Gisela Mesa
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"Es la casa de la cultura del barrio. Una esquina. Una casa. Unos libros. La casa de los libros abiertos. Allí de niña me recibía Don Pupich con sus ganas de invitar a leer... a mirar, sus ganas de recibir. Ese señor de pelo blanco era el alma de la biblioteca; sabia cómo lograr la pertenencia en el barrio y la significación de un sitio cultural. De niña recuerdo esa casa antigua y sencilla donde hojeé libros cuando aún no sabía leer. Eso no le molestaba a Pupich quien con entusiasmo le decía a mi mamá:- esto es bueno señora, así se empieza. Y sí... así se empieza a crecer, a creer, a confiar en uno mismo, en el otro, en lo público, en el barrio... A lograr que en un barrio como cualquier otro haya una biblioteca municipal y principalmente pública así de emblemática y querida. Así creció y aún continúa creciendo y, lo más importante, es un lugar en la vivencia cotidiana de cada vecino... un lugar común... para nada común....". Así de claro y sentido lo expresa Alicia Mesa, docente, rosarina y vecina del barrio.

La biblioteca José Manuel Estrada está ubicada en el barrio Azcuénaga, exactamente en la esquina de Servando Bayo y Córdoba y desde allí se fortalece como un verdadero pulmón cultural en la ciudad. La institución alberga un sinfín de libros, cuenta con talleres gratuitos y sobre todo se ha vuelto como un flotador cultural para una sociedad que vive enajenada en tiempos tecnológicos.

Marina Paloma es la directora de la biblioteca José Manuel Estrada, y en charla con Mirador Provincial nos cuenta la historia de esta institución.

- ¿Cuándo se fundó la Biblioteca Pública Municipal José Manuel Estrada?
- La biblioteca se inauguró el 29 de septiembre de 1963 y surge del cierre de otra biblioteca, la biblioteca Bernardino Rivadavia. En esa época, en esta zona como no había biblioteca. El municipio se hizo cargo. Surge principalmente como iniciativa de los vecinos.

- ¿Con cuánto caudal bibliográfico cuenta la biblioteca?
- Aproximadamente 22.000 volúmenes (folletos, libros, medios audiovisuales).

- Existe un área para no videntes, ¿cuál es la función?
- La función del servicio lectura accesible es poner a disposición de las personas con discapacidad visual, la posibilidad que el material de estudio que necesiten pueda ser digitalizado, puesto de un archivo a audio o se imprime en braille. Nuestro trabajo inicial es digitalizar los textos.

- ¿Cuántos trabajadores nuclea hoy la institución?
- Dieciocho.

- Hay un sistema interesante bibliotecario que es Koha. ¿De qué trata?
- Fue una iniciativa de la biblioteca Estrada. Nosotros en el 2008, necesitábamos automatizar el sistema de préstamo. La municipalidad está con un método software libre y por lo tanto había que buscar un sistema parecido, así que realizamos unas investigaciones y surgió este proyecto de Koha, y no solo beneficia a la biblioteca Estrada, sino a todas las bibliotecas municipales. Lo que tiene el Koha es que es un sistema integral de sistema bibliotecario, entonces tenés diferentes módulos, automatizados y relacionados con los servicios de la biblioteca, como cuando catalogás un libro y ya inmediatamente está disponible en catálogo en línea a la vista del público.

- ¿Como directora de la institución que es lo que pensás de la biblioteca del barrio?
- Siempre tuvo esa dinámica del barrio, en sentido que nosotros conocemos al público, la gente viene a cubrir sus necesidades, pero también a compartir. La biblioteca es un centro de promoción de la lectura, pero también de escucha, de encuentros y esa es la idea y generando actividades en consecuencia. Los talles que se llevan adelante, literatura y lectura para todos los niveles, adolescentes, adultos y niños. Después por el lado del presupuesto participativo vienen otros talleres como el de ajedrez, diseño de objetos, taller de radio y comunicación, el de fotografía.