Alan Vidaña

La localidad del departamento Caseros cumplió con el propósito de inocular a toda la población en la franja de personas mayores de 18 años. Se logró vacunar a todos los vecinos arteaguenses anotados en el registro al menos con una dosis. Cabe remarcar que fue una de las localidades que menos impacto sufrió la consecuencias de la segunda ola. Un panorama similar tuvo María Susana -Dpto. San Martín-, donde hubo un gran avance de la vacunación llegando a niveles máximos.

La comuna de Arteaga realizó un rastreo intensivo buscando a pobladores casa por casa, incluso recorriendo lugares donde había vecinos que por cuestiones de conectividad no se podían anotar. “Al haber tenido un porcentaje alto de vacunados la realidad epidemiológica local nunca fue compleja en esta segunda ola. Entendemos que hay personas que tienen dudas sobre la vacunación, nosotros creemos que vacunarse es un acto de solidaridad. Es una noticia que trae tranquilidad y esperanza de cara al futuro, todavía hablar de felicidad es obsceno”, sostuvo Julian Vignati, presidente comunal.

En la primera ola, el pueblo tuvo un pico máximo de 64 casos diarios de Covid-19, llegando a tener hasta 15 personas internadas en el Samco local y 5 en el UTI. Lamentablemente se registraron 13 decesos desde el comienzo de la pandemia. Pero en esta segunda ola, con un porcentaje alto de vacunados la localidad tuvo un pico de 67 casos positivos, sin embargo, las internaciones no pasaron de cuatro pacientes. Uno de los factores más importantes es que ya hay 800 segundas dosis aplicadas. “Fue muy baja la tasa de internación y de complicaciones gracias a la vacuna, porque genera una respuesta ante la infección mucho más leve que si no estarían vacunados”, expresó Diego Paillole, director del Samco local.

Uno de los desafíos más importantes que tuvo la comuna fue la construcción de una realidad epidemiológica propia cuya finalidad se basa en retomar a una vida más normal. Unas 2.500 personas tienen aplicada una dosis contra el coronavirus, no obstante, hay personas que aún no fueron vacunadas al no haberse anotado por distintas razones. “Hay mucha información cruzada que hace que mucha gente dude, en un primer comienzo querían vacunarse algunos y otros no, hoy por suerte pueden elegir la vacuna”, detalló Paillole.

El mandatario local destacó la concientización de la gente en esta segunda etapa, superior a lo que fue el año pasado, ya que muchos vecinos han respetado las normativas dispuestas por el gobierno. La gran mayoría sigue tomando los cuidados cumpliendo con todos los protocolos, tratando de acudir rápidamente a la consulta cuando se requiere, con la posibilidad de realizarse el hisopado rápido para trabajar en el foco como se planteó desde un primer momento. En cuanto a los encuentros sociales, cada uno elige su propia burbuja y opta por el uso del espacio público al aire libre.

De a poco, los pueblos logran completar la inoculación contra el coronavirus. Teniendo en cuenta que el virus se va comportando por regiones de distinta manera es fundamental la construcción de una realidad epidemiológica propia. “La pandemia ha cambiado la realidad de lo que es la patología respiratoria, por lo tanto va a ser necesario trabajar con epidemiólogos de la zona. Siempre es una cuestión regional, si se toman políticas comunes en ciertas regiones será posible r
retomar a actividades cada vez mayores”, señaló el referente de Salud.

La finalización del proceso de vacunación en la localidad de Arteaga es un aliciente en medio de un escenario complejo que continúan atravesando otros pueblos del sur de la provincia de Santa Fe.