Sabina Melchiori
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La licenciada en Kinesiología Julieta Wingerter (Mp: 1071) es una de las tres profesionales con postítulo en Pelviperineología en Gualeguaychú, área que se ha ocupado de dar a conocer a través de las redes sociales con el mismo propósito que se realizó de esta entrevista para MIRADOR ENTRE RÍOS: demostrar que existen tratamientos para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen disfunciones del suelo pélvico.

–¿Qué es la pelviperineología?

–Son conocimientos vinculados a la prevención y tratamiento kinésico, que tienden a restablecer las funciones del conjunto osteo-artro-neuro-mio-visceral a nivel del complejo abdomino-lumbo-pelvi-perineal (CALPP), valiéndose de técnicas manuales, agentes físicos, ejercitación y cambios conductuales. Esa es una de las definiciones que nos da a conocer la Sokap, que es la Sociedad Argentina de Pelviperineología, organismo en donde voluntariamente podemos ser parte todos los kinesiólogos que nos dedicamos a la pelviperineología, que por suerte somos muchos y hoy estamos mucho más visibilizados, se habla más

–¿A qué se le llama “suelo pélvico” y dónde está ubicado?

–Se le llama suelo pélvico al elevador del ano, un músculo que se encuentra en la parte inferior de la pelvis y cierra por abajo el complejo abdomen o lumbo pélvico, que me gusta describirlo como una casa… el techo es el músculo diafragma, las paredes anteriores formadas por los abdominales, las paredes posteriores formadas por los músculos de la espalda y la columna vertebral. Este complejo es el encargado de soportar todas las presiones que se generan en nuestro abdomen con cualquier actividad que realicemos, y cuando estás presiones no son bien gestionadas recaen sobre la parte más débil de esta casita… nuestro suelo pélvico.

Interdisciplina

–¿Desde cuándo existe esta especialidad o área dentro de la kinesiología?

–Quizás más de 20 años... No muchos lo hacen, de hecho, acá en Gualeguaychú somos solamente tres. Es un área que fundamentalmente debe trabajar en conjuntos con otros profesionales, nosotros nos abocamos al periné, a la musculatura del suelo pélvico, al complejo abdominolumbopelvico y estudiamos, prevenimos y tratamos patologías que puedan acarrear por desequilibrios en esta área. Cuando tratamos incontinencia, trabajamos con urólogos; cuando tratamos prolapsos, con ginecología; si abordamos patologías ano rectales, nos comunicamos con el gastroenterólogo, nutricionistas… Es amplio el trabajo que hacemos y las patologías que abarcamos.

–¿Cómo llegan los pacientes a la consulta y en qué consisten los tratamientos?

–Hay pacientes que vienen con cargas psicoemocionales, abusos, dolores, maltratos… las mujeres sufrimos por muchos años el mandato de hacer lo que el hombre quería y está bueno conocernos, escucharnos, saber qué nos gusta y qué no y hasta donde, siempre cuando salen los estás cuestiones la derivación con psicología es importante y otra vez el equipo interdisciplinario es importante. Todavía hay mujeres que les hacemos dibujar el periné y no saben que tenemos tres agujeros, todavía en algunos consultorios sucede que el dolor en la inspección ginecología es normal y no lo es. No es normal que duela.

La primera consulta es una charla, nos conocemos con el paciente, e intento que conozca su periné, esa zona tabú. Les pregunto de todo, a veces me miran raro ante algunas preguntas, pero mi intención es tratar de ver más allá, de saber de dónde vienen el problema, de buscar el porqué de la disfunción, porque la realidad es que nunca es solo la gotita de pis que se pierde, siempre hay algo más allá.

El segundo encuentro con el paciente ya ponemos manos a la obra. Empezamos a observar, palpar, evaluar, sentir, testeamos músculos, utilizamos testeos que nos sirven de parámetros para encauzar el tratamiento.

–¿Cuáles son las disfunciones más frecuentes con las que se han encontrado?

–En el consultorio lo que más vemos es incontinencia urinaria, de cualquier índole, y postpartos. Son las mujeres más jóvenes las que más consultan por curiosidad o porque han leído sobre el tema. De todos modos, creemos que falta todavía mucho camino por recorrer, falta mucha más información, falta mucha más derivación entre profesionales, pero creo que estamos bien encaminados para poder disminuir la cantidad de casos. En ese sentido, la prevención de disfunciones es donde debemos embarcarnos también, el conocimiento ayuda a tratar el problema antes de que se presente, a fortalecer, cuidar y tener a mano herramientas para evitar luego que aparezcan las patologías.

Elementos y técnicas de trabajo

• La terapia manual.

• Biofeedback: este aparato sirve para que el paciente además de poder censar la contracción tenga una respuesta a lo que está sucediendo en su periné, trabajamos la contracción y la relajación de los músculos según sea necesario fortalecerlos o relajarlos.

• Dilatadores, vibradores, bolas chicas

• Ejercicios

• Cambios conductuales como la frecuencia con la que se hace pis y la postura que utilizamos para defecar.

• Electroterapia

• Radiofrecuencia 360, una aparatología de última generación.

Patologías que trata

Incontinencia urinaria en cualquiera de sus tipos: urgencia, esfuerzo, mixta.

Vejigas hiperactivas, hipoactivas, neurogénicas.

Pacientes cateterizados.

Incontinencia anal de gases, constipación, patologías de índole ano rectal.

Dolor neuropático y miofascial.

Patologías ginecológicas: prolapsos, debilidades de las paredes de la vagina, dolores menstruales, endometriosis.

Dolores ano rectales.

Disfunciones sexuales: anorgasmias, vulvodinias, dispareunias, vaginismo.

Embarazo, parto y postparto.

Pre y postquirúrgicos de próstatectomias, histerectomías.

Cicatrices.

Diástasis abdominal.

En niños: constipación, enuresis, conductas retentivas, asesoramiento y acompañamiento en el control de esfínteres.