“Las artesanías son parte fundamental de mi vida, son una parte más de mi cuerpo como mis manos o pies”.
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“Colón es mi segunda casa”, dice la artesana Alejandra Taritolay mientras muestra su técnica a los miles de turistas que pasan por su stand, donde exhibe portatermos, paneras, centro de mesas, entre otros objetos hechos con simbol. La señora de las ocho décadas no tiene apuro alguno y se toma su tiempo para encarar cada artesanía como si fuese la última.

Su rostro denota felicidad en todo momento y sus manos dan cuenta del intenso amor hacia este oficio, que lo aprendió de chica gracias a su familia. Después de haber recorrido más de 1.200 kilómetros, desde su Animaná natal, la salteña llegó una vez más a la Fiesta Nacional de la Artesanía, considerado como el encuentro de artesanos más prestigioso del país. Este año, en su 34° edición, la ciudad de la costa del Uruguay recibió unos 500 artesanos, quienes viajaron desde diversos puntos del país para desplegar todo su oficio sobre las carpas del Parque Quiroz.

Pese a que transcurrieron muchos años, Alejandra arribó con las mismas ganas de aquellas primeras ediciones cuando el evento se celebraba en la céntrica calle 12 de abril.

De ahí proviene se excelente relación con los colonenses. “Las artesanías son parte fundamental de mi vida, son una parte más de mi cuerpo como mis manos o pies. Con lo que produzco con la cestería pude enviar a mis hijos a la escuela y le transmito mis conocimientos a ellos y a mis nietos”, dejó en claro Alejandra, quien recibió el Rueca de Oro en el rubro fibra vegetal.

“Voy al campo y extraigo la materia (simbol) pero siempre preservando el medio y con mucho cuidado con la raíz de la planta para que la misma vuelva a brotar”, narró. La parte más difícil es la recolección de la materia prima ya que muchas veces se topó con víboras, arañas, que jamás le hicieron daño, pero que generan mucha precaución.

Al conocerse el nombre de la ganadora, todos sus colegas y el público presente estalló en júbilo. Sin lugar a dudas, era el reconocimiento a la trayectoria ininterrumpida e intachable. El premio fue entregado en el escenario mayor Ramón Cabrera, en el que estuvieron presentes: el presidente municipal, Mariano Rebord; la directora del Instituto Municipal de Artesanía, Laura Palazzo; y el coordinador de Artesanos, Hugo Da Silva; junto a los miembros del jurado: Juan Carlos Rodríguez, Jorge Bojanich y José Ignacio Báez.

Además se otorgaron las siguientes distinciones: Julio Barrios Castillo de Paysandú en madera (Rueca Maestro Artesano); Silvia Amaya de Don Torcuato en cuero (Rueca Artesana Clasificada); y Gustavo Petrussi de Paraná en madera (Rueca Producción
Artesanal).

Durante nueve días, del 9 al 17 de febrero, las artesanías se transformaron en la vedette de la fiesta. Hubo producciones de todo tipo desde textil, fibra vegetal y piedra hasta vidrio, juguetes, huesos y madera. En diálogo con Mirador Entre Ríos, Da Silva dejó en claro que “nosotros todos los años sorteamos un rubro y el metal era el oficio motivador porque si no hay oficio no hay artesanía, para eso están las manualidades donde no requieren oficio pero sí el dominio de alguna técnica y manejar algunos diseños, sin desmerecer los trabajos de los manualistas que son muy buenos”.

En este sentido, en alusión al mercado artesanal, el coordinador manifestó que “nos costó un poco educar al público. Hay un público que compra cuchillo, joyas, alhajas. Lo textil en pleno verano es difícil de vender pero también se vende porque es la única oportunidad que tenés de comprar lo que viene del norte con lana de llama, vicuña o lo que sea. La parte de cuchillería es la que más sale porque la foja del cuchillo es una atracción que tiene el hombre y es lo que más vende. Para la mujer es la joyería”.

La periodista local Nora Zorzoli sostuvo: “Las piezas únicas son las protagonistas, donde las etnias se expresan a través de objetos de cuidada elaboración, un mundo de culturas diferentes, únicas, ancestrales. Un apasionante viaje por técnicas milenarias que sorprenden y enamoran”.

