Juan Chiummiento
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Cifras que maneja el Ministerio de Trabajo indican que entre enero y junio se duplicó el número de empresas que solicitaron iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC): en total son 333 las que atraviesan tal situación, con 27.800 puestos de trabajo en riesgo.

En Rosario, los guarismos que entregaron desde los Tribunales tampoco son optimistas, ya que en ese mismo período crecieron un 68% las solicitudes de convocatoria de acreedores. Tanto los PPC como los temidos concursos preventivos son mecanismos que tiene el sector privado como primeros salvavidas para seguir en flote en tiempos difíciles. Su acelerado aumento es sin dudas una muestra que da cuenta del deterioro de la coyuntura, donde se mezcla la pérdida del poder adquisitivo y el consecuente achicamiento del mercado interno, a lo que se suma el elevadísimo nivel de tasas que daña la estructura financiera de las pymes.

Ese cóctel explosivo, por ejemplo logró lo que incluso una tragedia como la que sufrió la fábrica de plásticos Gemplast en 2015 no pudo. En ese año el galpón de la firma Geminelli SA -ubicado en el límite entre Rosario y Pérez- fue consumido por las llamas. Con gran esfuerzo y ayuda desde distintos sectores, se pudo poner en pie al poco tiempo. Sin embargo, el actual esquema de tasas provocó que las deudas contraídas para esa recuperación terminaran complicando sus números, tanto que decidieron recurrir a la convocatoria de acreedores para ver cómo sostenerse.

“En el 2001 donde también hubo un mercado que se contrajo, pero nos agarró con dólares en el bolsillo. Pero en este momento más reciente, producto del siniestro, ese dinero de respaldo ya no existió”, graficó con dolor Edgardo Geminelli, titular de una compañía que tiene un pasivo bancario que supera los 172 millones de pesos.

Guarismos en alza
El de la fábrica rosarina es uno de los 47 pedidos de concurso que recibió la mesa de entradas única que recepciona todos los trámites en los Tribunales Provinciales de Rosario durante el primer semestre. Se trata de un salto del 68% respecto a los datos del mismo período del 2018, cuando la crisis recién empezaba a insinuar.

“En la medida en que no se vislumbre un horizonte de recuperación, este año el número de compañías que termine en Tribunales puede crecer fuertemente”, había sostenido en abril Dionisio Ferracutti, uno de los referentes de la sucursal local de la consultora Crowe, con oficinas en Puerto Norte. En ese momento, ya se vislumbraba un elevado interés de las empresas por ordenar las cuentas como medida preventiva frente a la crisis.

El salto reflejado en las oficinas de Pellegrini y Balcarce se da en sintonía con el registro del Ministerio de Trabajo respecto a los PPC, un mecanismo mediante el cual muchas empresas logran reducir las cargas sociales a cambio de sostener la plantilla laboral. Al 31 de junio último eran 333 las firmas con procesos abiertos, mientras que en la misma fecha del año pasado eran 200.

Al desglosar los guarismos se advierte que de los 333 casos, 118 fueron iniciados en la primera parte del año: más del doble que igual período de 2018 (habían sido 52).

El informe de la cartera que conduce Julio Genesini también avanzó en un desglose geográfico de la problemática: “En la regional Rosario hasta el mes de junio de 2019 se tramitaron 227 PPC. El total de trabajadores comprendidos en esos procesos es de 21.000 aproximadamente. Las actividades más afectadas son metalúrgica, comercio, gastronómica y calzado”, sostiene.

“En la regional Santa Fe -continúa el documento- hasta el mes de junio de 2019 se tramitaron 106 PPC, con 6.800 trabajadores comprendidos. Las actividades más afectadas son metalúrgica, comercio, sanidad y frigorífica”.

Cae la producción industrial
Los procedimientos preventivos de crisis y convocatoria de acreedores se desprenden, entre otros factores, del achicamiento del mercado interno. Otra de las consecuencias de la baja de ventas es la disminución drástica de los niveles de producción en fábricas santafesinas, que se ven obligadas a recortar turnos y disminuir la capacidad instalada para no tener mayor stock.

Así lo reflejó esta semana el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC), cuyo Índice Provincial de Actividad Industrial (IPAI) presentó en abril de 2019 una caída de 17,6% respecto al mismo mes del año previo. “Si bien a principios de 2018 existieron condiciones favorables para el sector, desde abril de ese año puede observarse una desaceleración en el nivel de producción industrial”, marca el informe.

Durante abril de 2019, los bloques industriales que componen el IPAI mostraron comportamientos dispares: la mayor recuperación se observó en procesamiento de carne y pescado con 6,4%, seguido del sector madera, papel y productos derivados, excepto muebles, que presentó una variación anual de 0,3%. En el extremo opuesto, existieron sectores con caídas en sus índices, principalmente en reciclamiento y reparación de maquinarias, que registró -33,6% y maquinaria agrícola y equipos de uso general, con -28,3%.

“Considerando los sectores de mayor relevancia para la provincia, aceites y grasas de origen vegetal, presentó una caída anual de 21,4% en abril de 2019, mientras que la fabricación de metales comunes se contrajo un 21,5% en el mismo período. Por otro lado, productos elaborados de metal mostró una contracción de 18,0% en términos interanuales”, concluye el documento difundido por el IPEC.