Alan Vidaña

Un hombre de 43 años fue sentado en el banquillo de los acusados como responsable de haber abusado sexualmente de su propia hija. Así, el tribunal pluripersonal compuesto por los jueces Álvaro Campos, Eugenio Romanini y Carlos Gazza resolvió condenar a Martín O. de 43 años a la pena de 12 años de prisión efectiva por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y aprovechamiento de la situación de la convivencia con la víctima y amenazas simples, en concurso real, en calidad de autor. En tanto, la fiscalía había solicitado la pena de 20 años de prisión efectiva.

El juicio fue desarrollado durante este martes 14, en los Tribunales Provinciales de Casilda. La investigación comenzó a finales de 2017, luego de que la menor le contara a su madre que había sido abusada por su progenitor. A partir de esa revelación, la mujer realizó la correspondiente denuncia en la comisaría de la mujer.

El fiscal a cargo de la investigación, Juan Pablo Baños, le atribuyó al condenado haber abusado sexualmente de la víctima menor de edad desde el año 2017 cuando tenía entre 11 y 12 años. Además, lo hizo responsable de haber amenazado a su ex pareja para atemorizarla.

Baños aclaró que los demás datos en relación a la mecánica de los hechos y la identidad se mantienen en reserva para preservar a la víctima ya que lleva su mismo apellido.

Por otra parte, cuando la menor tuvo que exponer su versión ante Cámara Gesell manifestó que mintió porque su padre no quiso pagarle el viaje de estudios de séptimo grado. Ante esa declaración, la investigación se dilató hasta que en septiembre de 2019 la nena se animó a denunciar, en compañía de un familiar, de que su padre había amenazado a su madre y por esa razón no había dicho la verdad cuando fue entrevistada en Cámara Gesell.

A partir de eso, la víctima reveló que no solo había sido abusada dos veces, sino en varias oportunidades. Eso hizo que la investigación adquiera más solvencia y pueda continuar otro rumbo.

Finalmente, los procesos investigativos avanzaron y llevaron a juicio al acusado. En el marco de un juicio oral y público el tribunal resolvió dictar la pena de 12 años de prisión efectiva, aunque hasta que la condena quede firme, el condenado seguirá con prisión domiciliaria y gozando de salidas laborales.