Industria y desafíos

Cervecerías artesanales de Entre Ríos se reinventan ante la crisis del sector

Las últimas estadísticas de la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina revelaron que, desde la llegada del coronavirus, cerraron más de 450 cervecerías artesanales y 120 fábricas en distintos puntos del país. En nuestra provincia, los productores no son ajenos a la crisis y buscan la manera de reorientar su trabajo para poder sostener sus emprendimientos y microempresas.
06-07-2020 | 22:52 |

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"Es necesario que se garantice la presencia de las marcas regionales en supermercados y kioscos, porque el rubro artesanal, que se desarrolla a nivel pymes, tiene a mucha gente trabajando ya sea en bares o en fábricas", aseveró Christian Hancen, miembro de la Asociación Civil "Somos Cerveceros".


Silvia Simmone
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Desde que comenzó la pandemia del Covid-19, el rubro gastronómico junto con las pymes fueron dos de los sectores productivos más afectados. Los cerveceros artesanales, que en el país alcanzaron un alto nivel de especialización en cuanto a producción y desarrollo de marca, atraviesan hoy una de las peores crisis, principalmente porque más del 90% de la producción de cerveza artesanal se comercializaba en barril.

Christian Hancen, periodista, profesor y parte del equipo de prensa de la Asociación Civil "Somos Cerveceros" y de la Universidad de Alicante, explicó a Mirador Entre Ríos que la pandemia paralizó el sector, porque los lugares en donde se realizaba la venta del barril eran: los bares, restaurantes, centros de recarga y los casos de alquiler de choperas para eventos.

"A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos o en España en donde gran parte de la cerveza se comercializa en latas y botellas, y por lo tanto tiene presencia en kioscos y supermercados, en Argentina esto todavía no sucede y por eso el rubro atraviesa hoy una crisis muy profunda. Esto se conjuga con la necesidad de que se aplique la Ley de Góndolas, lo que garantizaría la presencia de las pymes en el mercado, porque hoy vas a cualquier supermercado y la mayor presencia de cerveza en góndolas son de marcas industriales, entonces a las cervecerías artesanales sólo les queda la opción de vender en bodegas, por delivery o take away. Hasta el momento la venta por barril venía funcionando porque permitía comercializar un mayor volumen de cerveza de una manera rápida y con menores costos de logística, pero en el contexto actual se presenta como urgente que las cervecerías artesanales accedan al mercado para poder sostenerse y continuar con su expansión. En este sentido, los dos principales desafíos a los que se enfrenta el rubro tienen que ver con la comercialización, porque existe la necesidad de que se generen nuevos canales de venta, y a su vez es necesario que los productores adapten el tema del envasado, para poder ofrecer latas y botellas", explicó el periodista.

Expansión y desarrollo

El rubro de la cerveza artesanal tuvo un crecimiento sostenido entre 2013 y 2018, momento en que la expansión de la llamada cultura craft produjo la apertura de bares y fábricas en diferentes provincias y ciudades del país. La Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina había contabilizado hasta 2019, la existencia de 1.500 emprendimientos cerveceros, 2.000 marcas desarrolladas y 600 fábricas artesanales habilitadas, números que por la recesión se modificaron.

"El sector viene atravesando una fuerte crisis desde el 2018, cuando por la caída del poder adquisitivo de las personas las ventas disminuyeron. Pero sin dudas lo que está pasando hoy es algo que el rubro de la cerveza artesanal nunca había enfrentado y es alarmante, porque no sólo se cerraron los canales de comercialización sino que la mayoría son microempresas que tienen muchos empleados. Entonces es necesario que se garantice la presencia de las marcas regionales en supermercados y kioscos, porque el rubro artesanal, que se desarrolla a nivel pymes, tiene a mucha gente trabajando ya sea en bares o en fábricas en cada localidad y en todas las provincias", explicó Hancen.

A pesar de que las cervecerías artesanales representan apenas un 3% en el mercado, el crecimiento del sector y la expansión del rubro hicieron que en los últimos años, se generen más de 6.000 puestos de trabajo directo e indirecto que involucran a homebrewers, cerveceros y emprendimientos comerciales y gastronómicos.

Ley de Góndolas

Con la sanción definitiva de la Ley de Góndolas en marzo pasado, muchos microemprendimientos habían realizado grandes inversiones para adquirir maquinaria, equipamiento y materias primas para poder insertarse en el mercado, lo que profundizó el endeudamiento en el sector.

"En perspectiva podemos decir que lo que pasa entre las cervecerías industriales y las artesanales, es como una pelea entre David y Goliat, porque la llegada que tienen las pymes es ínfimo y por eso siempre les resultó más rentable vender por barril, porque un barril de 50 litros pasado a botellas equivaldría a unas 100, y si pensamos en que el kiosco te agarra tres botellas, el supermercado 10, los bares 10 más, termina siendo mucho más difícil ubicar esa producción. Por eso también es necesario que el Estado garantice la presencia de las pymes en el mercado y que se incentive el consumo de marcas de la región para que las comunidades tomen conciencia y acompañen a estos emprendimientos locales", reflexionó Hancen.

