Foto:Facebook.
Gisela Mesa
No cabe duda de que el teatro rosarino es una referencia a nivel nacional y extranjero, y cuando aparece una oportunidad para conocer algunas de las propuestas más destacadas del circuito independiente es un motivo para elogiar. En este sentido, el ciclo teatro transgénico viene trabajando desde el 2000 promocionando en la difusión de un teatro que no se encuentra fácilmente en circuitos oficiales, y que resulta enriquecedor para el público rosarino que desee contactar con la nueva escena argentina.
El Ciclo Teatro Transgénico se realizará este domingo 28 a las 20HS en La Morada. (San Martin 771. PA). Estrena un elenco de Pergamino y las funciones serán de viernes a domingo hasta el 19 de septiembre. ¿Por qué transgénico? Porque agrupa elencos de la ciudad, y el país en relación a su génesis y dramaturgia. En esta oportunidad participaran elencos de Rosario, Santa De, Buenos Aires, San Luis y Córdoba.
En diálogo con Mirador Provincial, Mecha Nuñez, actriz, lic. en Artes Escénicas, docente, investigadora y gestora teatral, explicó cuáles son objetivos de este ciclo y cómo ve la escena local en el teatro independiente. Sin dudas una propuesta que acerca la cultura y los problemas cotidianos, uno de las obras “Las especies nativas” trata sobre las quemas en las islas, un tema que los rosarinos y rosarinas conocemos muy bien.
Este 2022, y como desde el año 2000, La Morada Teatro,con el aval del CIT (Centro de investigaciones teatrales de la ciudad de Rosario), ATIR (Asociacion de Teatros Independientes), y el apoyo del INT, lanzan el Ciclo de Teatro Transgénico en la ciudad de
Rosario.
Programa completo del ciclo
Domingo 28 - 20 horas: In Promptu: Segunda Dosis. (Pergamino, Bs. As.).
Viernes 02 - 21: Las especies Nativas. Rosario.
Sábado 03 - 21: Los Opas. (San Jorge, Santa Fe).
Domingo 04 - 20: El laberinto hacia la simplicidad. Una obra sobre Milena Jesenská.
Viernes 09 - 21: La Moribunda. Rosario.
Sábado 17 - 21: Guuula. Aullido apocalíptico. (San Luis).
Domingo 18 - 20: El aviso Desoído. Paisajes de papel: mitos y leyendas latinoamericanas (Río Cuarto, Córdoba).
-¿Cómo ves la escena local del teatro independiente en Rosario?
-La escena local es siempre muy prolífica, con el surgimiento constante de grupos y elencos con otras dinámicas que generan otras estéticas y otras temáticas. Los teatreros independientes en Rosario somos muy prolíficos. En estos momentos, la salida de la pandemia, las restricciones y los protocolos, nos recibe con una crisis muy importante que hace tambalear a todos, también a los que hacemos teatro. Se hacen más difíciles las tareas, pero creo que también esto promueve al crecimiento de la creatividad. Ante la necesidad de abaratar algunos costos, aparecen alternativas impensadas. Y esto, estimo, que es por la imperiosa necesidad de seguir haciendo, produciendo y gestionando.
-¿Cómo surge en vos la vocación por el teatro?
-Diría, que desde siempre, incluso desde antes de saber que era ser actriz o hacer teatro. Desde muy chiquita tenía un personaje que aparecía en reuniones familiares a jugar en serio a ser una señora. Obviamente con el acompañamiento de la familia, no solo porque me sostenían esa locura desde los 4 años, sino también porque me ayudaron a sostener esa decisión. También sostuvieron mis actividades, fueron siempre espectadores y “opinadores”. A los 15 años empecé a hacer teatro con Iván Moschner en Posadas y no pude imaginarme
otra manera de vivir.
-¿Qué te ha aportado el teatro a tu vida?
