Pura Ingratitud

La Rompiente, el quinteto que revoluciona al tango

Se revive la pasión que inspiran los escenarios tangueros, el barrio, sus historias, la propia ingratitud de algún amor. El quinteto rosarino La Rompiente viene exclusivamente a romper con algunas tradiciones tangueras, generando un estilo moderno.
08-04-2021 | 9:48 |

"Nuestro aporte a la escena es hacer un tango que se mantiene oscuro y urbano, pero que se distingue de la sonoridad de los grupos de Buenos Aires", sostiene Fermín Suárez sobre La Rompiente.
Foto:Gentileza: Nazarena Priotto.
Gisela Mesa 
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El quinteto rosarino La Rompiente es actualmente uno de los más populares grupos de tango, reconocidos nacionalmente en los perímetros musicales. Cultores de un estilo propio llamado "Tango Moderno" por su sonido fresco, contemporáneo y por su estética rockera, el grupo se identifica por ser creativo, original y atrapante.

En entrevista exclusiva con Mirador, Fermín Suárez, contrabajista y uno de los compositores nos cuenta los comienzos de este quinteto particular y del lanzamiento de su primer EP Pura Ingratitud.

Los inicios
- ¿Cómo nace La Rompiente? Es un nombre muy particular...

- Técnicamente el grupo se formó en 2017 y tuvimos varios cambios en la formación a lo largo de los años. En un principio intentamos hacer versiones de canciones tradicionales o algún arreglo de alguna obra de Piazzolla. Pero supongo que no nos hallamos habitando ese espacio y al poco tiempo nos empezamos a interesar en tocar nuestra propia música. Se dio naturalmente.

En cuanto al nombre, no estoy muy seguro de dónde salió. Teníamos la idea de ponerle un nombre que hiciera alusión al hecho de vivir en una ciudad emplazada junto a un río. Alguien dijo "La Rompiente" y nos pareció bien.

- ¿Qué artistas observan en el camino de mezcla con conocimiento de las raíces?
- Solemos referenciar a grupos de tango de la escena local como son Pasaje Noruega y Masmédula, que si bien tienen una estética muy distinta entre sí y hacen una música muy distinta a la nuestra, sentimos que abordan al género con una mirada desprejuiciada con la cual nos identificamos. Pensamos que la mezcla, el hecho de tomar prestados elementos de otras músicas e incorporar sonidos nuevos es, para nosotros, la forma lógica de mantener vivo al género. "Tango Nuevo" es el término con el cual nos sentimos cómodos en lo que respecta a la música de La Rompiente.

- Cuando hablamos de tango, es inevitable pensar en Carlos Gardel, el conventillo, letras de depresión, de desamor, pero también de un tango antiguo, ¿Qué pasa cuando La rompiente muestra un tango moderno, con instrumentos que vienen del jazz o del rock? ¿Cómo lograron esta mixtura?
- Nuestra propuesta tiene que ver con generar canciones de tango como las que quisiéramos escuchar nosotros mismos. Es decir, queremos expresar lo que sentimos hoy y queremos lograr una música con la cual nuestra generación se pueda relacionar. En su momento, los procesos migratorios y los amontonamientos de gente en las grandes ciudades fueron la razón de las sensaciones de soledad y añoranza que atraviesan a las letras y el clima de los primeros tangos.

Para nosotros, si bien no es que estos sentimientos se hayan extinto, en la actualidad la soledad y la alienación que caracterizan a nuestra generación nacen a partir de los procesos sociales y tecnológicos que se vienen dando en las últimas décadas, junto a la globalización. Hay depresión, hay desamor, pero también hay posverdades, desinformación, todo sucede por medio de pantallas y a través de internet. No sabemos si es peor o mejor, pero es lo que hay, y es lo que se filtra en las canciones rompientes.

El hecho de querer hacer tango recurriendo a la sonoridad combinada del clarinete bajo y la guitarra eléctrica, dejando de lado violines y bandoneones, nos deja en un lugar que se presta para la experimentación y para empezar a mirar más allá de las fronteras del género.

- El quinteto está compuesto por músicos con formación de conservatorio y esto se nota en la estética para fusionar estilos. ¿Cómo reciben los jóvenes esta propuesta y cuál es la repercusión en los viejos tangueros, quizá más propensos a lo "tradicional"?
- Se me ocurre que la gente joven ve la palabra "tango" escrita en un flyer y quizás no se acerca instantáneamente. Pero una vez que escuchan, la música les genera curiosidad. Al final sigue siendo música popular, son canciones. Existe un elemento pop en nuestra música.

Por suerte nos hemos cruzado con pocos fundamentalistas, o por lo menos nunca nos cruzamos con nadie que nos tire mala onda. Todo lo contrario.

La escena tanguera rosarina es cada vez más grande y la relación entre colegas es muy buena, cada disco o grupo nuevo es siempre muy bien recibido y de forma muy cálida.

