La presentación de la Misa Criolla tuvo lugar el sábado en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Las Toscas, mientras que el domingo el escenario fue la parroquia Inmaculada Concepción de Villa Ocampo. Ambos eventos, con entrada libre y gratuita, contaron con una destacada concurrencia que acompañó este homenaje cultural.
El intendente de Villa Ocampo, Cristian Marega; la secretaria de Cultura y Comunicación, Maricel Corgnial; el secretario de Gobierno y Participación Ciudadana, Miguel Merino; concejales y público de la ciudad, acompañaron esta importante celebración cultural y reafirmaron su apoyo al arte y la tradición de la región.
Los protagonistas de la velada fueron el Coro Polifónico Municipal de Villa Ocampo “Cristina Del Fabro de Vicentín”, junto al Coro Polifónico Municipal de Reconquista “Prof. Dionisio Cantero”; y la deslumbrante invitación de Los Jaaukas, quienes en conjunto, realizaron una interpretación vibrante, encabezada por el director Guillermo Leoncini.
Un tributo a las raíces culturales
La Misa Criolla es una obra musical creada por el compositor argentino Ariel Ramírez en 1964. Es una de las primeras misas que integran elementos de la música popular y folclórica latinoamericana con el texto litúrgico de la misa católica en español, adaptado después del Concilio Vaticano II. Esta obra es considerada un hito en la música sacra y una de las piezas más emblemáticas de la música argentina.
Con entrada libre y gratuita, contaron con una destacada concurrencia que acompañó este homenaje cultural.Foto: gentileza
Surgió en una época de cambios dentro de la Iglesia Católica, con la introducción de las lenguas vernáculas en la liturgia tras el Concilio Vaticano II. La obra tuvo un gran impacto internacional, llevándose a cabo numerosas interpretaciones en todo el mundo. Ha sido grabada por varios artistas destacados, siendo una de las versiones más conocidas la del grupo vocal Los Fronterizos.
La Misa Criolla, que combina los textos litúrgicos católicos con los ritmos del folclore argentino, volvió a emocionar con su mezcla única de vidala, chacarera y chamamé.
Ambas presentaciones fueron un emotivo tributo al legado cultural de la región y una muestra del compromiso de las comunidades locales con la promoción del arte y la tradición.
El público asistente vivió una experiencia única que dejó huella, reafirmando que la música nos une y nos conecta con nuestras raíces más profundas.