Organizadas y en equipo, llevan adelante una huerta con el cultivo que sirve para tejer ropa junto a otras semillas en media hectárea que pertenece al grupo mocoví que vive dentro de Tostado. Además de algodón, allí plantaron otras especies comestibles como maíz, maní, zapallo, sandía, zapallito de tronco, acelga, perejil. Esta pequeña producción en esta huerta permite abastecer a las siete familias de las mujeres y además vender el remanente.
Este grupo femenino viajó el viernes 30 de junio a Fortín Charrúa, en el departamento Vera, a participar del Programa Formación en Agricultura Resiliente al Clima: Intercambio Regional Gran Chaco Americano. Hablaron con Mirador Provincial sobre esta iniciativa que representa un avance para ellas.
El grupo de mujeres asistió a un encuentro en Fortín Charrúa.
Mirador Provincial.
“Nosotras venimos trabajando hace un par de años en diferentes proyectos. Surgió hace dos años el proyecto de algodón agroecológico y verdura”, afirmó Lorena Acosta, técnica de terreno del INAFCI (Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena) y coordinadora del grupo. Lorena aseguró que la cosecha, al ser un sembradío tan chico, es manual. No se utilizan las cosechadoras que se emplean para las grandes extensiones que se pueden observar en el norte de nuestra provincia.
En Tostado, como en el resto de la provincia de Santa Fe, pasaron tres años de sequía. Sobre esto, Acosta comentó: “Una de las grandes problemáticas en el predio es que no hay agua. Pudimos hacer un aljibe, que lo hicieron las mujeres con el acompañamiento de los técnicos de agricultura familiar”. Allí se recolecta agua de lluvia y fue construido en 2021. “Nosotras integramos un proyecto que se llama de defensoras ambientales, que es financiado por el Fondo de Mujeres del Sur. A partir de ese financiamiento pudimos comprar todos los materiales y realizar el aljibe. Para luego poder producir”, explicó. La escasez del líquido vital fue tal en 2022 que debieron hacer una perforación para abastecerse. “Se hizo para poder mezclar (el agua) porque el aljibe había quedado totalmente seco. El agua es muy salada, pero nos va a ayudar al mezclarla (con la de lluvia)”, afirmó.
Acosta agregó que esta huerta no representa un gran ingreso económico y que las familias deben hacer otro tipo de trabajos. “Nosotras integramos la Red Argentina de Mujeres Algodoneras y ese algodón, porque es una escala muy pequeña, va a la red. En la misma red, al algodón lo hilan, lo tejen. Nosotras estamos en la parte de producción del algodón, que es un aprendizaje”. Lorena Acosta comentó además que ellas como técnicas de agricultura familiar articulan con Fundapaz en otro proyecto en la zona de El Nochero (departamento 9 de Julio) que es de aljibe y sistema de riego.
En tanto, Delia Maldonado pertenece al colectivo femenino y también estuvo en Fortín Charrúa. “No sabíamos sembrar nosotros, pero cosechar sí. Nuestros padres y nuestros abuelos cosechaban en la parte norte, en el Chaco”, dijo.