Juan Chiummiento


Existe un amplio consenso entre los economistas sobre que una de las salidas para la crisis argentina pasa por las exportaciones. En este marco, el rol de China resulta esencial, en función del crecimiento que viene registrando desde hace varias décadas. Ello se vive particularmente en Santa Fe, donde los envíos a ese país se quintuplicaron en los últimos 20 años, convirtiéndose actualmente en el segundo socio comercial de la provincia, detrás de India.

Según cifras del Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC), en lo que va del año Santa Fe exportó al gigante asiático artículos por u$s 1.035,9 millones, lo que representó un salto interanual del 32,7%. Los principales envíos fueron de aceite de soja en bruto, incluso desgomado (Grasas y aceites); carne bovina, deshuesada, congelada (Carnes); y porotos de soja, excluido para siembra (Semillas y frutos oleaginosos).

En este marco, el auditorio de la Bolsa de Comercio sirvió como escenario para el China Day, un evento de referencia nacional para los agronegocios con ese país. Al tratarse de un mercado que para muchos resulta totalmente desconocido, uno de los paneles se denominó “El ABC de los Agronegocios con China”, en el que se abordaron las preguntas iniciales que todo emprendedor tiene antes de iniciar un negocio.

“Hay que mirar a China como si fuese un vecino”, recomendó el titular de la Cámara de Comercio Argentino-China Sergio Spadone, quien dijo que si bien el país ya había superado a Estados Unidos como la principal economía del mundo, la va a duplicar en 2030. “Será nuestro principal socio comercial, es inevitable”, acotó.

El empresario repasó algunos números que permiten darle cuerpo a sus recomendaciones. Entre ellos, que el gigante asiático, a pesar de concentrar el 19% de la población mundial, consume el 59% del cemento producido internacionalmente, así como también altísimos porcentajes del aluminio (47%), carbón (50%) y carne porcina (47%).

Para Spadone, “China logró que 500 millones de personas avanzaran y progresaran desde la pobreza a la clase media, que es la que hoy concentra el consumo”, por lo que los productores argentinos deben abocarse a estudiar a estos consumidores, que hoy son “maduros y exigentes”. Según planteó, existe una fuerte complementariedad entre ambos países, por lo que pronosticó “muchas oportunidades” para los emprendedores nacionales.

En primera persona I
Uno de los empresarios que participó del panel fue Hugo Grassi (hijo), responsable de la firma Isowean, especializada en la actividad porcina. Contó que en 2016 conoció China en el marco de un viaje organizado por la Bolsa, y se encontró con un mercado “cautivante”, que lo llevó a pensar en un nuevo negocio, vinculado a la exportación de carne.

“Desde que regresamos comenzamos a trabajar y a los dos años logramos comenzar a exportar. Desde que iniciamos ya tenemos más de 1.000 containers enviados”, explicó Grassi, quien consideró que estamos frente a un mercado “inabastecible”. Su compañía integra junto a otras el consorcio Argenpork, desde el que se realizan las operaciones. El empresario recomendó a los presentes visitar el país (“vean lo que es ese mundo”, dijo), porque existen “muchas oportunidades” para los productores argentinos.

La polémica en torno a la posible instalación de las denominadas “mega granjas” no pasó desapercibido durante el panel. Para el referente de Isowean, Argentina “posee espacio y la materia prima” para duplicar la capacidad actual y superar el millón de madres productoras. “No hay país que conozca nuestra mercadería y no la demande”, agregó, para luego plantear que los establecimientos deben ser manejados por gente idónea “porque son núcleos con un índice de responsabilidad sanitaria muy alto”.

En primera persona II
Otra de las historias presentes fue la de María Schargrodsky, quien se especializa en el armado de negocios con China. En particular, se explayó sobre los rubros de alimento para mascotas y limones, en los cuales había trabajado recientemente.

Respecto al mercado de petfood, Schargrodsky dijo que “hay una tendencia global de considerar las mascotas parte de la familia” y que ello no es una excepción en China. Indicó que actualmente es un mercado de u$s 1.100 millones, pero que se expandirá hasta los u$s 1.500 millones en 2026.

“Argentina estuvo entre los primeros países habilitados a importar, que hoy ya son 30. China valora muy especialmente el ambiente en el que se producen los artículos argentinos, porque tenemos un medio libre de contaminación, a diferencia de lo que sucede en buena parte de su territorio”, explicó, para luego dar cuenta de las diferentes etapas que debe sortear una empresa para colocar sus productos: desde la habilitación de la planta hasta el registro de productos y marcas.

Luego continuó con el mercado de limones, donde Argentina es el segundo exportador a nivel global. China permitió el producto nacional hace muy poco (2019), pero allí hay -según la especialista- una importante oportunidad, aunque por ahora priman los desafíos: por ejemplo, el tratamiento de frío que se necesita, que por ahora solo se realizan en dos establecimientos.