En esta oportunidad está prevista una tercera intervención sobre la cuenca del arroyo, con una remada desde la Reserva Los Teros hasta el Balneario de Pueblo Liebig, que permite la participación de todas las personas interesadas. En el tramo, como ya se hizo en oportunidades anteriores, se realiza la limpieza del área recogiendo botellas, plásticos y demás objetos que se encuentran en el recorrido el cual se realiza por agua y también por voluntarios a pie por las márgenes del arroyo.

Desde la Asamblea del Perucho contaron que “las razones por las cuales se eligió hacer esta actividad, las encontramos en el hecho de poder difundir y hacer visible toda la cuenca, ahora que toda el área se ha declarado reserva de uso múltiple. Nos pareció que a través de una remada de reconocimiento y de limpieza, podemos empezar a familiarizarnos, hacer que aquellos que están interesados en primera intención, tengan contacto con el entorno y que de a poquito se vayan introduciendo en lo que significa la biología y la biótica del lugar”, explicaron.

Asimismo, la premisa fundamental que guía toda la intervención, la cual se realizó en tres etapas que abarcaron distintos tramos del arroyo es que “no se puede querer lo que no se conoce y no se puede conocer lo que no se vive”, por lo que como destacaron, con ese criterio buscan estimular la participación y el uso de determinados lugares de lo que en un futuro sería la Reserva de Usos Múltiples del Arroyo Perucho, ya con su plan de manejo definido.

En esta tercera etapa, la salida de la expedición será el sábado 6 de mayo, a las 10, si están dadas las condiciones climáticas, en la Reserva Los Teros.

TRES INSTANCIAS

La “Remada por el Perucho” es una propuesta que convoca a una gran cantidad de personas que participan de la limpieza aprovechando la actividad para conocer uno de los cursos más extensos y con mayor biodiversidad que se encuentran en el departamento Colón.

Carlos Serratti, integrante de la Asamblea y profesor destacó que el balance general de toda la actividad es positivo. “Esto lo empezamos hace varios meses atrás; la primera remada se hizo en diciembre con determinadas condiciones del arroyo y con un incipiente inicio del verano muy caluroso. Entonces, fue una experiencia. Después, los días de calor hicieron que no podamos continuar con la actividad para no exponernos a tanta temperatura, y decidimos hacerlo ahora, cuando las condiciones climáticas cambiaron. Si bien este cambio en las temperaturas, hizo que nos encontráramos con algunas dificultades, principalmente la de la proliferación de una vegetación demasiado intensa en el arroyo que surge a través del verano, lo que dificulta mucho la remada, el desarrollo general es positivo. En la primera remada participaron más de 30 personas, en la segunda bajó la cantidad y bueno, ahora en esta última tercera etapa estamos evaluando que va a ser numerosa. Así que los objetivos se van cumpliendo tanto en cantidad de participación como en la calidad, la cual es constatada en la responsabilidad que implica el andar en silencio, la responsabilidad que implica no deteriorar e ir cuidando todas las cosas que puedan ser una contingencia, lo que hace que tengamos que ir sorteando ciertas zonas sin necesidad de generar situaciones irreversibles en el curso del recorrido”, explicó el especialista.