El mundo narco avanza en los barrios más vulnerables de Rosario.
Foto:Archivo/Marcelo Manera
Ignacio Pellizzón
“Es muy triste porque los pibes y pibas que entran en esto terminan muertos o presos”, contó a Mirador Provincial la presidenta de la Asociación Nazareth, Eva Ferrigno, con sedes en Rosario y Cañada de Gómez, entre otras localidades. Así lo ve una de las referentes que atiende y ayuda en la recuperación a personas con problemas de adicción.
Los elevados niveles de violencia que vive Rosario y la región vinculados a delitos narcocriminales, con más de 250 homicidios, tiene también su lado B: los pibes y pibas que son víctimas del negocio de los estupefacientes y se vuelven adictos “cada vez más rápido” y con “drogas de diseño”, describió Ferrigno.
La ONG se encarga de alojar a personas que padecen consumo problemático y necesitan ayuda las 24 horas del día para poder desintoxicarse y tratar su adicción. Se ocupan de “un problema invisible”, como lo define su presidenta.
Para la referente social hay dos emergentes: “Uno tiene que ver con el hecho de que la demanda aumentó muchísimo este año. Nosotros trabajamos en atención residencial 24/7 y ahora estamos con listas de espera para ingresar pibes y pibas a los programas residenciales”.
Y, por otro lado, “las dificultades para la inclusión social o la incursión laboral”. Si bien desde la ONG apuestan a las capacitaciones “para que se puedan insertar”, pese al esfuerzo que realizan, “vemos que hay mucha dificultad para lograrlo, porque cuesta una enormidad que logren conseguir un trabajo que no esté vinculado a la comercialización de drogas”, advirtió.
“Es dinero rápido, en gran cantidad. La demanda del consumo se satisface. Es decir, es toda una cultura, como dicen los sociólogos, donde hay una narcocultura que tiene que ver con la facilidad de vivir socialmente de la venta de sustancias, tanto para subsistencia como para consumo”.
Ferrigno se muestra muy preocupada porque el negocio ilegal “no tiene comparación” lo que cuesta insertarse en el mundo laboral tradicional o dentro del sistema digamos y mucho menos “con lo que se gana”. Por eso, “la competencia es muy grande y muy desigual”.
Otro dato que resalta la titular de la ONG es que detecta que “las edades han bajado notablemente” y que llegan pidiendo ayuda con un “consumo agudo”. Ella señala que “hoy se toca fondo” con mucha más facilidad que antes, sumado a las “historias terribles y violentas” con las que llegan, lo que expone el nivel de violencia que atraviesa a la sociedad “en todos sus sectores sociales”.
Sistema desbordado
Incursionar en el mercado del narcotráfico “es por poco tiempo y termina con la muerte”, afirma Eva. Porque “cuánto tiempo podés estar haciendo esto de ganar dinero rápido en un sistema vinculado al narcotráfico”, se cuestiona e insistió: “Como todo lo dramático que tiene el consumo termina con la muerte o en la cárcel”.
La ONG hace tiempo que viene señalando que la situación se está “desbordando”, sobre todo este 2022. Esto pasa porque “los sistemas que existen para poder atender esta problemática se quedan cortos, entonces los pibes y pibas ante las complicaciones para poder atenderse, terminan volviendo al mismo lugar del que vienen”.
Pese a lo negativo del escenario, Ferrigno se mantiene con esperanzas de que la cosa pueda cambiar y mejorar. “Hay muchos que sí logran salir adelante y que logran armar un proyecto de vida sólido y esperanzador. Es una gran motivación desde ese lugar. Pero cuesta muchísimo mantener programas para atender y asistir”.
“Es muy triste porque los pibes y pibas que entran en esto terminan muertos o presos”, contó a Mirador Provincial la presidenta de la Asociación Nazareth, Eva Ferrigno, con sedes en Rosario y Cañada de Gómez, entre otras localidades. Así lo ve una de las referentes que atiende y ayuda en la recuperación a personas con problemas de adicción.
Los elevados niveles de violencia que vive Rosario y la región vinculados a delitos narcocriminales, con más de 250 homicidios, tiene también su lado B: los pibes y pibas que son víctimas del negocio de los estupefacientes y se vuelven adictos “cada vez más rápido” y con “drogas de diseño”, describió Ferrigno.
La ONG se encarga de alojar a personas que padecen consumo problemático y necesitan ayuda las 24 horas del día para poder desintoxicarse y tratar su adicción. Se ocupan de “un problema invisible”, como lo define su presidenta.
Para la referente social hay dos emergentes: “Uno tiene que ver con el hecho de que la demanda aumentó muchísimo este año. Nosotros trabajamos en atención residencial 24/7 y ahora estamos con listas de espera para ingresar pibes y pibas a los programas residenciales”.
Y, por otro lado, “las dificultades para la inclusión social o la incursión laboral”. Si bien desde la ONG apuestan a las capacitaciones “para que se puedan insertar”, pese al esfuerzo que realizan, “vemos que hay mucha dificultad para lograrlo, porque cuesta una enormidad que logren conseguir un trabajo que no esté vinculado a la comercialización de drogas”, advirtió.
“Es dinero rápido, en gran cantidad. La demanda del consumo se satisface. Es decir, es toda una cultura, como dicen los sociólogos, donde hay una narcocultura que tiene que ver con la facilidad de vivir socialmente de la venta de sustancias, tanto para subsistencia como para consumo”.
Ferrigno se muestra muy preocupada porque el negocio ilegal “no tiene comparación” lo que cuesta insertarse en el mundo laboral tradicional o dentro del sistema digamos y mucho menos “con lo que se gana”. Por eso, “la competencia es muy grande y muy desigual”.
Otro dato que resalta la titular de la ONG es que detecta que “las edades han bajado notablemente” y que llegan pidiendo ayuda con un “consumo agudo”. Ella señala que “hoy se toca fondo” con mucha más facilidad que antes, sumado a las “historias terribles y violentas” con las que llegan, lo que expone el nivel de violencia que atraviesa a la sociedad “en todos sus sectores sociales”.
Sistema desbordado
Incursionar en el mercado del narcotráfico “es por poco tiempo y termina con la muerte”, afirma Eva. Porque “cuánto tiempo podés estar haciendo esto de ganar dinero rápido en un sistema vinculado al narcotráfico”, se cuestiona e insistió: “Como todo lo dramático que tiene el consumo termina con la muerte o en la cárcel”.
La ONG hace tiempo que viene señalando que la situación se está “desbordando”, sobre todo este 2022. Esto pasa porque “los sistemas que existen para poder atender esta problemática se quedan cortos, entonces los pibes y pibas ante las complicaciones para poder atenderse, terminan volviendo al mismo lugar del que vienen”.
Pese a lo negativo del escenario, Ferrigno se mantiene con esperanzas de que la cosa pueda cambiar y mejorar. “Hay muchos que sí logran salir adelante y que logran armar un proyecto de vida sólido y esperanzador. Es una gran motivación desde ese lugar. Pero cuesta muchísimo mantener programas para atender y asistir”.
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