Ivan Rosado es un sello rosarino dedicado a la literatura y al arte, llevado adelante desde 2009 por Ana Wandzik y Maximiliano Masuelli. En diálogo con Mirador Provincial, ambos repasan la historia de la editorial desde sus inicios y primeras publicaciones, además de referirse a la concepción que rige su catálogo –que incluye variados libros de arte y literatura– y anunciar las últimas obras presentadas y los proyectos para 2023.

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–El catalógo de Ivan Rosado evidencia una estrecha relación entre literatura y arte. ¿Qué ideas los llevaron a definir ese perfil?
–Desde 2009, cuando comenzamos a trabajar juntos, llevamos adelante a la par de la editorial diversos espacios de exposición, reunión y encuentro. Estos lugares fueron y son una manera de acompañar la actividad editorial con una propuesta de circulación directa. En buena medida nuestra forma de difundirnos y distribuirnos ha sido generando la situación. Podemos decir que Ivan Rosado es una editorial de arte y literatura argentina, pero más nos convence pensarnos como un proyecto artístico directamente. Nos interesa el diálogo entre siglos, generaciones de artistas y contextos de producción material y crítica; esa es la conversación que intentamos entablar en el catálogo. No somos editores en el sentido nato de la función, más bien somos artistas llevando adelante un proyecto de características editoriales; creemos que el campo editorial es un terreno fértil lleno de posibilidades para el arte y los artistas, lo exploramos en esa dirección, como un espacio de creación y circulación simultáneamente. En 2009 iniciamos una serie discontinuada de publicaciones que se relacionaba más o menos con las exposiciones y actividades que hacíamos en el espacio de entonces. En 2012 llevamos la experiencia al formato de libro, siendo los primeros publicados los cuatro que iniciaron la Colección Brillo de Poesía Joven: Torta alemana de Alejandra Benz, Poesía vs. Poema de Agustín González, Desnudo total y escándalo de Virginia Negri y Nuevas pesadillas de Julia Enriquez. Pocos meses después salió Litoral y Cocacola de Claudia del Río, primer libro de poemas de una artista primordial para nosotros, con lo que se dio inicio a la colección Selecciones.

–También hay títulos que apuntan al “rescate editorial”. ¿Qué pueden comentar sobre este concepto?
–No pensamos tanto en la figura y acto del “rescate”, sino en la intención, necesidad y deseo de volver a poner en escena -editorial y expositivamente- obras, pensamientos, discursos y debates que atravesaron la densidad del siglo XX. Parte de una cadena de hechos artísticos se vuelven a poner sobre la mesa del pensamiento y obrar contemporáneo. No es rescatar sino volver a poner. Entran en esta lógica muchos de nuestros títulos, como los estudios realizados sobre la obra plástica de Dignora Pastorello, Beatriz Vallejos, Yente, Germaine Derbecq, el trabajo en perspectiva sobre el surrealismo en la Argentina, las reuniones de dibujos de Mele Bruniard y Delfo Locatelli, los volúmenes sobre la labor editorial en el grabado de Emilio Ellena y sobre la relación creativa entre Elba Bairon y Emeterio Cerro, la reunión de entrevistas a artistas que aparecieron en Cinema para todos, el Trabajo de Registro e Investigación sobre el Paisaje Argentino (T.R.I.P.A.), las memorias de Mariette Lydis, Rodolfo Elizalde y Orlando Belloni, la colección de textos criticos, poéticos y biográficos sobre Schiavoni, la reunión antológica de obra de Luis Ouvrard, el ensayo sobre la pintura ingenua de Manuel Mujica Lainez, la conferencia de Juan Grela en donde recorre cronológicamente su trabajo y experiencia, la semblanza de Juan Del Prete escrita por Yente (ubicada en el archivo Yente-Del Prete), el trabajo realizado con Fernanda Laguna en torno a su obra de los años 90 tanto en la poesía como en la plástica, las correspondencias entre Giambiagi y Atalaya y entre Levrero y Francisco Gandolfo. Todos experimentos e iniciativas llevadas adelante en trabajo conjunto con familias y herederos de artistas, así como también con curadores, investigadores y gestores como Santiago Villanueva, Pablo Montini, Silvia Dolinko, Paola Vega, Irina Garbatzky, Juan Laxagueborde, Feda Baeza, Beatriz Vignoli, Francisco Lemus, Claudia del Río, Mónica Castagnotto, Santiago Beretta, Juan Alonso, Claudio Iglesias y Érica Brasca.

–¿Cuáles son los últimos títulos del catálogo y cuáles los próximos proyectos de edición?
–Las colecciones que tenemos son tres: Colección Brillo de Poesía Joven; Selecciones Ivan Rosado; Maravillosa Energía Universal. De las mismas, las dos últimas son las que se encuentran activas, siendo las Selecciones donde se acogen las obras literarias y eventualmente mezcladas con alguna cuestión visual como dibujos, o piezas literarias escritas por artistas visuales, o traducciones; la Maravillosa Energía Universal es más directamente la colección dedicada al arte argentino. Poemas, cuentos, diarios, ensayos, novelas, conferencias, memorias, cartas, dibujos y pinturas son algunos de los materiales que se reiteran en nuestros proyectos de edición, conformando un catálogo de 125 títulos entre sus tres colecciones al día de hoy.

Los últimos libros publicados fueron Poesía reunida, de Gilda Di Crosta (al cuidado de Daniel García); Una Voluntad, de Orlando Belloni, que reúne sus memorias y pensamientos y está ilustrado por el autor; y Durazno reverdeciente, seguido de Porque te quise mucho, de Dalia Rosetti. En lo próximo nos encontramos trabajando con la novela Reverie, de Beatriz Vignoli y el grupo de ensayos y dibujos Pablo Suárez, Eldorado y otras historias de Adriana Armando y Guillermo Fantoni.

Los libros de Yente y Del Prete
Entre las publicaciones recientes de Ivan Rosado -mencionados por Masuelli y Wandzik en la entrevista- se encuentran tres libros sobre el pintor, dibujante, escultor, escenógrafo, diagramador y fotógrafo ítalo-argentino Juan Del Prete (1897 - 1987). El artista y su compañera de vida Yente (Eugenia Crenovich, 1905-1990) son considerados precursores del arte abstracto en Argentina. Una de las publicaciones de 2022 es Locuras. Otra, Anotaciones para una semblanza de  Juan del Prete, libro firmado por Yente (Eugenia Crenovich), una suerte de biografía sobre la vida y obra del artista. Finalmente, en Carpeta de exposiciones 1935 - 1960 se da a conocer una pieza de archivo que proviene directamente de las manos de Yente: una carpeta –la primera de cinco– en la que recorre sus exposiciones realizadas entre los años 1935 y 1960, “un material autobiográfico exquisito que deja ver, además de su trayectoria artística hasta ese momento, una total supremacía en términos compositivos y de diseño en el plano”, según se señala desde la editorial. Yente practicó lo que podría denominarse “autoarchivo”, tanto relativo a su producción plástica como a la de su compañero Del Prete.