-Mucho, muchísimo. La profesión, pero además muchos aprendizajes y saberes. También aportó a mi conducta, a mi ética ante la profesión y el trabajo con los maestros que tuve. No solo los maestros como tales, también los compañeros de trabajo y los amigos de teatro han abonado mucho en mi formación profesional. Uno imita lo que le gusta, lo que cree que está bien y eso puede estar en un maestro formador o cualquier persona que se cruza. Los afectos, muchos son del teatro, de los ensayos, los estudios, los encuentros en festivales. Mi familia también, en parte, se concibe desde mí hacer teatral. Pero también me aporta muchas satisfacciones. Yo soy feliz actuando a pesar de los momentos de incertidumbres o angustias, de los enojos. Considero que actuar en los ensayos y las funciones es una de las fuentes más grandes de mi felicidad, jaja. Pero en serio.
-¿El teatro debería ser una asignatura en los colegios?
-A veces considero que sí, a veces considero que no. A veces no me parece que en la escuela uno debe estar obligado a actuar, a esa exposición que genera estar en un escenario para que te miren. Pero, el gran pero, el teatro es gregario, convoca al encuentro con otros, a aprender con otros y a disfrutar con otros. En los modos de crear en el teatro, si no son verticalistas, si se apuesta genuinamente al “entre todos”, logra fundar enseñanzas en cuanto a la convivencia colectiva y solidaria. La escucha del otro, la confianza en que va a ser posible eso que pautamos y acordamos, que puedo apoyarme en el otro. Es decir, creo que tiene que haber teatro en la escuela, pero no tan solo para armar algo para mostrar, con la mira puesta en el resultado. Como las otras disciplinas artísticas en la escuela, me parece que el teatro promueve el acercamiento a lo poético, a lo estético, también a saber qué es eso, diferente a lo cotidiano, que muchas veces no es cercano a todas las personas en sus contextos familiares. Pero para nada me interesa que promuevan juicios valorativos sobre cómo hacer las cosas, lo que está bien y lo que está mal. Ni que sean lugares donde se ponen en juego los talentos para abonar a más frustraciones y exclusiones de las que ya hay en nuestra sociedad.
-¿Cómo surge el Ciclo Teatro Transgénico?
-En el año 2000, varios grupos de la ciudad, deciden armar un ciclo con obras que abordaban temas familiares, que eran muchas en ese momento. De familias conflictivas, disfuncionales, con filicidios también; el coletazo de las obras de los '90. De estas trasformaciones o
transgresiones en las familias, nace el nombre Transgénico. Una palabra que además estabamuy presente en esos momentos.
Después aparece como nombre Teatro Transgénico en función de la génesis de los espectáculos. Enfocando en las dramaturgias que surgen en el proceso de construcción de la obra. Que inauguran otros modos de hacer, propios a ese proceso. O que, desde ese proceso,
transforman y resignifican textos preexistentes, Por esto en la programación encontramos obras de dramaturgia propia y otras con dramaturgos que no forman parte del elenco. Teatro Transgénico además surge, de las ganas o de la necesidad del encuentro. El teatro es una actividad que promueve el encuentro, pero más allá de las funciones para encontrar al público, nos parece imprescindibles que el público encuentre otro modos de hacer escena, de otros lugares del país y con la idea de que esto, a su vez, engendra nuevos públicos. La necesidad de multiplicar el encuentro y también de generar intercambio entre los que hacemos teatro. Encontrando diferencias, puntos en común, problemáticas. En definitiva, conocernos y compartir.
-¿Cómo fue el proceso de selección de las obras?
-Para la programación, se hace una invitación desde la organización, no hay una convocatoria abierta. La invitación es siempre en relación a lo que nos interesa mostrar en cada edición. Algunas veces es con un tema particular o modos de creación y producción. Aunque hay algunas más azarosas o caprichosas. Hay grupos del país que han sido invitados en más de una oportunidad, se va armando en el tiempo y a la distancia, una especie de diálogo entre lo que hacen ellos allá y nosotros acá, un ida y vuelta en cada vez que podemos encontrarnos. Con el tiempo hemos tejido redes de intercambio y lazos afectivos también. En esta edición, contamos con los elencos de San Jorge y de Río Cuarto, que ya han venido otras veces y han recibido nuestro trabajo también.
