modo debieran ser quienes se encarguen de cuidar. Para analizar estos temas desde las ciencias económicas en clave feminista, Mirador Entre Ríos dialogó con Belén Jerez, activista feminista y estudiante de Ciencias Económicas que forma parte del colectivo Ecofutura.

-En contexto con la cuarentena preventiva y obligatoria en la que nos encontramos y poniendo sobre la mesa el debate por la economía del cuidado y cómo fueron las mujeres quienes históricamente se encargaron de sostenerlo ¿afecta de manera diferenciada a varones y a mujeres?

-El lente interseccional con el que mira el feminismo nos permite ver que la desigualdad se agudiza en las personas atravesadas por diversas condiciones de opresión. Por ejemplo: hace unos días el dueño de una empresa de transporte de cargas violó el decreto presidencial de aislamiento social, preventivo y obligatorio, algo que puede leerse en los medios como "un ciudadano ingresó al barrio privado donde vive con su empleada doméstica en el baúl". Lo que instalan como terrible es el hecho de romper el aislamiento, como si eso fuera lo peor de la situación y no el hecho de obligar a una trabajadora a encerrarse en el baúl de un auto para cumplir con la exigencia de su patrón, sin importarle su salud, su integridad física o su situación particular económica y familiar, a los trabajadores precarizados no les queda otra que salir a limpiar una casa para poder llevar un plato de comida a la casa.

-¿Cómo miramos está cuestión desde una perspectiva de género?

-La crisis obliga a pensar muchas cosas, y una fundamental es que la agenda de los cuidados es ahora, la importancia de la sostenibilidad de la vida. Una de las primeras cosas que se pudieron vislumbrar cuando se anunció la necesidad de una cuarentena es que las mujeres son, mayormente, quienes ponen su cuerpo a las tareas de cuidado, fue claro con la suspensión de las clases que dejó en evidencia complicaciones en términos de gestión de los cuidados al interior de los hogares.

El cuidado ha cobrado fuerza en la agenda del estado nacional y la posibilidad de pensar otras relaciones de producción y reproducción de un modo más justo. Para conocer la situación actual de cómo se dan estas desigualdades dentro de la ciudades podemos recurrir a las encuestas del uso del tiempo, al respecto realizamos recientemente un informe desde Ecofutura para el Ciefce de la Facultad de Ciencias Económicas, en donde vimos que, según la última encuesta sobre trabajo no remunerado y uso del tiempo del Indec las mujeres le dedicamos 4.17 horas a las tareas reproductivas, frente a 1.33 horas dedicadas por los hombres. Por lo tanto, podemos decir que Argentina el 76% de los trabajos domésticos no remunerados son realizados por mujeres.

Entendemos que la problemática de los cuidados es un nodo de desigualdad de género base. Por lo que, resulta imprescindible corresponsabilizarse de tareas domésticas y de cuidados, con corresponsabilizarse quiero decir una división equitativa del trabajo dentro del hogar.

-¿Qué ocurre con las trabajadoras del cuidado doméstico?

-Bueno, se entiende que el distanciamiento físico es necesario para enfrentar el virus, pero no todas las personas se han podido dar este lujo. Todas las desigualdades se agudizaron frente a esta situación poniendo a las personas más vulneradas en el mercado laboral en pésimas condiciones para enfrentar este proceso de cuarentena. Por eso es necesario garantizar el ejercicio del derecho a las licencias establecidas por el gobierno nacional para las trabajadoras de casas particulares, ya que tienen derecho a una licencia con goce de haberes si son mayores de 60 años, si están cursando un embarazo, si pertenecen a los grupos de riesgos establecidos por el Ministerio de Salud de la Nación, si tienen hijos a cargo en edad escolar y si en el hogar en el que se desarrolla el trabajo hay personas en cuarentena obligatoria.

-¿Qué relevancia tiene que la socialización masculina ponga el auto-cuidado y el cuidado de los otros por fuera de sus prioridades? ¿Si los varones enferman quién los cuida? ¿Quiénes coordinan los hogares en aislamiento o cuarentena?

-La creciente atención académica a la economía del cuidado a nivel global ha servido para visibilizar los desafíos modernos en torno al trabajo al as acciones urgentes que se pueden llevar a cabo en cuanto a políticas públicas concernientes a la igualdad de género y el desarrollo. Quizás esta situación histórica en la que el planeta entero y sus relaciones sociales se encuentran, sirva para visibilizar y desaprender ciertas prácticas históricamente naturalizadas y determinadas por la condición de género.

Fortalecer las redes de protección

>Existen situaciones en las que se vuelve imposible efectuar una llamada, en ese sentido, se sumaron la asistencia vía WhatsApp a las líneas: (+54) 1127716463 / (+54) 1127759047 / (+54) 1127759048, que permiten la comunicación vía mensajes. También se incorporó el mail [email protected] y la opción de bajar la aplicación gratuita 144. Para quienes sí puedan encontrar espacio para hablar, la línea 144 seguirá atendiendo las 24 horas.


 



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