Lucía Dozo


Se trata de un espectáculo multimedia inmersivo que, articulando arte y tecnología, le permite al espectador la sensación de adentrarse en las obras del artista holandés y formar parte de una experiencia sensorial acompañado por música y por una voz que narra su vida y su obra. En la sala de video donde se realizan las proyecciones se puede oír también una narración a partir de algunas de las cartas que Vincent le envió a su hermano Theo (desde 1872 hasta 1890, año de su muerte, el artista escribió más de ochocientas cartas, casi todas dirigidas a su hermano Theo, y en este epistolario se puede reconstruir su autobiografía).

La exhibición, que se centra en la experiencia de realidad virtual, presenta más de setenta obras del pintor y los espectadores podrán permanecer hasta una hora recorriéndola. Incluye además una serie de decorados que se basan en los cuadros y que permiten al público tomar fotografías, y una sala de 350 m2 donde se realizan proyecciones de video acompañadas por una banda sonora, efectos que construyen, según señalan los organizadores, una propuesta estética contemplativa y sensorial.

Van Gogh Immersiva es una de las grandes muestras a partir de las pinturas del artista que recorren el mundo. En Buenos Aires se exhibe en La Rural, también hasta fines de julio, otra muestra titulada Imagine Van Gogh, que fue la primera de este tipo en nuestro país.

Exposiciones inmersivas a partir de otros artistas
Parece haber un auge en el mundo de este tipo de propuestas que ensamblan imágenes de obras a gran escala, sonidos y tecnología diversa. Uno de los precursores y considerado responsable de la tendencia es el artista digital francés Bruno Monnier. Fundador de Culturespaces -el grupo que creó el Atelier des Lumières de París-, fue el primero en desarrollar esta nueva herramienta de relación con las obras de arte, reconocida por unos y cuestionada por otros, pero siempre con gran afluencia de público. Según su creador, el espacio tridimensional e inmersivo puede permitir al espectador relacionarse con el arte de manera diferente.

Otros artistas que son incluidos actualmente en este tipo de propuesta son el austríaco Gustav Klimt y el impresionista francés Claude Monet. En el caso del primero, a través de The Immersive Experience, que se exhibió por primera vez en Burdeos, Francia, y recorre más de 200 obras de Klimt que se proyectan de forma animada mientras se juega con pinceladas virtuales a lo largo de las etapas clave de su carrera pictórica.

En cuanto a Monet: la experiencia inmersiva, combina diversas tecnologías de última generación, ya que en las salas en las que se exhibe hay proyecciones de 1.000 m2 que cubren todo el espacio e imágenes en alta definición en 360 grados. Ambas muestras recorren en la actualidad distintas ciudades de América y Europa.

En Latinoamérica: Frida Kahlo
En la capital mexicana, actualmente, puede verse Frida, la primera muestra inmersiva creada y producida en ese país. El espacio en que se llevó a cabo originariamente fue el Frontón México, ubicado en la Plaza de la República, y actualmente en Foro Polanco. Las experiencias inmersivas se han realizado sobre obras de artistas internacionales; en el caso de la propuesta mexicana, es única en su tipo ya que está dedicada a Frida Kahlo y es la primera exhibición del tipo hecha en aquel país.

Con una duración de aproximadamente 45 minutos, el espectáculo consiste en numerosas proyecciones a gran escala del arte de Frida, animaciones y fotografías en pisos y techos, todo en gran formato, con la tecnología denominada imagen total. Las imágenes están acompañadas por música creada por mujeres de Oaxaca (al sur de México), quienes compusieron piezas inspiradas en las obras.

Quienes visiten Frida, señalan los organizadores, podrán conocer diferentes facetas de la vida de la artista al recorrer los espacios que integran la exposición: uno, por ejemplo, explora su espíritu creativo, otro captura su costado lúdico, etc. También se escucharán textos seleccionados del diario de Kahlo leídos en voz alta para agregar un elemento íntimo y confesional al espectáculo. La exposición incluye fotografías, juegos y módulos interactivos que reaccionan a los movimientos de los visitantes.