No cabe duda de que el teatro rosarino es una referencia a nivel nacional y extranjero, y cuando aparece una oportunidad para conocer algunas de las propuestas más destacadas del circuito independiente es un motivo para elogiar. En este sentido, el ciclo teatro transgénico viene trabajando desde el 2000 promocionando en la difusión de un teatro que no se encuentra fácilmente en circuitos oficiales, y que resulta enriquecedor para el público rosarino que desee contactar con la nueva escena argentina.
El Ciclo Teatro Transgénico se realizará este domingo 28 a las 20HS en La Morada. (San Martin 771. PA). Estrena un elenco de Pergamino y las funciones serán de viernes a domingo hasta el 19 de septiembre. ¿Por qué transgénico? Porque agrupa elencos de la ciudad, y el país en relación a su génesis y dramaturgia. En esta oportunidad participaran elencos de Rosario, Santa De, Buenos Aires, San Luis y Córdoba.
En diálogo con Mirador Provincial, Mecha Nuñez, actriz, lic. en Artes Escénicas, docente, investigadora y gestora teatral, explicó cuáles son objetivos de este ciclo y cómo ve la escena local en el teatro independiente. Sin dudas una propuesta que acerca la cultura y los problemas cotidianos, uno de las obras “Las especies nativas” trata sobre las quemas en las islas, un tema que los rosarinos y rosarinas conocemos muy bien.
Este 2022, y como desde el año 2000, La Morada Teatro,con el aval del CIT (Centro de investigaciones teatrales de la ciudad de Rosario), ATIR (Asociacion de Teatros Independientes), y el apoyo del INT, lanzan el Ciclo de Teatro Transgénico en la ciudad de
Rosario.
Programa completo del ciclo
Domingo 28 - 20 horas: In Promptu: Segunda Dosis. (Pergamino, Bs. As.).
Viernes 02 - 21: Las especies Nativas. Rosario.
Sábado 03 - 21: Los Opas. (San Jorge, Santa Fe).
Domingo 04 - 20: El laberinto hacia la simplicidad. Una obra sobre Milena Jesenská.
Viernes 09 - 21: La Moribunda. Rosario.
Sábado 17 - 21: Guuula. Aullido apocalíptico. (San Luis).
Domingo 18 - 20: El aviso Desoído. Paisajes de papel: mitos y leyendas latinoamericanas (Río Cuarto, Córdoba).
-¿Cómo ves la escena local del teatro independiente en Rosario?
-La escena local es siempre muy prolífica, con el surgimiento constante de grupos y elencos con otras dinámicas que generan otras estéticas y otras temáticas. Los teatreros independientes en Rosario somos muy prolíficos. En estos momentos, la salida de la pandemia, las restricciones y los protocolos, nos recibe con una crisis muy importante que hace tambalear a todos, también a los que hacemos teatro. Se hacen más difíciles las tareas, pero creo que también esto promueve al crecimiento de la creatividad. Ante la necesidad de abaratar algunos costos, aparecen alternativas impensadas. Y esto, estimo, que es por la imperiosa necesidad de seguir haciendo, produciendo y gestionando.
-¿Cómo surge en vos la vocación por el teatro?
-Diría, que desde siempre, incluso desde antes de saber que era ser actriz o hacer teatro. Desde muy chiquita tenía un personaje que aparecía en reuniones familiares a jugar en serio a ser una señora. Obviamente con el acompañamiento de la familia, no solo porque me sostenían esa locura desde los 4 años, sino también porque me ayudaron a sostener esa decisión. También sostuvieron mis actividades, fueron siempre espectadores y “opinadores”. A los 15 años empecé a hacer teatro con Iván Moschner en Posadas y no pude imaginarme
otra manera de vivir.
-¿Qué te ha aportado el teatro a tu vida?
