Pabli Cortondo comenzó su proyecto solista en junio del 2021, cuando edito su primer disco solista titulado Coghlan. Seis canciones que buscan reflejar la vuelta al barrio de origen. Fue presentado junto con un cortometraje dirigido y filmado por Luis Fontal. En noviembre de ese mismo año, Coghlan fue presentado en vivo en Casa Tinta en la ciudad de Bs. As.
A partir de ahí el artista se presentó varias veces en vivo en formato acústico y en formato full banda, La Casa del Árbol, Circe, Espacio Qi, entre otros. Desde marzo de este año se encuentra grabando su segundo disco de estudio que saldrá a la luz en marzo del 2023.
Mirador Provincial mantuvo una extensa charla con el cantante donde nos cuenta sobre lo que se viene a futuro y hacemos recorrido de su destacada trayectoria musical.
-¿Cómo fueron tus comienzos con la música? -Lo primero que me acuerdo es jugando en el living de mi casa con una guitarrita de plástico tocando arriba de un disco de Moris. Y también mirando el VHS del Tributo a Freddy Mercury, me flasheaba ese tipo de anteojos negros y todo vestido de blanco que tocaba ahí atrás de esa batería gigante. Si bien recién a los 11 años aprendí a tocar la guitarra me parece que ahí está el germen de todo. Me sabía todas esas canciones enteras y hacía de cuenta que estaba arriba del escenario con toda esa gente en el público. Después, a los 15 años me senté por primera vez en una batería a tocar con la banda de mi colegio. Éramos todos pibes de esa edad que tocábamos en cada fiesta o evento que se organizaba. Era tremendo porque los temas que tocaba en la batería eran también de Queen.
-¿Cómo se vive ese proceso que existe entre la realización del disco, su versión artística y la finalización? -Hace poquito empecé a grabar discos con canciones propias. Es todo un ejercicio para mí. El tránsito que hay entre lo que está en tu cabeza a la realidad de una canción, cómo se escucha cada parte y cada instrumento puede ser muy difícil de procesar. Por suerte, siempre me acompañó gente que supo traducir mis ideas y llevarlas a la práctica de manera respetuosa y amorosa.
Detrás de escena musical
-¿Cuál es la historia detrás de cada letra? -A veces hay una historia y a veces voy recolectando frases de cosas que voy escribiendo por ahí. Lo que si siento por momentos es una sensación puramente física de que algo está por bajar para hacerse canción. Algo en el cuerpo. Siempre compongo con la guitarra encima tirando alguna procesión de acordes que me inspire una melodía. El desafío es encontrar las palabras que entren en esa melodía.
¡Lo que se viene!
-¿Cómo se viene ese disco del cual estas por lanzar en marzo? ¿Cómo es la pre-producción del mismo? -Estamos en pleno momento de grabación, mucha ansiedad y mucha alegría también. Por suerte trabajo con dos amigos que son mis productores que me aguantan y me ayudan. Son 11 canciones que salieron con la guitarra pelada y poco a poco las fuimos vistiendo para encontrarles la mejor ropa. Mitad canciones nuevas de esta época y mitad canciones que me acompañan hace años.
Universo místico
-¿Qué rol cumple el humor o mal humor en la creación artística? -Yo creo que el mal humor o la tristeza me sirven para empezar a escribir una canción y el buen humor y la felicidad para encarar el laburo y el esfuerzo que conlleva terminarla. Las dos partes son importantes, siento que al momento de creación ese proceso no me puede llevar más de 10/15 minutos. En sentar las bases de la canción, unas estrofas y un estribillo, después hay otro momento dónde hay que ponerle laburo. Ordenarla, pulirla. Para eso necesito estar fresco y de buen humor.
Punto de vista
-¿Qué tiempos viven los artistas en la industria musical? -Muy difícil, si bien la tecnología abrió el juego y todos desde sus casas pueden componer o laburar sus canciones. Creo que la cosa sigue siendo complicada. Los lugares generalmente te piden que tengas público para que toques ahí. Y la verdad que sin lugares para tocar es muy difícil hacerte de un público que te vaya a ver.
-¿Qué músicos han sido influencia en tu vida? -Spinetta, Charly, Calamaro, Fito y Cerati… elijo a esos cinco, porque siento que son los que influyeron a muchos otros que hoy escucho. Y a mí mismo también. Después a los Beatles por supuesto. A Floyd y a The Police.
-¿Hay momentos de introspección con vos mismo? -Siempre trato de tener un espacio de reflexión. También me enrosco un montón y es oficial salir de ese rulo mental. Por suerte hago terapia y considero que es un lugar muy sano donde poder desandar esos nudos que a veces me hago en la cabeza. Me ayuda a escucharme a mí
mismo.
-¿Qué se aprende en el camino de la música? -Me parece que como en todos los caminos uno aprende de uno mismo y de los demás. Si estás atento y con ganas podés llevarte algo de cada lugar o de cada cosa que te pase. Sea buena o mala. Es una decisión siempre.
-¿Cómo te definís dentro de la música? -Me defino como alguien que está empezando, que tiene ganas, que tiene ambiciones. Pero también alguien que se quiere divertir y aprender. Y cada vez quiero hacer mejor música.
Deseos
-¿Qué proyectos en mente hay en este 2023? -Sacar el disco, presentarlo y tocarlo en todos los lugares posibles y para la mayor cantidad de gente posible. Poder armar un lindo show y contar algo. Que la gente se vaya modificada. Me parece que eso es lo más importante.
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