Luis Gómez
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Según él mismo lo define, “tocó el Cielo con las manos” cuando se consagró campeón olímpico, hace una década. Lejos de dormirse en los laureles –valga el término– que lo coronaron en Londres, el taekwondista Sebastián Crismanich se sumó a la cruzada del movimiento olímpico por lograr un desarrollo pacífico de la humanidad.

Dicta clínicas y charlas a lo largo y ancho del país y, en estos días, su derrotero fue Entre Ríos, con un alto de agenda que posibilitó el dialogo con MIRADOR ENTRE RÍOS.

El lunes fue la figura central de los festejos por el Día Olímpico en Gualeguay, donde de estudiantes y docentes protagonizaron una exposición de disciplinas deportivas. El martes y miércoles se sumó a la continuidad de la movida en La Paz, donde también tuvo espacio para brindar su experiencia.

Legado olímpico

La influencia de los valores olímpicos en su vida y su prédica para que formadores y alumnos tengan más herramientas y mejores expectativas fueron el tema central en torno al cual se perfilaron distintas aristas.

- Mirador Entre Ríos: ¿Qué te llevó a sumarte a los festejos del Día Olímpico?

- Sebastián Crismanich: Es una iniciativa que tenemos quienes estamos especialmente en el alto rendimiento y como atletas olímpicos. Es bueno llevar nuestra experiencia y dejar nuestro legado a medida que caminamos.
Compartí mis experiencias con chicos y jóvenes, con los representantes del Consejo General de Educación (CGE), la Asociación de Participantes de la Academia Olímpica (Apaoa) y el Comité Olímpico Argentino (COI), que organizaron tantas actividades en esta provincia.

Buscamos crear conciencia sobre la actividad física, el deporte y los beneficios que nos traen para la vida. Es importantísimo, sabiendo especialmente que venimos de dos años de encierro, que acarrean problemas de salud físicos y mentales.
Hay una ola por querer salir, por hacer, incluso por volver a las costumbres de décadas atrás –perdidas por la cultura de las pantallas–, como jugar en la plaza o hacer deportes en los clubes.

- ¿Qué te decidió a seguir vinculado con el deporte y por transmitir tus vivencias?

-Alcancé todo lo que me propuse, de la mano del deporte, pude convertirme en un atleta referente de mi país, salir a defender su bandera, llegar a un juego olímpico y ganarlo.

Al sucederme estas cosas, me pregunté “¿por qué me tocó a mí?”. Soy bendecido por demás y creo que por algo sucedió. Pero detrás de ese orgullo hay una responsabilidad, que llevo con muchas ganas, de devolver lo recibido y contagiar al resto para que lo apliquen a sus proyectos personales.

En el deporte encontré una manera de hacer el bien y lo llevaré de por vida.

Sueños y objetivos

- ¿Cuál es el momento más memorable de Londres 2012?

-Cuando se izó la Bandera Argentina y sonó el Himno Nacional (N. de la R.: en su coronación). Es el más importante de mi vida, sin dudas. Todo lo que me ocurrió, lo fui visualizando desde chico y creo que se concretó por la intensidad que le pongo a mis objetivos.

Por mi vida, entregué esos cinco minutos de podio y lo volvería a hacer mil veces.

La realidad superó la imaginación y haberme preparado tanto tiempo esperando ese momento, y que se dé mejor de lo que pensaba, no tiene precio.

- ¿Qué les decís a los chicos cuando hablás de los valores del deporte y la actividad física?

-En primer lugar, que hay que tener sueños o un mínimo objetivo de vida. Serán las guías para elegir el rumbo. El problema se genera cuando no los tenemos o solo hay frustración y desilusión.

Por eso, los invito a divertirse, recrearse y, a partir de allí, encarrilarlos poco a poco para que se impongan objetivos dentro del deporte.

Con progresos pequeños, como aprender una técnica o mejorar la conocida, pueden llegar a encontrarse dentro de un mundo que no esperaban, dibujando horizontes nuevos.

Formado para ganar

La vida de Crismanich testimonia lo que pregona. Ensayando un resumen de la misma, contó: “A mí me trataron como adulto siendo chico, enseñándome que la responsabilidad, la disciplina y llevar el estudio junto con el deporte eran una regla no negociable”.

“No importaba si era el número uno, sí que hiciera cada actividad de la mejor manera. Así es como la competencia comienza desde temprana edad y al llegar a la juventud o adultez acumulamos muchos años buscando la excelencia. Quizá eso nos permite estar por encima de la media”, confió, finalmente.

Las consagraciones de Crismanich

Londres 2012 Juegos Olímpicos oro –80 kg

Guadalajara (México) 2011 Juegos Panamericanos oro –80 kg

Buenos Aires 2006 Campeonato Panamericano oro –72 kg

Caguas (Puerto Rico) 2008 Campeonato Panamericano oro –78 kg

Aguascalientes (México) 2014 Campeonato Panamericano bronce –80 kg

Buenos Aires 2006 Juegos Sudamericanos oro –72 kg

Medellín (Colombia) 2010 Juegos Sudamericanos plata –74 kg

Santiago de Chile 2014 Juegos Sudamericanos oro –80 kg

Retirado en 2016 por una fractura expuesta de tibia y peroné, Sebastián Crismanich divide su día a día entre la dirección de un supermercado y de academias de taekwondo, además de presidir la Federación Correntina de ese deporte.