-Mucho, muchísimo. La profesión, pero además muchos aprendizajes y saberes. También aportó a mi conducta, a mi ética ante la profesión y el trabajo con los maestros que tuve. No solo los maestros como tales, también los compañeros de trabajo y los amigos de teatro han abonado mucho en mi formación profesional. Uno imita lo que le gusta, lo que cree que está bien y eso puede estar en un maestro formador o cualquier persona que se cruza. Los afectos, muchos son del teatro, de los ensayos, los estudios, los encuentros en festivales. Mi familia también, en parte, se concibe desde mí hacer teatral. Pero también me aporta muchas satisfacciones. Yo soy feliz actuando a pesar de los momentos de incertidumbres o angustias, de los enojos. Considero que actuar en los ensayos y las funciones es una de las fuentes más grandes de mi felicidad, jaja. Pero en serio.
-¿El teatro debería ser una asignatura en los colegios?
-A veces considero que sí, a veces considero que no. A veces no me parece que en la escuela uno debe estar obligado a actuar, a esa exposición que genera estar en un escenario para que te miren. Pero, el gran pero, el teatro es gregario, convoca al encuentro con otros, a aprender con otros y a disfrutar con otros. En los modos de crear en el teatro, si no son verticalistas, si se apuesta genuinamente al “entre todos”, logra fundar enseñanzas en cuanto a la convivencia colectiva y solidaria. La escucha del otro, la confianza en que va a ser posible eso que pautamos y acordamos, que puedo apoyarme en el otro. Es decir, creo que tiene que haber teatro en la escuela, pero no tan solo para armar algo para mostrar, con la mira puesta en el resultado. Como las otras disciplinas artísticas en la escuela, me parece que el teatro promueve el acercamiento a lo poético, a lo estético, también a saber qué es eso, diferente a lo cotidiano, que muchas veces no es cercano a todas las personas en sus contextos familiares. Pero para nada me interesa que promuevan juicios valorativos sobre cómo hacer las cosas, lo que está bien y lo que está mal. Ni que sean lugares donde se ponen en juego los talentos para abonar a más frustraciones y exclusiones de las que ya hay en nuestra sociedad.
-¿Cómo surge el Ciclo Teatro Transgénico?
-En el año 2000, varios grupos de la ciudad, deciden armar un ciclo con obras que abordaban temas familiares, que eran muchas en ese momento. De familias conflictivas, disfuncionales, con filicidios también; el coletazo de las obras de los '90. De estas trasformaciones o
transgresiones en las familias, nace el nombre Transgénico. Una palabra que además estabamuy presente en esos momentos.
Después aparece como nombre Teatro Transgénico en función de la génesis de los espectáculos. Enfocando en las dramaturgias que surgen en el proceso de construcción de la obra. Que inauguran otros modos de hacer, propios a ese proceso. O que, desde ese proceso,
transforman y resignifican textos preexistentes, Por esto en la programación encontramos obras de dramaturgia propia y otras con dramaturgos que no forman parte del elenco. Teatro Transgénico además surge, de las ganas o de la necesidad del encuentro. El teatro es una actividad que promueve el encuentro, pero más allá de las funciones para encontrar al público, nos parece imprescindibles que el público encuentre otro modos de hacer escena, de otros lugares del país y con la idea de que esto, a su vez, engendra nuevos públicos. La necesidad de multiplicar el encuentro y también de generar intercambio entre los que hacemos teatro. Encontrando diferencias, puntos en común, problemáticas. En definitiva, conocernos y compartir.
-¿Cómo fue el proceso de selección de las obras?
-Para la programación, se hace una invitación desde la organización, no hay una convocatoria abierta. La invitación es siempre en relación a lo que nos interesa mostrar en cada edición. Algunas veces es con un tema particular o modos de creación y producción. Aunque hay algunas más azarosas o caprichosas. Hay grupos del país que han sido invitados en más de una oportunidad, se va armando en el tiempo y a la distancia, una especie de diálogo entre lo que hacen ellos allá y nosotros acá, un ida y vuelta en cada vez que podemos encontrarnos. Con el tiempo hemos tejido redes de intercambio y lazos afectivos también. En esta edición, contamos con los elencos de San Jorge y de Río Cuarto, que ya han venido otras veces y han recibido nuestro trabajo también.
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