Para todos los gustos

Más allá del rol preponderante de los artesanos que son el alma mater de la fiesta, uno de los atractivos más importantes es el escenario, que cobra vida cuando se prenden las luces. Desde el primer momento que se confirmó la cartelera del evento, la adhesión de los colonenses y turistas fue total. En las nueve lunas que duró la Fiesta Nacional de la Artesanía, grandes exponentes de la música desplegaron su espectáculo arriba del Ramón Cabrera. Más de 27.000 personas estuvieron presentes durante el transcurso del evento que tuvo una destacada variedad de géneros: rock, pop, cumbia y folclore, junto a una destacada participación de artistas locales y regionales. Las expectativas eran grandes para el público, que hizo largas colas para conseguir su entrada y poder ver a los artistas de renombre.

La grilla comenzó el sábado 9 con Vicentico y continuó con Jorge Rojas, Víctor Heredia, Uriel Lozano, Mano Arriba y Los Tekis para terminar el miércoles a puro folclore. Por su parte, el ex integrante de Los Nocheros, dijo que “es una de las fiestas que quiero mucho. Los lugares se hacen queridos por los afectos. He venido en varias oportunidades y uno va cosechando amigos. Desde ese lugar, siempre es lindo venir”.

Uno de los días más esperados fue el jueves 14. Ese día Abel Pintos no sólo brindó un show de lujo sino que también se emocionó hasta las lágrimas. “Vine muchos años, algunos consecutivos. Desde la primera vez, cada concierto fue muy característico. Probablemente porque hay un público que asiste cada año que es amante de la fiesta, que más allá de los conciertos hay mucho para ver y recorrer”, sostuvo el cantante a la TV Pública.

Luego siguieron los Nombradores del Alba y Peteco Carabajal, Los Totoras y Lucas Sugo, en la última noche. El uruguayo, que había pisado el Cabrera cuando todavía no era conocido, no dudó un instante al decir que “es un placer mezclado de gratísimo privilegio estar con la gente de Colón. Es una cosa linda tener la posibilidad de volver”.

Asimismo, la música internacional llegó de la mano de Amaia Montero, la ex vocalista de la banda La Oreja de Van Gogh. “Con un show basado en su flamante disco titulado ´Nacidos para Creer` pero con un repaso por aquellos temas que le dieron identidad propia en su anterior agrupación. La cantante hizo vibrar al Parque Quirós en la noche destinada al artista internacional, mostrando que su voz y su carisma siguen intactas”, comentó al respecto Zorzoli.

Sobre la presentación de la española, Rebord argumentó que “este es el quinto año que traemos artistas internacionales. Con Amaia Montero se colmaron las expectativas que teníamos y realmente había para todos los gustos”. El mandatario municipal se mostró satisfecho por la organización del evento y ya están pensando en la edición que viene.

El oficio de tallar

Una pareja que transitaba por calle Ferrari detuvo su marcha y se ubicó a pocos metros del acceso al Parque Quirós. Las intensas temperaturas y la vorágine diaria los motivaba a que siguieran caminando pero ellos desistieron y, durante algunos minutos, aprovecharon la oportunidad para contemplar las obras maestras que se alzaban frente a sus ojos. Al mismo tiempo, un joven que paseaba en bicicleta se animó a voltear la cabeza, con gran asombro, al escuchar cómo un martillo golpeaba sobre la gubia para tallar madera de pino.

Todas las miradas apuntaban a un solo sector: el patio de tallistas. Allí se encontraban los diez referentes del 13° Encuentro Nacional de Tallistas, quienes se preparaban para el desafío: hacer piezas de ajedrez de casi un metro de altura. “Este año, el patio va a estar en un lugar privilegiado no sólo en América Latina sino en el mundo porque es la primera vez que un tallista logra hacer tanta cantidad de piezas en tan pocos días. Se hicieron 16 piezas de ajedrez en 5 días, que van a ser expuestas en algún lugar de la ciudad, en las plazas, para que los chicos y los grandes puedan jugar al ajedrez”, destaco el coordinador de Artesanos.

El ganador fue Juan Carlos Nausneriz de San Carlos (Santa Fe). “La idea de la fiesta, desde hace unos años, es darle carácter federal porque vemos que la mayoría de las ferias están monopolizadas por artesanos de las plazas de Buenos Aires pero el interior tiene una gran cantidad de artesanos. Eso es lo que buscamos nosotros, visibilizar al hombre que produce desde las provincias”, concluyó Da Silva.