Mirador Provincial
Centro de Estudios y Servicios. BCSF
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En diciembre de 2019 la actividad económica de la provincia de Santa Fe se contrajo un 0,5% respecto a noviembre, con un saldo de -1,2% durante el cuarto trimestre del año. Esta importante caída, compensada por el incremento del segundo cuarto del año, configuró un resultado negativo para 2019 del orden del -1,1%.

Al mismo tiempo, los resultados de 2019 indican variaciones negativas en ocho de los catorce indicadores que componen el Icasfe. Aunque, en general, estas tasas implican menores caídas a las registradas durante 2018, lo importante es que también dejan en evidencia la persistencia del contexto recesivo. Más aún si tenemos en cuenta que el último trimestre del año intensifica la contracción y que en diciembre todas las series salvo producción láctea desmejoraron en términos mensuales.

La faena de ganado bovino y porcino encabeza el ranking de 2019 con un crecimiento de 21,4% en un contexto de reactivación de mercados externos (a pesar de no haber tenido una buena performance en el mercado interno). Le siguieron las ventas de maquinaria agrícola con una recuperación de 17,9%, en contraposición a la caída registrada durante el año 2018 (-21,1%). Cabe destacar que el mayor impulso se dio en el primer trimestre del año.

El consumo de hidrocarburos para la agroindustria y el transporte también mejoró en 2019 (8,8%), contrarrestando la caída registrada el período precedente (-7,8%). De igual manera, la producción láctea creció un 4,2%, mientras que en 2018 se había contraído un 3,2%. Por su parte, la molienda de oleaginosas acumuló una caída de -1,3% durante 2019, fundamentalmente registrada durante la segunda mitad del año.

A pesar de la caída en el cuarto trimestre, el consumo de energía eléctrica finalizó el año acumulando un incremento del 4,6%. En cuanto al consumo de gas del sector, se registró una disminución del -12,8 que se suma al resultado negativo correspondiente al año anterior.

El consumo de cemento y el patentamiento de vehículos nuevos continuaron a la baja en 2019, con variaciones de -11,0 y -16,9%, respectivamente. Estos dos indicadores representativos de la inversión en bienes durables son, de hecho, los que experimentaron el peor desempeño en el contexto de la recesión actual de la actividad económica provincial.

Los puestos de trabajo registrados (altas netas) mostraron una caída del -1,2% fuertemente concentrada en el segmento de los empleos privados. Por su parte la demanda laboral acumuló un incremento del 17,9% en el año; mientras que en lo que respecta al cuarto trimestre se registra una contracción. Las remuneraciones reales sumaron una pérdida del poder adquisitivo del 6,1% en 2019, que implica una contracción total de -18,0% durante la fase recesiva.

Respecto al consumo minorista, las ventas en supermercados de las grandes superficies instaladas en la provincia acumularon una caída del -2,8%. Para los recursos tributarios de disponibilidad de la administración provincial el retroceso fue de -5,8%.

Síntesis y perspectivas

La variación interanual del Icasfe fue del -1,1% en diciembre de 2019, manteniéndose en terreno negativo desde junio del año anterior. En este sentido, la caída acumulada en el período fue inferior a la registrada en 2018. Sin embargo, lo preocupante de la situación es que a veinticuatro meses de inicio de la fase recesiva, prácticamente todos los subindicadores mostraron una contracción mensual (salvo la producción láctea), y sólo seis indicadores crecen en la comparación interanual.

En este contexto en el cual no se vislumbra el surgimiento de ningún motor de crecimiento, sumado a las complicaciones a nivel macroeconómico, es difícil proyectar el inicio de una recuperación de la actividad económica.