BELÉN FEDULLO
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Jorge Locaso es técnico en sistemas digitales y control automático. Vive en Concordia y, tras la pandemia, una situación que veía a diario, que involucraba a un hombre no vidente, lo hizo pensar en soluciones para mejorar la calidad de vida de esa persona y otras que estuvieran viviendo lo mismo. Un año después presentó “Ofiuras”, un dispositivo que sirve de guía a quienes no pueden ver y que incluso puede conectarse con el celular para ampliar sus funciones.

El elemento de ayuda es chico, tiene aproximadamente 16 centímetros, y se parece al agarre de la correa de los perros. La batería dura casi dos días y el sistema funciona de manera sencilla, con el toque de la persona, y se apaga si no es utilizado por más de un minuto.

El nombre que eligió para su invento lo debe a las ofiuras, que son animales parecidos a las estrellas de mar. “Son ciegas, pero en sus brazos tienen poros que se conectan y llevan la información al cerebro. Se vuelven una guía que ayuda a ese animal marino a vivir, defenderse, tener su espacio protegido”, explicó el creador.

EMPATÍA

Según entiende el concordiense, la gente con problemas visuales no tiene muchas herramientas en la actualidad y las que existen son muy caras, prácticamente inaccesibles, ya que cuestan más de un millón de pesos. “La idea era desarrollar un elemento que les sirviera y los ayudara a ser más independientes y que sea accesible para el bolsillo”, contó Locaso a MIRADOR ENTRE RÍOS.

La curiosidad y la solidaridad lo movieron. Luego averiguó y pensó en hacer algo por su comunidad. “Todo surgió el año pasado. Cuando empezaron a levantar las restricciones, llevaba a mi hija al colegio y vi en un semáforo a un señor muy anciano no vidente, pensé que estaba solo y me llamó la atención cómo se las arreglaba. Volví a verlo los días siguientes y pensé en hacer algo porque noté que el bastón blanco era todo lo que tenía como referencia en el mundo. Busqué qué otras herramientas podían tener y encontré que en Argentina hay dispositivos muy rudimentarios, parecidos a los sensores de estacionamiento de los autos, todos están a prueba o son proyectos que no evolucionaron. A nivel mundial sí existe un aparato que se llama Orcam, es fabricado en Israel y es un dispositivo que sirve para leer y va en la patilla de unos lentes, los ha promocionado Messi así que es conocido. Ese aparato tiene el problema de que la batería le dura solamente media hora, y encima cuesta 4.500 dólares, lo que es exagerado. También hay bastones con sensores, pero esos salen 3 mil euros, así que todo me pareció caro”, aseguró.

Se sintió decepcionado por lo que veía, así que comenzó a recolectar elementos de electrónica. “Busqué sensores especiales y creé la herramienta que tengo funcionando ahora. Voy haciendo pruebas con personas no videntes y vamos puliendo los detalles”, mencionó.

DETALLES

El dispositivo tiene tres teclas táctiles “touch”, que no son mecánicas, sino que dependen del toque humano. El aparato debe ser agarrado como una manija y el usuario debe apuntar a los objetos como si tuviera una linterna en su mano y el elemento, en lugar de alumbrar, recolecta datos y va dando información de manera verbal. “Te dice qué es lo que hay en cuatro metros a la redonda, sea donde sea que apuntes vas a saber qué hay ahí y cuando llega a los 60 centímetros de cercanía te marca cuáles son los obstáculos. Esto permite que las personas se desplacen y vayan detectando carteles, pozos, paredes, columnas, ventanas abiertas o aires acondicionados, por ejemplo. Además, tiene una brújula digital que va dando los puntos cardinales hablándole a quien va apretando los botones. También tiene sensor de luz que les permite saber por dónde circular de noche, esto fue un pedido de una persona que me explicó que les puede servir para identificar kioscos o los lugares luminosos de cuadras o lugares públicos para evitar la inseguridad”, explicó el profesional.

Además de las teclas para recibir las indicaciones, el dispositivo tiene otros dos botones en la parte superior que sirven para vincular sus funciones con el celular. “Con esos botones se puede manejar celulares. Android tiene una app que sirve de nexo para manejar todo desde el teléfono personal. Con eso, además de oír las indicaciones desde el dispositivo, tenés la chance de pasarlo vía bluetooth al celu y escucharlo con auriculares allí, pero más que nada quiero que se utilice para manejar el celular sin tocarlo, con solo apretar esos botones y hablarle se abre el Google Asistant, de allí al Maps y puede pedirle indicaciones para dónde ir. Cuando el GPS pida ir al norte o al sur, el aparato utilizará su brújula y lo llevará”, contó Locaso.
Mientras prueba, Jorge se anima a seguir buscándole funciones y una de las más importantes, según entiende, es la de lectura. “Una vez que la persona tenga Ofiuras podrá acceder al Lookout de Google y allí abrir su cámara y leer. Podrá tener noción de lo que dicen textos en libros, folletos, revistas, diarios, carteles de la calle o lo que quiera. Eso es fundamental para quienes piensan en estudiar. Además, también a esa cámara podés enfocarla a cualquier lado y te describe lo que hay alrededor para que sepas si hay más personas, animales, plantas o qué tenés cerca”.

EN TECNÓPOLIS

En el proceso de producción fue acompañado por personas no videntes que más que compañeros de prueba, ahora son sus amigos. “Una vez fui a Acicon (Asociación de Ciegos de Concordia) y un señor me dijo que él no usaba celular, entonces ahí pensé en que el dispositivo hable por sí solo, también me hicieron notar lo necesario que es el sensor de luz, entre otras cosas. Eso me sirvió de mucho, y son quienes van testeando el producto”.
Tal es la repercusión que tuvo Ofiuras, que Locaso fue convocado para la exposición Innovar, en Tecnópolis, en donde presentó su proyecto junto con otros 450 inventores. “Fue una experiencia muy linda, conocí mucha gente y el dispositivo nunca falló, aunque lo probé muchas veces. También me visitaron ingenieros que quedaron gratamente sorprendidos, así que volví muy contento”.

El inventor quiere terminar su proyecto, y también ve más allá. Cuando piensa en los años venideros, asegura que quiere producir a gran escala, pero sin olvidarse de lo que lo llevó a pensar en un producto accesible al bolsillo argentino.