- "Pura Ingratitud" es un EP que demuestra que el tango está vivo y goza de buena salud cuando se juntan los pibes del barrio a crear enserio ¿Creés que esto ayuda a desmitificar el estigma tradicionalista y machista con el que carga sobre sus espaldas el tango?
- Me parece justo decir que el estigma machista recae sobre las espaldas de todos los géneros musicales hasta la actualidad, hallamos ejemplos de machismo en toda la música. Si bien se suele asociar al tango con esta cuestión misógina ya que, es verdad, la misoginia y la apología del maltrato hacia la figura de la mujer están muy presentes en sus letras y en el estilo de vida cabaretero con el cual se asocia al género y a sus intérpretes. Para nosotros tiene que ver con una cuestión de época. Son modos de un tiempo que ya pasó, hoy es inaceptable admitir una cosa así en el arte.

Después, al estigma tradicionalista elegimos ignorarlo. Nosotros sentimos mucho respeto por el género, por sus orígenes y por sus referentes, pero no sentimos ningún interés en recrear una música que no nos represente del todo. Son decisiones. No se nos ocurriría criticar el camino de aquel que decida tocar tangos tradicionales por la razón que sea, pero para nosotros la cosa tiene que moverse, avanzar y ser dinámica. Por lo menos ahora mismo lo vemos así.

- El tango era un género eminentemente masculino. Esto se puede ver en sus letras, por ejemplo, y en la casi nula participación de la mujer como intérprete o compositora. En su quinteto podemos observar que la voz del grupo es femenina y con una gran impronta y posición. ¿Han recibido críticas machistas con respecto a esto o todo lo contrario?
- En La Rompiente, Joselina (Casadei, voz) y Jimena (López Zaric, clarinete y clarinete bajo) son ambas compositoras e intérpretes. Las dos tienen su impronta, personalidades definidas y sus sonidos característicos. Demás está decir que estas cosas, sumadas al hecho de que ellas son militantes activas en la lucha feminista, se traslucen en nuestro trabajo colectivo y están presentes en la personalidad integral del grupo, ocupan un lugar. Afortunadamente, todas estas cosas han sido solo motivo de elogio. Cualquier crítica machista, o dirigida hacia la participación femenina dentro del grupo nos resultaría ridícula y anacrónica. Se auto cancela.

- ¿Cómo es la organización y el trabajo en equipo?
- La autogestión es muy bella, muy difícil y muy gratificante (esto es en términos no-monetarios, dicho sea de paso). Intentamos hacer las cosas de la manera más colectiva posible. Estoy haciendo un uso excesivo del término "colectivo", pero pensamos que es la única manera de llevar adelante proyectos para músicos en nuestra situación, que trabajamos por fuera de los intereses de grupos económicos grandes y de forma más artesanal.

En nuestro grupo, aunque tenemos tareas repartidas, no se toman decisiones de manera unilateral. Por ejemplo, si bien es Tomás (Giroud, piano) quien se encarga de escribir los arreglos de las canciones, la música se termina de configurar en los ensayos, con los cinco en la sala. Siempre está la posibilidad de revisar cosas, intercambiar melodías, registros, armonías, según lo que cada uno escuche o sienta que puede aportar a la canción. La misma asistencia conjunta puede darse en el proceso compositivo, se cambia una letra, se intercambian ideas, se reordenan partes.

Formación
Joselina Casadei (Voz)
Jimena López Zaric (clarinetes)
Genaro Carranza (guitarra eléctrica)
Tomás Giroud Guillet (piano y arreglos)
Fermín Suárez (contrabajo)

Un quinteto que se las trae


- ¿Cuál es la marca territorial del quinteto rosarino y cómo evolucionó desde sus comienzos hasta el día de hoy?
- Nosotros tenemos en claro que nuestro grupo es un grupo de canciones. Pensamos que la decisión de andar este camino, en el contexto de la ciudad de Rosario, tiene lógica; existe una tradición de hacedores de canciones desde hace muchos años y vivimos en una ciudad que se caracteriza por el constante flujo de artistas jóvenes que emergen constantemente por lo cual Rosario es reconocida a nivel nacional.

Nuestro aporte a la escena es hacer un tango que se mantiene oscuro y urbano, pero que se distingue de la sonoridad de los grupos de Buenos Aires con la adopción de colores que tienen que ver con el litoral. Todo esto debajo de letras que tratan temáticas como la modernidad y el presente urgente que nos toca vivir.

En lo que respecta a la evolución del grupo, destacamos el aprendizaje del trabajo colectivo. Nos llevó tiempo encontrarnos en un lugar sonoro en el cual todas las partes del grupo nos sintamos representadas y lograr una estética personal, todos venimos con prejuicios e ideas de como tienen o tendrían que ser las cosas, entonces hubo un proceso de deconstrucción por ese lado.

Lo que se viene

- ¿Proyectos a futuro?

- En las próximas semanas vamos a entrar a grabar otro disco, esta vez en un estudio y en formato larga duración. Tenemos mucha música que nos quedó afuera del EP.

Una vez que hayamos terminado eso, el plan es salir a tocar (el pasado 5 de febrero presentamos Pura Ingratitud en el Teatro Príncipe de Asturias junto a varios grupos de la escena tanguera rosarina) y seguir escribiendo.



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