En diciembre del 2023 se termina el segundo mandato de Bruno Sarubi como intendente de la ciudad de La Paz. Al no poder presentarse para una posible reelección, desde hace varios meses se viene hablando en sobre quién será el sucesor o la sucesora para presentarse en las elecciones y continuar con la presidencia del Ejecutivo municipal.

Los nombres del actual vice intendente (Walter Martín), del secretario de gobierno (Francisco Raspini) y del vocal de Juntos por el Cambio (Juan Varese) son los que pican en punta para ser el ungido por Sarubi y sus asesores como candidatos de su estructura política.

Dicen que las mediciones de los tres no han sido las más satisfactorias, por sobre todas las cosas en los barrios paceños, por lo que la incógnita ahora también es si Sarubi va a apoyar a uno o va a dejar que pujen entre sí para ocupar el puesto de candidato.

El ego que ha demostrado el intendente seguramente jugará a favor de esta última opción ya que las fuentes consultadas por Mirador Entre Ríos hablan a las claras de la posibilidad de ocuparse solo de su carrera con alguna banca a nivel provincial y que en la ciudad “se las arreglen”.

Es notable como la imagen positiva, en el segundo mandato de esta gestión, ha disminuido, ya que ni los empresarios ni los comerciantes están de acuerdo con las maneras con las que se manejó Sarubi en el último tiempo.

Ni hablemos de las instituciones intermedias que reclaman no solo acciones para ellos sino que ahora solo piden que por lo menos los atiendan.

El poco o escaso apoyo “disfrazado” con fotos y presencias en redes sociales, para eventos culturales y deportivos que trascienden las fronteras de la ciudad, han hecho que la gestión baje notoriamente sus acciones para mantenerse en el futuro.

En la polarización existente en la política argentina en estos tiempos, del otro lado, vemos un “peronismo” que no encuentra desde hace un tiempo largo, un candidato fuerte que pueda competir contra Sarubi y su gente.

Las malas elecciones anteriores sin dudas han hecho mella en un partido que no tiene un líder a la vista pero sí, varios emergentes que expresan, por ahora en voz baja, sus intenciones de “jugar” como se dice en la nefasta jerga política.
Habrá que ver qué candidatos se mantiene entre los cuatro que pelearon las PASO del 2019 (Fonseca, Bonello, Bonfanti y Miño) dentro del PJ.

Pero también se esperan definiciones por parte del actual diputado provincial Sergio Castrillón y de su hermano ex presidente del STJER, Emilio, como así también del ex senador y actual director del Ente Portuario, Aldo Ballestena. Quienes seguramente no encabezarán lista alguna pero intentarán poner su candidato para mantener su entramado o recuperarlo en el caso del conocido “Kete” Castrillón.

Por otro lado, desde hace unos meses que los rumores hablaban de un grupo de gente que se venía juntado con el objetivo de ser una nueva alternativa dentro del PJ. Esa agrupación salió a la luz hace poco tiempo y se llama “la Ramón Carrillo”.

Encabezada a priori por el director del hospital 9 de Julio, Darío Engelmann, y su mano derecha Federico Cejas, suenan a varios exponentes del empresariado turístico local, entre los que se destaca María Di Bernardo.

La imagen de Engelmann y Cejas, es más que positiva luego de la pandemia por como manejaron el COES local. Dentro de ese comité, fueron conocidas las discusiones elevadas de tono de ambos con el intendente Sarubi. Desde allí que ellos empezaron a manejar la idea de ser parte de una alternativa para ganar la intendencia.

Se han venido juntando con distintos actores de la ciudad y han estado reclutando ideas y personas para que la agrupación sea una alternativa.

El espectro a enero es mucho más amplio y seguramente con el correr de las semanas empezarán a verse otras manifestaciones en relación a la intención de ser intendente.

César Jaime, un abogado justicialista, es otro de los nombres que podrían llegar a sonar para ser pre candidato en las PASO.

Cronograma electoral

Finalmente, la legislatura entrerriana aprobó el desdoblamiento de las elecciones en la provincia, las que, en principio, no coincidirán con las nacionales.

De esta manera las PASO entrerrianas serían el 30 julio y las elecciones generales el 24 de septiembre.

Este adelantamiento hace que los tiempos del 2023 sean mucho más cortos que en años electorales anteriores, ya que los plazos para la presentación de las listas se acortan. Luego de la aprobación de la modificación en el cronograma electoral, el diputado Navarro expresó “el 27 de abril vence el plazo para que el Gobernador decida si se vota en esas fechas o junto con las nacionales y el 10 de junio vence el plazo para la presentación de las listas de candidatas y candidatos”.

Por ahora todo es incertidumbre en la ciudad del norte entrerriano, pero no falta mucho para que las piezas empiecen a encajar, dentro de un rompecabezas que parece complicado de armar.