Un atleta olímpico muy singular

Jorge Somlay: el joven de 74 años

Jorge Somlay sigue siendo el deportista argentino más joven en la historia de los Juegos Olímpicos. Su participación en Roma 1960 con casi 14 años cumplidos sigue siendo un récord nacional.
08-09-2020 | 9:01 |

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Jorge Somlay hoy, disfrutando de su etapa como jubilado y orgulloso de su pasado y de su récord para el deporte argentino. Foto: Mirador Provincial.


Hernán Alvarez
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Es el más joven con casi 74 años. Sí. Aunque parezca una contradicción, Jorge Somlay, que el martes 8 cumplirá 74, es el olímpico argentino más joven de todos los tiempos. El ex timonel participó de los Juegos de Roma 1960 hace 60 años con casi 14 años. Aquel 31 de agosto del ’60, representó a nuestro país en remo en la categoría dos con timonel como líder del bote junto a los remeros Mario Maire y Osvaldo Cavagnaro con 13 años y 357 días. Ningún deportista nacional logró superar a Somlay en la cita ideada por Pierre de Coubertin y ya han pasado 14 olímpiadas desde aquellas en la capital de Italia.

Seis décadas después de aquella competencia, Somlay habló con El Litoral sobre su carrera deportiva como conductor de botes que se extendió durante su infancia, entre 1957 y 1960. Posteriormente, el ex socio del Club de Regatas Rosario remó como aficionado, jugó al vóley y fue entrenador de este deporte en esta institución. De muy chiquito había incursionado en el básquet en Velocidad y Resistencia.

“Era un nene”, recuerda sobre la cita olímpica en Roma ’60. “La emoción de poder ir a una olimpíada. Ya tenía experiencia internacional con los Juegos Panamericanos de Chicago (en 1959) y había estado en el Sudamericano en Chile también (en 1958)”. En el país vecino, fue campeón con el equipo albiceleste.

El trío Maire-Cavagnaro-Somlay quedó cuarto en la serie 2, en la que clasificó el equipo rumano como ganador. En el repechaje 1, los albicelestes terminaron terceros y afuera de la final. En la carrera por las medallas, Alemania (Bernhard Knubel-Heinz Renneberg-Klaus Zerta) obtuvo la de oro; la Unión Soviética (Antanas Bagdonavicius-Zigmas Jukna-Igor Rudakov), la de plata; y Estados Unidos (Richard Draeger-Conn Findlay-Kent Mitchell), la de bronce.

“Era así chiquito. Pesaba para el Sudamericano 35 kilos. Tuve que llevar una bolsa de 15 kilos de lastre para completar los 50 de piso. En Roma, tuve que llevar una bolsa de 8 kilos para completar los 50. Era chiquito, bajito y liviano”, comenta Jorge. Durante su estadía en Italia tuvo un accidente en la planta del pie derecho al resbalarse y golpearse en el lago Albano, el lugar de las competencias remeras. A pesar de esto, pudo representar a Argentina.

Su participación como timonel surgió al ser su padre socio de Regatas y presidente de la Comisión de Regatas del Río Paraná (hoy llamada Comisión de Remo Internacional del Litoral - CRIL). “Estaba en el deporte -dice Somlay-. Cuando empecé a timonear yo tenía 10 años. No sé cómo hice, pero los convencí a mis padres para que me dejaran”. Jorge nació y se crió en Arroyito, en la cortada Fernández y Génova, enfrente al estadio de Rosario Central.

Mario Robert, remero santafesino y considerado el mejor entrenador argentino de remo de la historia, le tuvo confianza. Convencer a la madre de Jorge para que viaje al extranjero no fue fácil. “Le dije a mi mamá: ‘Estoy seguro que voy a empezar ahora y voy a ir a los Panamericanos y me parece que voy a ir hasta Roma’”.

Jorge cumplió los 14 en la capital de Italia. “Fuimos a desayunar ese día y ahí todos se enteraron de mi cumpleaños y todos me cantaron el feliz cumpleaños. Estábamos muy mezclados. Había peruanos, ingleses, españoles”, asegura.

Después de los Juegos Olímpicos, “colgué la piola”, dice el ex timonel. Venía mal en la escuela secundaria y debió rendir todas las materias al quedar libre. Luego, estudió abogacía sin graduarse y fue oficial de justicia en tribunales. Trabajó en esa profesión hasta hace 10 años cuando se jubiló.

Cuando Abebe Bikila se sacó las zapatillas

Jorge Somlay fue testigo privilegiado de la victoria del etiopé Abebe Bikila en la maratón de Roma 1960. “A Bikila lo vi correr. Lo vi cuando tiró las zapatillas. Él largó con zapatillas y a los 500 y pico metros paró, se sacó las zapatillas, las dejó ahí y siguió corriendo”, recuerda el rosarino. “Y así ganó descalzo. Lo vi cuando arrancaron y lo vi después cuando llegó”. Aparentemente, ese calzado le produjo ampollas y entonces el atleta decidió correr sin nada en los pies.

Jorge conoce la historia de ese maratonista que también ganó esa prueba en Tokio 1964. Esta vez con zapatillas. “Él era militar, hacía el servicio de centinela. Cada puesto estaba a 15 kilómetros de distancia. Él iba de puesto en puesto corriendo y descalzo en pleno desierto. Era su entrenamiento”, explica Jorge.

El ex timonel también pudo ver al seleccionado de fútbol que tenía al porteño Juan Carlos Oleniak como una de sus figuras, al boxeador Abel Laudonio (que logró la medalla de bronce) y conoció a los nadadores Luis Nicolao, Fernando Fanjul y Pedro Diz.



Temas: DEPORTES 
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