BELÉN FEDULLO
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Durante años, Concordia fue reconocida como la capital del peronismo entrerriano, dicho esto por los militantes y representantes políticos del departamento. Como tal, ha ofrecido candidatos que ocupan los primeros lugares en las listas, y ha llevado a varios de ellos a tener más de un período en la gobernación.

Este año no fue la excepción. Con Bordet como gobernador y cabeza del partido a nivel provincial, el concordiense Enrique Cresto llegó a ser el primer candidato de la lista de unidad para las elecciones legislativas. Aunque por las condiciones del país sabía que no era el mejor momento, aceptó ocupar ese lugar.

Tras la votación, el escrutinio comenzó a incomodar a los representantes del PJ en la provincia y, esta vez, Concordia no quedó fuera de la incomodidad. En el centro de cómputos del justicialismo concordiense, no ofrecieron datos a la prensa como siempre sucede. De hecho, suelen ser el único centro partidario de la ciudad que ofrece mesas, porcentajes, cantidad de votos y diferencia con otras fuerzas. Esta vez no fue así. Pasaban las horas y el silencio era cada vez más incómodo. Nada, ni un dato, no había novedades.

A las 21 llegó el intendente de la ciudad, Alfredo Francolini, acompañado por el exintendente y padre del principal candidato, Juan Carlos Cresto y por el diputado Néstor Loggio. Casi sin saludar a quienes estaban presentes, se reunieron en una sala y dialogaron en privado, luego salieron a hablar con la gente.

Los datos seguían sin aparecer, pero para esa hora la derrota del partido era un hecho. Juntos por el cambio tuvo en Concordia el 47,29% de los votos, que es un total de 47.702, mientras que el Frente de Todos tuvo un 37,1%, lo que representa unos 37.425. La derrota fue mucho más contundente de lo esperado, inclusive para la fuerza opositora.

A pesar de eso, los discursos se centraron en las listas, ya que, en ese plano, por lista, Cresto le ganó a Frigerio y también a Galimberti, pero eso no le alcanzó al justicialismo.


ASUMIR EL RESULTADO, EN MEDIO DE REPROCHES


Con algunos militantes en el salón partidario, los tres representantes del partido salieron a hablar y fueron concisos, pero contundentes.

Desde un comienzo, el discurso dejaba en claro que había ánimos de derrota, pero eso no quitó lugar para los pases de factura. El primero en tomar la palabra fue Loggio, que puso el énfasis en la búsqueda de una salida a la situación.

“Lo único que puedo decir, compañeros, es que la única lucha que se pierde es la que se abandona”, enfatizó, y seguidamente expresó: “Mañana, los funcionarios trabajarán el doble y los militantes seguirán ganando la calle explicándole a cada vecino que estamos en medio de la peor pandemia de la historia de la humanidad, que nuestro gobierno se la puso al hombro y salió entre los mejores países del mundo”.

“No tengo dudas de que, contándole a la gente sobre ese trabajo con la salud, y de lo que sucede con una economía que mejora, en noviembre vamos a tener lo que nosotros nos merecemos, que es un triunfo del Frente de Todos y la victoria popular del pueblo”, cerró.

Tras esa alocución llegó el turno del presidente departamental del partido, Juan Carlos Cresto, que hizo notar su descontento. “Esta es una batalla más. Tenemos muchas encima y sabemos que esta es la preparatoria”, dijo al comenzar.

A la hora de reflexionar, prefirió hacer mención a las listas, antes que a los partidos: “Concordia demostró, como siempre, que es la capital del peronismo. Demostramos trabajo, esfuerzo y sacrificio y vamos a volver a ganar en noviembre”.

Acto seguido, el padre de Enrique Cresto hizo un reclamo: “Los departamentos que no se han movido van a tener que trabajar para revertir sus resultados en noviembre y en Entre Ríos ganará el peronismo”. “Concordia le va a dar el triunfo a Enrique como diputado nacional, así que les agradezco a todos”, enfatizó el veterano dirigente.

Luego, sin vueltas contó que, desde un principio creyó que estas elecciones no serían favorables para el partido al que pertenece. “Cuando a Enrique le dijeron que tenía que ser candidato a diputado era una pelea perdida. Se sabía a nivel nacional que Entre Ríos se perdía. Cuando me lo comentó le dije ‘de ningún jodido se escribe la historia, hacé frente a la situación, vamos a salir a pelear y la vamos a revertir’”, contó.

Por último, hizo el reclamo más contundente a los funcionarios. “Nos toca la batalla final y pondremos todo. A los funcionarios los vamos a marcar para que salgan a trabajar, y si no salen a trabajar que presenten la renuncia”, concluyó.

Francolini prefirió ser más conciliador. “Quiero agradecer a todos los que estuvieron trabajando”, dijo y luego hizo referencia a las obras, el crecimiento estructural y la gestión de la pandemia. “De acá a noviembre tenemos dos meses para trabajar juntos y dependerá del esfuerzo de todos. No pudimos trasladar lo que hacemos a los votos, pero debemos militar y trabajar para revertirlo”, expresó.


LA RESPUESTA, AL DÍA SIGUIENTE


Este lunes por la mañana, Francolini decidió responderle mediante la prensa al presidente del PJ, Juan Carlos Cresto, quien, a su lado, en la sede del partido apuntó a los funcionarios.

Consultado sobre los dichos de Cresto en la radio municipal de Concordia, Francolini exigió “que Cresto dé las explicaciones, generalizar es muy fácil, que dé nombres y diga quién no militó, quién no funciona”.

Sobres los resultados electorales de las PASO 2021, el intendente de la “capital del peronismo” aseguró que “no hay un solo factor” al que adjudicarle la derrota del oficialismo. “Echarle la culpa a una persona sería hablar demasiado rápido y sin responsabilidad. En la semana haremos un análisis más preciso”, agregó.

Consultado sobre la autocrítica del gobierno, Francolini dijo que “sabemos que con el cordón cuneta no se come, aunque este debe haber sido el año en que más obras hay en la ciudad de Concordia, justo cuando Enrique fue convocado por el gobierno nacional”.

“Vamos a seguir analizando y hablando con la gente. Las obras en Concordia están, pero lo que me piden cuando camino los barrios es trabajo”, concluyó.

Francolini recogió el guante y comenzó a arder el fuego cruzado, en medio de una derrota que significó un duro golpe para el departamento que suele destacarse por la fidelidad al peronismo.