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17-05-2020
Conocer, para preservar la especie

La bajante histórica presenta un desafío para la supervivencia de los peces

La bajante histórica presenta un desafío para la supervivencia de los peces
Los grandes cardúmenes están en pleno proceso migratorio. El sábalo, una de las especies más importantes, depende de las crecidas hidrológicas de la cuenca para continuar su reproducción. Pablo Scarabotti, investigador del Conicet, analizó la relación del estiaje con la fauna ictícola.

Tomás Rico
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Como los humanos contemporáneos atraviesan por primera vez una pandemia que obligó a modificar el curso de vida, el recurso ictícola que habita en la gran cuenca del río Paraná también hace frente a una situación hidrológica desconocida ?para las especies actuales?, a causa de la bajante histórica, que no alcanzaba niveles tan bajos desde 1971 a la fecha.

Pablo Scarabotti, investigador del Conicet y especialista en ecología de peces, en una entrevista con Mirador Entre Ríos analizó la coyuntura a la que se enfrenta el recurso ictícola por el estiaje prolongado del río y las consecuencias que se pueden presentar para la fauna acuática al largo plazo.

"Estamos en un momento en que los peces están en plena migración, por eso hay que monitorear y cuidar que no se estén aprovechando los pescadores de las grandes agregaciones de peces durante las migraciones, eso ocurre con los sábalos, con el surubí también", advirtió el investigador y agregó: "Con el río bajo hay mayor concentración de individuos y más capacidad destructiva de la pesca".

Peces en movimiento

-¿Cómo evalúa la situación hidrológica actual?

-Que haga tanto tiempo que no ocurre este tipo de bajantes, hace 50 años, es extraño y antinatural. Entre 1904 y 1970 fueron 22 episodios que se registraron niveles negativos (por debajo del cero). El río mostraba normalmente para agosto, septiembre, octubre, una bajante bastante importante y para esta época de marzo y abril se registraban los mayores niveles. La actual crisis hidrológica se da por una cuestión climática regional, nos tocó un año de muy poca lluvia en toda la cuenca, con el aliciente que hoy tenemos menos consumo de energía en toda la región y las represas están liberando menos caudal, es más, la represa de Bajo Iguazú estuvo cerrada una semana.

-Y con los peces ¿qué sucede?

-Pueden mostrar una especie de estrés frente a esta situación hidrológica. Igualmente las respuestas dependen mucho de especies migratorias como sábalos, dorados, surubíes, que se ven muy afectadas en cuanto a la reproducción cuando hay aguas bajas en verano. Obviamente cuando el hábitat empieza a bajar de nivel estos peces son presas mucho más fácilmente de los grandes peces depredadores, que encuentran en aguas abiertas. Por eso en cierto modo, a los depredadores les representa una oportunidad, pero si el río continúa en baja y estos peces quedan atrapados en lagunas o bañados, eso es preocupante.

-Los estudios del estado del sábalo en aguas del Paraná indican una estabilidad del recurso...

-En esos estudios se busca analizar la estructura de edades de la población y cuando uno conoce esa estructura, puede determinar cuántos sábalos jóvenes y viejos hay. Hay años en los que la reproducción fue realmente explosivas y eso coincide con las crecientes extraordinarias del río Paraná como las del 2007, 2010 y 2016. Luego, con el correr de los años uno va viendo que tiene muchos más peces de edades que coinciden con esos años, por ejemplo hay muchos peces de 13, 10 y 4 años. Por ejemplo, esos peces nacidos en 2010 todavía sobreviven y son importantes en la población, uno tiene una referencia de que hace 7 años se están pescando ese grupo de sábalos (se esperan 3 años hasta que alcanza la medida reglamentaria) y si no lo hemos acabado es porque la pesca no ha sido extrema. Desde ese razonamiento se puede decir que está estable el recurso.

Pero lo que resalto siempre es que no se conoce en detalle lo que se está sacando del río y mucho menos sabemos lo que se puede sacar. Además, el recurso ictícola tiene un comportamiento complejo y no depende tanto de la abundancia de peces que hay en el río sino de un montón de otros factores como cuando el río baja y los pescadores locales empiezan a agotar el recurso hasta que ocurre un movimiento hidrológico y el lugar se repuebla.

-Se entiende que para que se reproduzca el sábalo se necesita un importante repunte del río ¿Si esto no ocurre en el corto plazo es preocupante?

-Uno no debe preocuparse si un año el río no crece porque hubo una especie longeva, porque el ciclo de vida del sábalo, en promedio, es de 15 años. Es decir que el río debería tener crecientes extraordinarias en el plazo de 2, 3, 5, 7 a 10 años, si estas crecientes extraordinarias no ocurren en 10 años ahí sí debemos empezar a preocuparse porque no vamos a tener reproductores para repoblar el río.

Son especies de recuperación lenta, pero si de dan las condiciones específicas en un año determinado, de ahí a 2 o 3 años la pesca se recupera. Hay que observar los dos escenarios: una bajante en estos momentos no nos afecta tanto; pero también si tenemos una creciente ahora no nos vamos a beneficiar enseguida, vamos a tener que esperar 3 años para que la especie llegue al tamaño mínimo pescable.

-También hay que mirar de reojo a las represas ¿no?

-Sí, hay que ver que no terminen afectando severamente el régimen hidrológico del río, y eso se viene observando desde el año 63 en adelante, porque se ha desdibujado la curva de niveles hidrológicos. Los peces están adaptados a percibir una bajante en septiembre y una creciente en marzo, y eso se está desdibujando por el manejo de cuenca de las represas y por cuestiones climáticas.

La situación es comparable con el cultivo, es decir, yo necesito tener un cultivo de verano pero resulta que me llueve en invierno, por más que tenga mis milímetros necesarios, esa lluvia no me sirve para nada; eso es lo que ocurre con los peces, si el río sube en invierno no es la época reproductiva.

Es falso que los cardúmenes aparecen porque el hombre está aislado

En sintonía a la opinión del biólogo Martín Blettler en una nota con Mirador Entre Ríos, respecto al comportamiento de aves y peces en medio de la cuarentena, Scarabotti opinó: "Se ven muchos cardúmenes porque estas migraciones ocurren cada año en esta época, empiezan a llegar los primeros fríos y los surubíes y sábalos remontan el río. Lo que ocurrió este año, y que mucha gente lo relaciona al aislamiento humano por el coronavirus es poco probable, es que el río está muy bajo y se ven en grandes playadas de 40 o 50 cm de profundidad grandes cantidades de sábalo migrando. Ahora todo está a la vista con la bajante".


 



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