La esperanza está puesta en la primicia, como se denomina a la primera cosecha de frutillas de temporada que sale de Coronda, la capital nacional de este fruto desde 1958, y que es la fruta más requerida del mercado por su calidad y por justamente inaugurar cada campaña anual. Sin embargo, hay muchas contras a priori en este 2023 que avizoran un muy complicado año para los productores de esta sabrosa e histórica fruta corondina.
En ese sentido, el presidente de la Asociación de Productores, Miguel García, le contó a El Litoral que “en relación a 2022 venimos demorados por diversos factores, los surcos se hicieron tarde, los viveros estaban un poco atrasados, eso demora la recolección de plantas y a los pocos días de comienzo de cosecha fueron las fiestas católicas de Semana Santa y la gente no trabajó y luego encima vino una lluvia muy grande que retrasó todo. Esto creemos que va a atrasar la primicia”.
Preocupante realidad
El panorama es sombrío, si nos basamos en la realidad que ilustra el productor de la histórica familia García García: “Las dificultades han sido y son muchas: la gran sequía de los tres años anteriores, lógicamente los riegos con aguas con sal, la tierra ha quedado con salinizada, y no hubo buenas lluvias para drenarla. Las lluvias llegaron tarde, levantamos los lomos atrasados y eso dificultó la tarea” y luego además agregó que “mejoras de un año a otro yo no veo, hubo un incremento altísimo de los costos, de los insumos, están dolarizados, lo otro que veo es que en muchos casos los productores no terminaron de cobrar la frutilla entregada a la industria, con perjuicio financiero y económico porque van a cobrar con precio fijo e histórico cuando todo aumento un 40% ya…”.
Por su parte, Mariana Solís, de la empresa Juamy Hnos. explicó que la temporada viene mal barajada: “Se arranca, este año con mayor sacrificio de inversión, el dinero que guardaste quedó muy por debajo de los números reales por lo que se arrancó con un saldo negativo. Se debe todo del año pasado, como si fuera poco” y consideró que 2023 ya es “un año muy jugado, incierto, es día a día. No sabemos el precio con el que se va arrancar la venta de las frutillas. Hay disminución en hectáreas plantadas, muchos productores no pudieron plantar o redujeron”.
Costos millonarios
García explicó cuánto le costaría empezar a alguien que quiera trabajar la frutilla, de cero. “El costo por hectárea es difícil sacarlo, todos los días se eleva, hoy en día harían falta 10 millones de pesos… Es un número al alcance de casi nadie. Los productores ya instalados tienen elementos que si quisieran comprar de nuevo, no podrían hoy. Arcos, galpones, cajones, plástico de cobertura, eso teniéndolo baja los costos totales pero lo peor de todo es la falta de mano de obra. Si no tenés quinta con empleados fijos es difícil armar un grupo de trabajo. Es un problema muy grande que ha ocurrido en otros lugares. Hay gente que no quiere trabajar y espera las dádivas del gobierno” sinceró García.
A esto hay que agregarle “la altísima competencia, ya sale desde Jujuy y Salta hasta Buenos Aires, llega a los mismos mercados en las mismas épocas, al no haber exportación hay sobre oferta y el negocio es inviable. Coronda no tiene un buen panorama, podría ayudar que la venta sea a dólar real, podríamos levantar todos los kilos de frutillas. El año pasado quedaron miles de kilos de frutillas en el campo y eso sumó para que el productor termine endeudado”.
En cuanto a la acción o colaboración de los gobiernos, el presidente de la Asociación sostuvo que “el estado municipal acompaña en gestiones, sobre todo en pandemia, el Estado provincial el año anterior hizo un aporte significativo, ayudó y recién estamos comenzando a devolver. Fueron créditos y no subsidios, aclaro. El estado nacional no ayudó en nada y el problema de la frutilla como economía regional y empresa Pyme, es que tenemos costos en dólar blue y vendemos a dólar oficial, estamos fuera de toda competencia”.
Colaboración oficial
Precisamente, en cuanto al trabajo del Estado municipal, la Subsecretaria de Producción de Coronda, Lic. María Belén Sierra, enumeró las acciones concretadas: “Desde el año pasado se viene trabajando en asistencia con fondo rotatorio de provincia destinado a emergencia con la baja del río, permitía comprar insumos y bienes de capital. Se han sumado programas con Ader, buenas prácticas agrícolas con la que tres productores pudieron certificar calidad y tener rotulación de Senasa, lo que asegura el origen, la marca y las condiciones de producción”.
Sierra también se refirió a cursos de capacitación en pulverización de fitosanitarios, acopio de residuos de bidones, que los recicla una empresa en Esperanza, el mulching o plástico que va para reciclaje a través de una empresa de Coronda a una planta procesadora. “Además, se ha trabajado con el INTA y productores en el uso de una nueva máquina de Daniel Giménez que disminuye la hora hombre para sacar el plástico o nylon que envuelve los surcos y queda así una menor cantidad de residuos para evitar contaminación” continuó la funcionaria.
En el mismo orden, anticipó que han solicitado fondos a Nación y Provincia a través de la Asociación, de la Municipalidad, de la Fiesta, para empezar a diagramar una web sobre lo comercial y productivo de la frutilla. “La frutilla está en las escuelas, con capacitación en primarias, secundarias e institutos, procesos de frutillas en quintas y visitas a las industrias más dispositivos pedagógicos” relató la encargada de Producción Municipal.
Así también hubo Encuentro de Mujeres de la Producción, se ha generado la Cámara de Industria presidida por Patricia Brusa que ha colaborado en cuanto a las manufacturas, idoneidades, programas de empleos y hasta reclamos para intentar bajar los costos energéticos.
A la espera de un canal de riego
También se está a la espera de la ejecución de una obra de un canal de riego artificial que se meta dentro de un sector que abarca 250 hectáreas en el sureste corondino y que brindaría una solución a la falta de agua en esos lugares. Hoy hay quinteros que no pueden trabajar en tierras fértiles porque tienen el agua muy lejos…
Según explicó el Técnico Agrónomo Marcelo Albornoz, “el canal que va paralelo al Barrio Basualdo, está hoy a una distancia entre 200 y 500 metros de los campos, en 2012 se había hecho un canal casero, en la creciente de 2016 se borró” y aclaró que “el costo para volver a derivar agua allí es alto, para algunos imposible de hacer de manera particular”.
El profesional rural indicó también que “sabíamos que la mejor alternativa para salvar las tierras era un canal de riego ya que algunos productores se fueron entre Coronda y Desvío o a otra zona, la mejor manera de recuperar ese lugar, es darle valor a las tierras y repatriar en lo posible algunos quinteros gracias al canal de riego”.
Hay 8 productores contenidos en este proyecto cuyas gestiones iniciara el concejal del Frente de Todos, Claudio Minetto, y que tuvo un primer visto bueno desde el Ministerio de Infraestructura, con un costo a priori de la obra que rondaría entre los 4 y 5 millones de pesos.
Que el argentino consuma…
Finalmente, Solís siguió remarcando las dificultades y dejó abierta una esperanza que parece virar hacia utopía: “Estamos lejos de poder conseguir financiación o crédito. Uno sigue apostando porque las inversiones ya están hechas, pero es arriesgar 100% en todo. Encima ya hubo problemas de planta con algunos viveros, se va viendo, hay mortandad de plantines… el productor corondino está esperanzado en la primicia, este año la necesita tremenda y desesperadamente, que el argentino consuma muchas frutillas, pero va a ser un bien de súper lujo. La gente va a priorizar la primera comida, el pan…” pero apuntó a seguir “teniendo fe y esperanza pese a todo”.