Sabina Melchiori 
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“Si bien la coyuntura sanitaria es una complejidad, se ha organizado una serie de actividades, algunas de las cuales ya se han llevado a cabo. Por ejemplo, días pasados los voluntarios de la ONG realizaron una jornada de puesta en valor de la pista y de los elementos que se utilizan en las terapias”, contó Sabrina Bettinelli, presidenta de la entidad.

Una de las apuestas de “El establo” está orientada a captar el interés y el conocimiento de la comunidad, ya que hay mucha gente que todavía no sabe de su existencia y su labor. “De este modo, se ha venido trabajando en piezas gráficas y audiovisuales. En ese sentido, se grabaron videos con los padres de los pacientes y con el grupo de voluntarios, material que se irá volcando a las redes sociales”, agregó.

Por su parte, Micaela Rodríguez, coordinadora de la institución, refirió que “también se ha previsto entregas de recordatorios a los pacientes-jinetes y regalos especiales para aquellos que cumplen diez años de terapia, como así también un par de jornadas de capacitación —que serán abiertas y gratuitas— para que todos puedan comprender y aprender de qué se trata esta modalidad terapéutica”, señaló.

De qué se trata

¿Qué es y qué hace El establo? Cabe recordar que dicha ONG es independiente y desarrolla actividades en las instalaciones que les brinda gratuitamente la Sociedad Rural Gualeguaychú, con un grupo de especialistas conformado por licenciados en psicomotricidad, acompañantes terapéuticos, técnicos en Equinoterapia y responsable ecuestre.

La Equinoterapia es una forma emergente de intervención terapéutica en la que los pacientes utilizan caballos con el fin de que ganen autoentendimiento y crecimiento emocional. Es un tipo de terapia asistida que reconoce el vínculo entre los caballos y los seres humanos y la mejora del estado emocional que puede suceder cuando se crea una sinergia entre ambos.

Profesionales que han trabajado en el campo de la Equinoterapia indican que durante el proceso de trabajo, terapeuta y paciente se dedican a la terapia en la que interviene el procesamiento de sentimientos, comportamientos y patrones conductuales, donde el objetivo final para el paciente consiste en desarrollar habilidades tales como la responsabilidad personal, la comunicación no verbal, la confianza en sí mismo y auto-control.

Se piensa que la Equinoterapia es un método terapéutico eficaz a corto plazo para los individuos y las familias frente a una serie de problemas de salud mental como los de conducta, depresión y ansiedad, baja autoestima, trastornos alimenticios, estrés postraumático, desorden y problemas de relación. Profesionales del área de la salud han demostrado que el caballo transmite impulsos rítmicos a la cintura pélvica, la columna vertebral y a los miembros inferiores que influyen sobre el tono muscular, el equilibrio, la coordinación y la destreza muscular. Al montar a caballo se activan los flujos ascendentes y descendentes de información en el sistema nervioso: la información perceptiva de uno mismo que se genera mejora la percepción del esquema corporal, las reacciones de equilibrio y el control postural favoreciendo el aprendizaje motor. En este caso el paciente enfrenta el movimiento de manera activa y se obliga a reaccionar ante los estímulos que representa el movimiento del caballo al tratar de mantener el equilibrio.

En el contacto con el caballo el paciente recibe calor el cual le ayuda a relajar los músculos. Asimismo, la terapia, especialmente cuando se disfruta, tiene un beneficio psicológico y emocional al generar una relación afectiva entre paciente y animal.

La Equinoterapia es un tratamiento no invasivo, no debe considerarse como una opción aislada sino como parte de un conjunto de acciones terapéuticas dirigidas a aumentar el desarrollo de las potencialidades residuales y generando nuevas capacidades.

Características

La Equinoterapia tiene por características: suscitar el intercambio del paciente con otras personas; incrementar la autoestima y la seguridad; favorecer la concentración y la atención; provocar el desarrollo de la marcha como forma de desplazamiento; entrenar la orientación espacial y el sentido de dirección y la capacidad de responder a órdenes; facilitar el contacto físico y emocional del paciente con el animal; neutralizar los sentimientos de soledad y aislamiento frecuente en las personas con discapacidad; viabilizar la ejercitación de los músculos que se relacionan con la marcha en una persona que se encuentra limitada a una silla de ruedas; ser útil en el tratamiento del retardo del desarrollo de la marcha independiente en edades por encima de los dieciocho meses, en especial en aquellos casos donde el problema radica en falta de maduración de los reflejos vestibulares y del equilibrio; aumentar la capacidad de respuesta ante condiciones de riesgo; favorecer los ajustes de conducta disminuyendo la ansiedad y las fobias; servir de marco para el aprendizaje de un gran número de habilidades; disminuir la sobreprotección; estimular áreas tales como el lenguaje y la socialización; regenerar el funcionamiento del aparato cardiovascular, respiratorio y digestivo; desarrollar el respeto y el amor por los animales; entre otras.