De local, Colón derrotó a Defensores de Belgrano por 2 a 0
El Sabalero se mantiene en la lucha, con los goles de Jourdan y Bernardi, en la tarde de este sábado 28 de septiembre.
El Sabalero se mantiene en la lucha, con los goles de Jourdan y Bernardi, en la tarde de este sábado 28 de septiembre.
Colón superó a Defensores de Belgrano por 2 a 0 este sábado por la tarde en el marco de la fecha 34 de la zona B de la Primera Nacional. El partido se jugó en el estadio Brigadier Estanislao López desde las 17.10.
Si el tango dice “volvió una noche...”, Colón volvió una tarde y fue cumbia para darle alegría a un pueblo que resiste, va igual y no baja los brazos. El equipo se acordó de jugar, como en los tiempos fundacionales del arranque. Y el siempre querido Christian Bernardi se acordó de la noche de San Juan, armando un golazo que va al podio del ascenso para enterrar un tiernito dragón en el Cementerio de los Elefantes. Colón hizo lo que tenía que hacer y ahora, para que los tres puntos brillen un poco más, habrá que cruzar los dedos con los resultados de los otros que están arriba en la zona de la muerte.
El debut para Diego Mario Francisco Osella en su ciclo número tres como técnico de Colón arrancó, en ese primer tiempo, con buenas sensaciones cuando a los 3 minutos y algo, el cordobés Christian Bernardi sacó a pasear su jerarquía con una pelota quieta: rosca de derecha espectacular, caída violenta, arquero con sol en contra y el travesaño que le dijo no a lo que hubiera sido un grito tempranero en el Cementerio de los Elefantes.
Enseguida nomás, lo que vino después pudo ser un golazo, porque Guille empezó apilando rivales, del centro a la izquierda (recibió como un exacto media-punta), se tomó un tiempo más para amagar y hacer pasar de largo a otro defensor de Defensores, pero cuando le prendió la mecha, la pelota se le fue arriba en el arco de sol. Era más Colón, de entrada tiraba al campo sus necesidades, obligaciones y urgencias. Como lo había dicho el mismo Osella cuando lo presentaron: “Si algo no sobra, es tiempo”. Agarró este barco a la deriva a cinco fechas de llegar al primer puerto final.
Sin un “9” de referencia (Toledo y Neris en el banco; Rodríguez borrado), la idea era buscar descargas rápidas con jugadores livianos. De entrada, se fajó Rossi con Massaccesi y el “2” visitante quedó condicionado, porque a los 16 minutos le mostraron la tarjeta amarilla.
Cada vez que la pelota viajaba atrás del arco de Defensores de Belgrano, el arquero Pietrobono hacía un ritual del tiempo: no para lloviera sino para que el reloj pasara sin juego. La señal era clara: demorar, enfriar, no perder. Los números marcaban que el equipo de Carlos Mayor llegaba al Cementerio de los Elefantes con ocho fechas sin perder. ¿Qué decir de la visita?: un tirito de Chávez y nada más.
Sin claridad, sin juego ni fútbol asociado, Colón era todo empuje. Hubo enganche de Bernardi, infracción, ley de ventaja y Jourdan la tiró a las nubes. Y cerca de la media hora, Brian Guille (de lo mejor del Colón de Osella) la construyó toda por derecha, levantó la cabeza contra la raya, lo encontró libre a Bernardi entrando de “9” pero se la sacó Jourdan al cordobés y la pelota se fue afuera.
Así, con Colón buscando sin ideas (empujando) y Defensores jugando a las escondidas en Santa Fe con la idea de llevarse un “puntito”, se dio toda una rareza cuando Henríquez recibió una aislada tarjeta amarilla.
A pesar que un presionado Colón se desgastó corriendo y el “Dragón” esperó, Osella mandó a la cancha a los mismos once para el complemento, atacando para el arco del Fonavi. Ese no tocar nada encontró premio antes de los 4 minutos, cuando una contra aplicó la receta: buen trabajo de pivot de Rossi, atropellada de Guille, espacios más diagonal para Jourdan, con una terminación excelente del “8” de Colón: de derecha barriendo para adentro y zurdazo bajo cruzado al lado del caño de Pietrobono. Era el premio, hasta allí, para el que lo buscó por encima del que sólo se escondió en Santa Fe. Lo de Guille, además del toque para Jourdan, fue importante cruzando para llevar marcas.
A los 15, antes que Mayor hiciera los dos primeros cambios, se perdió el 2-0 el mismo Jourdan entrando por atrás de todos, en el segundo palo y cacheteando el balón sin puntería. Sin embargo, después de los cambios, se terminó todo: otra vez Guille participando como en casi todas las jugadas importantes, de nuevo bien Rossi y la corrida de Bernardi como el mejor Bernardi con una definición exquisita como en la noche de San Juan.
Con el 2-0, también Diego Osella movió fichas, mandando a Brian Farioli en reemplazo de un muy cansado pero aplaudido Jourdan. A los 24, otra vez Guille (el mejor de la cancha) inventando y Rossi regalando el 3-0 de media vuelta.
Los nuevos cambios de Osella, para manejar los tiempos, generaron aplausos y ovación. El reconocimiento para el desgaste de Rossi y el estallido de manos para el cordobés que con la “10” marcó un golazo. A la cancha, Soñora y Toledo.
Como Osella no quería sorpresas a pesar del 2-0, mandó el candado con los cambios a la media hora del complemento: Yunis por Forneris golpeado y un zaguero como Lopes por Yossen para evitar distracciones en el fondo cerca de Vicentini.
La historia quedó sellada con el gol “Bernardiano” de Christian Bernardi, que cerró el 2-0 en el Brigadier López y era digno para cerrar la cancha si es por lo que se ve en el ascenso argentino. El tercer ciclo de Diego Osella arrancó derechito; no sólo porque se ganó sino porque el equipo recuperó la memoria, volvió a jugar bien a la pelota como en los primeros tiempos y Colón se reinventa justo cuando quedan cuatro fechas para el final.
Así, con la gente sabalera gritando y festejando como en los viejos buenos tiempos, Colón volvió una tarde y Bernardi armó un golazo como en la noche de San Juan.