Literatura rosarina

"Ese mundo ya no es nuestro", de Pablo Colacrai

La quietud, lo dinámico y el silencio inhibitorio atraviesan la vida de tres escritores de mediana edad. Tres cuentos magistrales para pensar la literatura, el amor y la paternidad.
03-01-2023 | 15:48 |

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Los cuentos de Colacrai nos ofrecen un punto de fuga en lo cotidiano del otro que podría muy bien ser lo propio. Foto: Archivo.


La quietud hija del narcisismo propio de un dolor físico, el dinamismo de las vacaciones familiares y el silencio como forma sintomática de comunicación e inspiración son los momentos biográficos de tres escritores de mediana edad que se enfrentan al dolor de vivir y escribir. Las angustias de la paternidad, las preguntas del amor, lo frágil y la letra hacia el vacío conforman el camino hacia la conquista de lo inútil, de forma erudita y pedagógica. Tres textos escritos para escritores. Tres textos escritos para el lector circunstancial. Letra profunda, real y humana. Así se presenta la narrativa de Pablo Colacrai en las tres historias que conforman "Ese mundo ya no es nuestro" del sello editorial porteño Modesto Rimba .

"Ese mundo ya no es nuestro" quizás sea el pensamiento ideal para bautizar el tercer libro de cuentos de un autor de amplio recorrido por los callejones literarios de la ciudad de Rosario, allí donde se fundieron y funden a diario los escritores de talla. "Ese mundo ya no es nuestro" quizás sea también el pensamiento y la sensación ideal para sintetizar la paternidad si es que hay alguna línea para hacerlo. Y es que es un tópico central en los largos cuentos que conforman el libro, un tópico que acerca al autor y el psicoanálisis por medio de una escritura ágil y familiar aunque erudita a la vez.

La escritura de Pablo Colacrai encarna el tono de los maestros, de aquellos que desde la nobleza de su insignia educan y transmiten. Hijo creativo de Alma Maritano (1937-2015) lleva adelante desde hace años el concurrido taller homónimo que con inigualable ojo clínico aporta infinidad de textos de calidad a las letras de la ciudad.


Pablo Colacrai.Foto: Gentileza.



Tres cuentos largos constituyen una escritura para escritores, sin que el lector deba serlo. Pablo Colacrai no deja de hacer lo que hace en sus talleres todos los días desde hace años, relata historias mientras enseña a escribir. Tres cuentos protagonizados por tres escritores en situaciones disímiles son la puerta de entrada a la cotidianidad de la comedia amorosa en familia. La construcción de un lector que no necesariamente deba ser escritor pero podría serlo, con los temores propios de la escritura que podrían asemejarse a los de la paternidad aunque de formas inofensivas para un mundo en constante colisión.

El mundo de la función paterna sea quizás el del peligro y las fallas propias, aquel del desencanto y el vuelo ajeno, aquel del iluminismo francés, "hazte valer de tu propia razón". Pablo Colacrai paterniza tres historias que ya no le son propia, que ya no le pertenecen y con ellas algo de su mundo interior es de nosotros, sus lectores.

La simpleza de lo cotidiano muestra en su prosa la radiográfica fragilidad existencial, lo inconstante y la necesidad vital de la letra con su propia aporía en el inevitable rizoma …

Los cuentos de Colacrai nos ofrecen un punto de fuga en lo cotidiano del otro que podría muy bien ser lo propio. Es cercana, humana y respetuosa. Desde los silencios profundos que los grandes maestros como Carver, Chéjov o Piglia enseñan, el autor con tono propio nos escribe, desde la erótica de nuestra lectura, en escenarios tan ficticios como verosímiles y posibles.

Los universos de "Ese mundo ya no es nuestro" nos sumergen en nuestras propias fallas y miserias. Nuestros miedos y desilusiones. Nos demuestra que en las imperfecciones y el desencanto del mundo se halla lo humano. Cuando los padres fallan y los dioses se humanizan, el mundo propio parece ya no pertenecernos.

Un escritor estático, retirado de la vida puede escribir y hacerlo muy bien. "Eso pasaba afuera, yo pensaba en mí", porque justamente podemos al decir de Alan Pauls "estar llenos de porquería y escribir una bella página".

Un escritor puede no poder escribir su propia novela familiar, no dejar de duelar sus cicatrices y permanecer en el profundo vacío de sus palabras. También puede dejar de escribir y atarse a la dinámica vertiginosa de la vida. Un escritor puede muchas cosas juntas y ninguna a la vez: "Con el tiempo descubrí que el secreto es lo opuesto a la escritura. Fracasa en la escritura. Al mismo tiempo, es lo que la dispara. Lo que la habilita. Quise contar cientos de veces la historia de papá y no pude. Conté otras, parecidas, pero distintas" (Los silencios, Pablo Colacrai).

Sobre Pablo Colacrai

Nació en la localidad cordobesa de Noetinger en 1977. Creció y vive en Rosario, ciudad donde dicta desde hace años el Taller Literario Alma Maritano. Es licenciado en Comunicación Social y miembro fundador de la editorial Río Ancho Ediciones. Publicó los libros "La noche en plena tarde" (2012), "Nadie es tan fuerte" (2017, finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez) y su reciente "Ese mundo ya no es nuestro" (Modesto Rimba).

Sus cuentos fueron incluidos en diversas antologías y revistas literarias de Argentina, Colombia, Ecuador y Bolivia.



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