El precio del pan no es cualquier precio. Es el alimento por antonomasia. Su valor en el mercado minorista es un elemento importante y un parámetro en el consumo de los santafesinos y de los argentinos en general. Es un elemento macroeconómico paradigmático. Con una inflación en crecimiento en Argentina por factores internos y externos, el Estado nacional intentó frenar el incremento del precio del pan. El modo, subsidiando a la harina mediante un fideicomiso que compensa en el mercado interno las ventas de harina 000 y de fideos secos. Una tarea infructuosa. Ahora la estrategia es distinta. Se apunta a subsidiar directamente a los últimos de la cadena vendedora que son los panaderos.

La semana pasada, el secretario de Comercio Interior de la Nación, Matías Tombolini, explicó en su visita a Rosario que habrá un mecanismo para ayudar a los vendedores minoristas. En declaraciones realizadas a la prensa aseguró: “Algunos molinos producen harina y se la venden a sí mismos para fabricar galletitas, pero resulta que el precio de las galletitas no está aumentando menos que la inflación”. Gerardo Di Cosco, vicepresidente de la AIPAR (Asociación Industriales Panaderos y Afines de Rosario), habló con Mirador Provincial sobre el tema: “El lunes (29 de agosto) de esa semana hubo una reunión en Buenos Aires donde nos informaron que la harina no iba a ser más subsidiada. Y la idea del gobierno (nacional) es subsidiar directamente al panadero. Se está trabajando sobre un plan para que el subsidio en vez de ir a la harina vaya directamente a las panaderías”.

Consultado con respecto a la opinión de la entidad local sobre esta medida, Di Cosco señaló: “En un momento, esto se lo habíamos planteado hace mucho tiempo a este gobierno de que no se subsidie más a la harina porque la idea es que si le llega el subsidio al panadero, podríamos en algún punto comenzar a corregir la distorsión que hay en la cantidad de panaderías que están en forma ilegal. A esas no les llegaría el subsidio”. El dirigente aseveró que es una medida que nunca se había implementado.

Con respecto a los plazos, Gerardo Di Cosco afirmó que desde el 29 de agosto hay 30 días para hacer el cambio de subsidio directamente hacia los panaderos. “Está en pie el fideicomiso hasta el 31 de diciembre de este año. Está ese dinero disponible. Hay que buscar la forma de cómo implementarlo. Una de las ideas que se le ha acercado al secretario es como el previaje”. Explicó que el panadero que reciba harina con su factura a través de un banco se escanea el QR y el dinero del subsidio va a una cuenta corriente. Habrá condiciones claras para poder recibir la compensación: que esté habilitada la panadería, que tenga un número de CUIT, qué esté inscripta en el API (para las de nuestra provincia) y otras más.

El subsidio a implementar no incluye otros productos como facturas o galletitas. “La única harina que se va a subsidiar por ahora, creo que va a ser definitivo, es la harina triple 0 para fabricar pan. Nosotros, los panaderos, usamos esa harina para fabricar otras cosas. Esto va a ayudar a que se pueda tener un precio de referencia en todos los productos de panificación”, dijo Di Cosco. “Con esto vamos a tener un buen oxígeno para seguir en la industria y para la gente que tenga un precio de referencia del pan y que no se dispare el precio”, agregó. De todas maneras, preocupa la quita de subsidios a la luz y al gas que podrían obligar a subir el precio final.

Otro tema por el que fue consultado el dirigente panadero fue el de los tickets. Son muy pocas las panaderías que entregan estos elementos fiscales en Rosario. “El cliente tiene todo el derecho a pedirlo y se lo tiene que dar el panadero”, señaló.

Entre los 280 y los 320 pesos
Hoy, el precio final del pan en los comercios minoristas de la Cuna de la Bandera oscila entre los 280 y los 320 pesos por kilo. “La harina estuvo subsidiada y sin embargo siguió aumentando. El pan, acá en Rosario, hace ya dos meses que está en este precio porque sabemos que hay otras cuestiones. Estamos emparejando hacia abajo. La rentabilidad ha caído”. “Hay que buscar algún atractivo para que pueda llevarse otras cosas de nuestro negocio porque si vivimos con el pan, tenemos que bajar la persiana”, comentó.

Por último, dejó un comentario que describe la situación económica acuciante que se vive en todo el país: “Hay gente que sigue viniendo como cuando el pan valía 150 pesos. Y hoy el pan vale 300 y sigue viniendo con 150 pesos. Antes se llevaba un kilo y hoy se lleva medio kilo. Hace un tiempo que viene ocurriendo. Mientras más pobreza haya lamentablemente todos los laburantes vamos a ser cada vez más pobres”.