Fue un partido intenso, atractivo, mejor en el primer tiempo que en el segundo cuando el despliegue físico les pasó factura a los dos. Terminó mejor Talleres, aunque Marabel tuvo un mano a mano en el descuento. Machuca llegó a las cinco amarillas y no jugará ante Platense. Corvalán fue la figura.
11-07-2023 | 6:50 |
Imanol Machuca toca la pelota asediado por dos jugadores de Talleres.
Lo mandó al frente el Kily al equipo. Cancha rápida, rival con mucha movilidad y un Unión que soltó a Vera y al pibe Del Blanco, quien a último momento debió asumir la responsabilidad de reemplazar a Zenón, que venía de ser uno de los mejores en el empate ante Boca, y lo hizo muy bien, proyectándose con mucha decisión en los primeros 20 minutos hasta que debió resignar esa posibilidad –o hacerlo más esporádicamente- cuando empezó a aparecer Valoyes con más intensidad y desequilibrio.
Fue muy interesante lo de Unión en la primera mitad del primer tiempo. Allí tuvo dos opciones claras. Un tiro libre de Machuca y un mano a mano exigido de Domina, que fueron contrarrestados por un Herrera que en ese arranque se mostró como lo mejorcito del local, sorprendido por esa actitud frontal y ofensiva de Unión.
Cuando Talleres se acomodó en el medio y dividió el trámite, apareció el ordenado esquema defensivo de Unión. Anulado Michael Santos por el buen rendimiento de los tres centrales (Paz, Calderón y, especialmente, Corvalán), el único que complicaba en base a habilidad era Valoyes, a quién se le sumaba Benavídez con sus proyecciones. Esto obligaba a Del Blanco a no exagerar en sus apariciones ofensivas, algo que también debió dosificar Vera por el otro sector, mejor marcado a partir de los 20 minutos del primer tiempo. Dicho sea de paso, buen partido del pibe, que jugó con mucha desfachatez y aguantó sin problemas el ritmo del partido.
Unión dio la sensación de complicar a la defensa rival cuando Luna Diale podía ganarle las espaldas a Ortegoza y Villagra, la dupla de volantes defensivos de Talleres. A él se sumó Machuca con su desequilibrio individual, arrancando a veces desde muy atrás, pero faltó mayor gravitación de Domina, que no tuvo precisión para asociarse con sus compañeros, a excepción de aquella jugada en la que se metió adentro del área por el costado derecho y fue bien atorado por Herrera cuando buscaba el arco rival.
Si al principio de este partido había 20 puntos de diferencia entre Talleres y Unión, no se notó en el trámite. Algo más cortado que en el primero, el segundo tiempo tuvo las mismas características, con un buen arranque de Unión, sorprendiendo con su postura ofensiva ante un Talleres al que le costaba superarlo en el juego.
Cuando Unión había perdido el control del juego, promediando el segundo tiempo, el Kily decidió los ingresos del Rayo González y Gerometta por Domina y Vera, que fueron los dos jugadores que terminaron “averiados” el partido con Boca. Talleres aprovechó la contingencia para adelantarse, pero el buen rendimiento defensivo de Unión le impedía generar peligro cierto para Moyano.
El “bonus track” del Kily para que no se le vaya de las manos el partido, fue provocar el ingreso de Mosqueira en el medio en lugar de Roldán, ya cansado y sin la incidencia que había tenido en el primer tiempo.
Ya el trámite no era el mismo del primer tiempo. El esfuerzo físico le estaba pasando factura a los dos equipos y si bien la búsqueda ofensiva no cesaba, no había claridad y precisión en ninguno de los dos. Valoyes y Machuca ya no tenían respuesta individual. Y defensivamente, lo de Unión era casi perfecto.
En el final, el Kily se dio cuenta de que Machuca ya no estaba para seguir, que su gravitación era nula y lo cambió por Marabel. Y fue el paraguayo quién estuvo cerca de darle la victoria, en un mano a mano que demoró para definir y permitió el cierre de un defensor que sacó la pelota al córner. El final fue a toda orquesta, adentro y afuera de la cancha con el aliento de la multitud que convocó Talleres. El 0 a 0 no los calificó. Jugaron mucho más de lo que indica el resultado sin goles que tuvo el interesante partido.
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