Conrado Berón
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Ezequiel Spucches es un destacado pianista paceño, impulsor y director artístico del festival Galas del Río en su ciudad. De regreso a Francia, donde reside, dialogó con MIRADOR ENTRE RÍOS para contar cómo fue este regreso presencial del festival.

“La 12ª edición de Galas del Río ha sido realmente un éxito. Después de dos años anulados por la pandemia, sentíamos que era todo un desafío retomar el festival. El riesgo era que el entusiasmo del equipo organizativo y sobre todo del público se diluya, que las nuevas formas de consumo de los ‘productos culturales’ que se impusieron durante la pandemia (generalización del streaming, virtualidad) hicieran que el público no vuelva a las salas o a las exposiciones como antes. Ocurrió todo lo contrario: nos dimos cuenta de que estos dos años afirmaron la importancia de lo vivencial, del hecho de compartir un espacio, de esa experiencia de comunión que implica un concierto o una exposición. También sentimos que para muchos la imagen de Galas se afianzó y se idealizó. Como si la ausencia y una cierta nostalgia de lo que se vivía cada año (cosas que quizás no se terminaban de apreciar porque se habían hecho rutinarias), hubiesen ayudado a tomar conciencia de lo increíble que es tener anualmente un evento como Galas del Río en La Paz. El comité de organización se renovó parcialmente, y el hecho de tener gente nueva en la producción del festival nos dio un gran impulso: nuevas ideas, nuevos métodos de trabajo, nuevas maneras de comunicar con el público”, sintetizó el pianista.

Organización

–¿Cuánto tiempo antes comienzan a trabajar en cada edición?

–Podría afirmar que durante la semana de Galas ya estamos trabajando en la edición siguiente. En primer lugar, porque constantemente vamos comentado los aciertos y errores, evaluando, anotando lo que hay que cambiar el próximo año. Además, durante el festival se dan muchos encuentros con artistas y con otras personas, que se traducen en una colaboración para el año siguiente. Por último, el hecho de estar compartiendo varios días con el equipo de organización y en particular con Kiki Lawrie, que se ocupa de todo lo referente a artes visuales, nos permite intercambiar ideas. Inmediatamente después de Galas tenemos un momento de evaluación, y hasta fin de año estaremos trabajando sobre cuestiones institucionales y sobre el financiamiento de la próxima edición. En marzo/abril 2023 estaremos presentando ya las ideas de programación. Para el próximo año queremos trabajar con mayor anticipación en dos aspectos fundamentales: la promoción a nivel provincial y nacional, y el trabajo con el público escolar.

–¿Cuántas personas conformaron el staff de este año?

–Existen dos entidades: la Fundación Arte en La Paz, conformada por una decena de personas, y el Comité Organizativo, que es más amplio y cuenta con unos 20 integrantes, algunos que trabajan de manera muy intensa y otros, cuyo aporte es igual de valioso, que realizan tareas más puntuales. Un evento como Galas sólo puede existir gracias a la suma de todos esos esfuerzos.

–¿Qué parte de la logística es la más difícil de llevar a cabo?

–Galas moviliza mucha gente, músicos y artistas. Este año tuvimos en escena más de 140 músicos, seis artistas visuales invitados y unos 50 artistas de la región exponiendo. La parte de la logística más complicada es, pienso, la de movilizar las personas, los instrumentos y las obras de manera fluida, previendo lo más posible las necesidades (ya que cada concierto es particular y requiere condiciones específicas). Doy un par de ejemplos para que sea más claro: el lunes 12 de septiembre recibimos a Ariel Ardit y Lidia Borda y se requerían dos pianos de cola en el escenario, teníamos la posibilidad de hacerlo con teclados electrónicos, pero por razones artísticas tener dos pianos es incomparable. Otro ejemplo es el traslado de obras de arte desde Buenos Aires, la logística de reunirlas en un solo lugar, de prever las necesidades de transporte, todo eso y mucho más requiere un esfuerzo grande y lo pudimos hacer.

Soñar y crear

–¿Cómo definís este evento cultural?

–Lo defino como una fiesta de la música y el arte, como un momento especial del año en el que toda la comunidad se pone de
acuerdo para que, por unos días, estas actividades relacionadas con el espíritu, la belleza, lo trascendente, ocupe un lugar central. Es como un momento de juego en el que nos permitimos darnos el tiempo de soñar y de crear.

–A pocas horas del cierre, ¿qué sensaciones te dejaron estas Galas?

–Una sensación de mucha alegría, de reencuentro y de “trabajo bien realizado”. Recibimos muchísimos comentarios y agradecimientos de gente que nos habla de lo que sintieron. Fue hermoso ver cómo el proyecto retomaba con tanta intensidad y energía.

–¿Cuál es el momento de mayor disfrute?

–Para mí, como músico, son los conciertos, tanto si estoy en el escenario como si estoy en la sala escuchando. Disfruté muchísimo este año compartiendo el escenario con la soprano Marina Silva, pero también escuchando a Ariel Ardit y Lidia Borda, a Patricia Da Dalt, a los músicos paceños, y claro, al maravilloso Requiem de Fauré… por nombrar sólo algunos, ya que todos los conciertos que realizamos son para mí, de una manera u otra, un momento de disfrute.

–¿Tienen un techo las Galas del Río?

–Seguramente, pero todavía está muy lejos. Vamos a seguir creciendo, estoy seguro. Sobre todo, después de la experiencia tan positiva de este año.

Apoyos

Consultado por la forma de financiamiento del festival, Ezequiel Spucches precisó que “contamos con el apoyo, ante todo (y es fundamental) de la Municipalidad y la Dirección de Cultura de La Paz. También del Concejo Deliberante y este año de la Cámara de Diputados de Entre Ríos. También tenemos una relación muy fluida con la Secretaría de Cultura y la de Turismo de la Provincia. Pienso que todos aprecian la calidad de lo que se está haciendo y el hecho de que el festival se instale de manera perenne en el paisaje cultural de Entre Ríos. El hecho de durar no es poca cosa. También tuvimos por primera vez un apoyo importante del Ministerio de Cultura de la Nación para la realización de la noche de tango. Y tuvimos varios sponsors privados, importantísimos para financiar en particular la serie de conciertos escolares”.