La situación de los cerveceros entrerrianos

Desde distintos puntos de la provincia, las cervecerías artesanales nos compartieron sus experiencias de adaptación frente al nuevo contexto, y en casi todos los casos, coinciden las ventas por delivery, la recarga de pet y browler, y el envasado de latas y botellas para poder comercializar cervezas.

En Gobernador Mansilla, desde "Die eisenbrücke", explicaron que tuvieron que buscar nuevos canales de venta, ya que hasta el momento el 100% de su comercialización era por barril. "Ahora comenzamos a trabajar con botellas de litro de envase retornable y hacemos reparto puerta a puerta por distintas localidades de la zona. Buscamos reducir costos de packashing y envasado para poder ofrecer la cerveza con los mejores insumos a un precio accesible que sea acorde a la situación que estamos atravesando".

En este mismo sentido, la cervecería Yasú de Paraná, explicó que para ellos el desafío más importante que les propone la pandemia es poder ubicar su marca en el mercado, para insertarse de manera estable y sostenida en los comercios de cercanía. "Esto conlleva un mejor desarrollo de la logística, reposición, repartos, etc, por lo que también estamos atentos a los precios de los insumos porque muchos son importados, pero nosotros no podemos aumentar el precio de la cerveza en la misma relación por lo que hay que pensar mucho mejor la producción, con stock de insumos más chicos y mirando con más detalle la rentabilidad de cada cerveza", explicaron.

Muy parecido es el caso de la cervecería 2 Bróder, de María Grande, cuya producción y venta se realizaba casi únicamente por barril y su producción se vendía a cervecerías, bares y vinotecas de Paraná y Santa Fe. "El 92% de nuestra venta era barriles a bares y desde el comienzo de la cuarentena pasamos a cero litros, sólo logramos ubicar cinco barriles a lugares con recarga de growler pero todavía no pudimos comenzar a elaborar para vender botellas".

Un paso adelante

El caso de la cervecería "Primos y no tanto" en Paraná, es una de las excepciones en lo que refiere a crecimiento en tiempos de coronavirus, ya que como explicó Pablo Albornoz, "antes de la pandemia estábamos encarando el armado de un negocio de venta propia, 'Mejor En Lata' junto con la cervecería Oskar, también de Paraná. Nuestra idea era abrir en marzo, pero ahí fue cuando entramos en fase 1 y no pudimos continuar con el armado. A mediados de abril, sin terminar aún el local, empezamos a vender directamente nuestras cervezas enlatadas y la de otros colegas cerveceros de la región. La iniciativa tuvo buena aceptación entre la gente porque fue algo relativamente nuevo en la ciudad y en mayo logramos abrir el local. Creo que el sistema de la birra en la casa va a quedar instalado, ya sea la lata, botella pet o growler porque la gente no va a salir a los bares de inmediato si los habilitan. Lo he visto y he hablado con amigos dueños de bares que tuvieron la habilitación, pero la gente casi no concurría", detalló Albornoz.

En la costa del Uruguay, Litoraleña, con bar en Colón y fábrica en San José, fue una de las cervecerías que al inicio de la cuarentena readaptó sus máquinas para lograr la elaboración de alcohol etílico con el fin de proveer de este insumo a los hospitales de la región. En su oportunidad, los dueños de la firma explicaron a este medio, que para la realización de alcohol etílico se utilizaron las cervezas que no se pudieron comercializar por el inicio de la emergencia sanitaria.

"Dado el nuevo contexto tuvimos que dar un paso más y comenzar a embotellar. Al igual que la mayoría de los colegas, este salto fue necesario ya que desapareció del mapa el intermediario entre nosotros y también el consumidor final. Como en casi todos los rubros las ventas bajaron y el nivel de producción también, y si bien estamos en la 'temporada baja' para los cerveceros, si comparamos la actualidad con el invierno de 2019 la caída es muy significativa. La pandemia cerró puertas y caminos que estaban en marcha pero nos obligó a transitar por otros. Hoy llevamos adelante la venta online y directa con el cliente, ese es nuestro principal canal, así como también las relaciones que mantenemos con distribuidores específicos y bodegas cerveceras", relataron.

En Concepción del Uruguay, desde la cervecería 7 Colinas, Gerardo Acevedo explicó que "desde el primer momento que surgió la cuarentena entendimos que la situación era de cierre, entonces empezamos a tomar medidas para poder sobrellevarlo, considerando que no iba a ser algo de poco tiempo. Teníamos dos opciones: esperar a que pase o buscar los recursos para palearla. Entonces lo primero que hicimos fue llamar a todos los que están en el equipo de trabajo de 7 Colinas para plantearles la situación y ver cómo la íbamos a afrontar. Así, en primera instancia nos enfocamos al 100% al delivery modificando toda nuestra estructura para trabajar los 7 días de la semana. En la segunda etapa encaramos el proyecto de embotellado y enlatado, con ayuda de otros colegas como los chicos de Ambar, que nos prestaron las primeras botellas, ya que no podíamos traerlas de Buenos Aires", explicó Acevedo.

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